"Sería mentira decir que hay libertad de prensa" (Neustadt)
Interesantes y polémicas reflexiones de Bernardo Neustadt, «camino a los 80 años» -como él mismo confiesa-, sobre el periodismo y la política actuales, publicadas en la última edición de la interesante revista independiente «La Tecla». Afirma el periodista que «sería una mentira reconocer que existe libertad de prensa en la Argentina». Acerca de Néstor Kirchner opinó: «Le tengo miedo, mucho miedo, a cualquier odiador profesional». En cuanto a su relación con Carlos Menem, dijo, aunque exageró, haber sido durante su presidencia un símil de lo que «hoy son Horacio Verbitsky o Miguel Bonasso, un tipo asesor». A continuación, los tramos salientes de la entrevista que le realizó la periodista Analía Centeno.
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Bernardo Neustadt: Se complicó mucho, creo que desde la época en que el presidente Menem resolvió permitir que los diarios tuvieran al mismo tiempo canales de TV, radio y telefónicas, bancos, se acabó la libertad de prensa, en cualquiera de sus dimensiones. Antes era muy simple, el gobierno retiraba los auspicios oficiales o directamente prohibía al medio. Yo sufrí largas prohibiciones. Mi carrera en TV terminó en el '97, cuando presidía Menem. Después vino una cosa más sutil, como retirar los avisos del Estado, llamar a los privados y decirles que no avisaran en tal o cual programa. Es muy complicado hablar en la Argentina sobre la libertad de prensa, sería una mentira reconocer que existe.
P.: ¿Cómo ve hoy a la profesión?
B.N.: No me gusta el juicio cruel, del espanto casi no hablo. Veo gente muy bien formada, que alguna vez marcó línea de conducta, hoy entregada a la necesidad de hacer TV, radio, de trabajar en un diario firmando cualquier cosa, me da mucha pena.
B.N.: Partido político no tengo, pero soy un liberal que sería socialista en España, en el mundo me gusta mucho el socialismo, y acá detesto la izquierda nativa, me parece lamentable. Aquellos tienen propuestas y éstos sólo tienen rencores.
P.: ¿Menem no es su amigo?
B.N.: No, no, no, él es una persona que se hizo neustadtista más que yo menemista.
Porque lo que él hizo, el llevar a la práctica las privatizaciones, era una teoría que yo manejaba de los años '80, diez años antes de él. En el año '87, presidiendo del doctor Alfonsín, sufrí una agresión descomunal de dirigentes de ENTel porque pregonaba la necesidad de privatizar los teléfonos. Menem cumplió aquellos sueños míos, que eran privatizar los teléfonos,YPF... En YPF trabajaban 67.500 personas, no trabajaban, cobraban, y según lo que yo tenía entendido se necesitaban 5.700, que fueron indemnizados. Con los 67.500 personas perdía más o menos 1.000 millones de dólares por año, con 5.700 ganaba 1.000 millones por año, a punto tal que la compró Repsol. Mis sueños se cumplieron. En Casa de gobierno, cuando llegó Perón, había 54 personas; cuando llegó Menem, había 14.000.
P.: ¿Pero no tiene piedad por la gente que queda sin empleo?
B.N.: No, yo quiero que la gente trabaje, no que usted con sus impuestos les pague. En el Congreso, en los años '40, había 300 personas; hoy hay 14.000. Eso me asustó, vi que los políticos nombraban a sus parientes, entonces yo creo que en ese sentido Menem corrigió las cosas: no tener más un Estado enorme, cuando hasta los chinos privatizan, Francia acaba de privatizar el correo, los teléfonos...
P.: Sin haber sido amigo de Menem ¿qué tipo de relación lo unió a él?
B.N.: Para usar un símil, yo fui lo que hoy son Horacio Verbitsky o Miguel Bonasso, un tipo asesor, que aportaba ideas, si me llamaban o si no me llamaban, paciencia, yo hacía aportes ad honorem.
P.: ¿Pensó alguna vez que Kirchner iba a ser presidente?
B.N.: No, no. Tampoco pensé que Menem iba a serlo, en mi vida, más cuando lo conocí el primer día, siendo él gobernador de La Rioja y como candidato a presidente; le tuve que preguntar a Clara Mariño quién era Menem, entonces ella me dio su currículum, faltando media hora para que lo conociera. Un gobernador feudal, con patillas, poncho rojo, zapatos blancos, lo que yo conocía, un personaje que estatizaba todo, nombraba gente en su provincia.Yo recé entonces por el país y también por mí. Le dije, cuando le di la mano: «si fuera por mí usted no estaría en este programa, pero como soy pluralista, tiemblo de que usted pueda ser presidente.
P.: ¿Qué opinión tiene de Néstor Kirchner?
B.N.: Opinión sobre lo que está haciendo no voy a verter, porque él sabrá, es el presidente elegido, aunque con 22%.Yo le tengo miedo, mucho miedo a cualquier odiador profesional. Tengo miedo a los que recrean el rencor, tengo miedo a los que quieren volver treinta años atrás para castigar hoy, tengo miedo al pasado argentino porque lo viví, tengo miedo que pase a Kirchner lo que le pasó a Galtieri, cuando dijo vamos a las Malvinas y el pueblo argentino tan mutable y tan panquequista pegó un salto, llenó la Plaza de Mayo, dispuesto a dar la vida por Galtieri.
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