26 de octubre 2007 - 00:00

También voto a voto por el segundo puesto

Margarita Stolbizer
Margarita Stolbizer
Con Daniel Scioli recortado, lejos y adelante, sin el fantasma de un potencial ballottage -en provincia ni existe el engendro «a la Argentina» que pergeñó Carlos Menem y ahora usufructúa Cristina de Kirchner-, la elección en Buenos Aires se agota en el interrogante sobre quién quedará en segundo lugar.

Más allá de la porfiada ejecución del «manual de candidato» que adiestra sobre vocear hasta el segundo final la ilusión de una victoria, de un antojo del destino, se trasluce el triunfo del vice. Por eso, la expectativa se concentra en cómo se armará el podio del domingo.

Del pelotón de candidatos con pretensiones dos asoman, según los sondeos previos, con más chances: el empresario Francisco de Narváez, aliado de última hora, previa reconciliación, de Mauricio Macri, y la radical díscola Margarita Stolbizer, que se asoció al ARI de Elisa Carrió.

Detrás, en tropel, se entreveran el ex subcomisario Luis Patti, el neosobischista Juan Carlos Blumberg, el dueto lavagnista Jorge Sarghini y Ricardo Alfonsín, el PJ disidente Alieto Guadagni y Sergio Nahabetián, la apuesta de Recrear en la provincia donde no es ni amarillo ni PRO.

Más abajo, en una tercera camada, aparece el retornado Luis Brunatti, al frente de la franquicia bonaerense del cineasta «Pino» Solanas.

Entre tanto menú, según los sondeos consultados, hay un bloque que transita la amplia banda inferior a 10%. Allí conflyen Patti, Blumberg, Sarghini y Alfonsín -que se reparten el voto a Lavagna-, Guadagni que recibe lo que va a Alberto Rodríguez Saá, Nahabetián y Brunatti.

Sólo se despegan, y figuran por encima de esa banda, De Narváez y Stolbizer, cada uno con sus características y apuestas puntuales para quedarse con el segundo escalón, detrás de Scioli. Son fenómenos particulares:

  • El empresario, que terminó a los gritos su romance con Roberto Lavagna -porque éste prefería a Sarghini como su candidato en la provincia aunque, sobre la hora, buscó colgarlo de su lista presidencial-, archivó su antigua querella con Mauricio Macri y construyó una alianza, en la que Juan José Alvarez actuó de «mediador», con la versión bonaerense de PRO. Ideas de laboratorio: se abrazó al taquillero apellido Macri y saturó su boleta con él: un mismo Macri, el primo Jorge, aparece como candidato a vice gobernador y, más importante, abre la lista de diputados nacionales. Es decir: en el primer tramo de una tira que no lleva presidente, aparece con letra catástrofe la marca Macri. De Narváez dice sumar entre 12% y 18% de intención de voto, pero enfrenta un desafío inusual: como no lleva tira presidencial, depende del corte de boleta, formato que supo funcionar en municipios -el caso testigo es Martín Sabbatellaen Morón-, pero que aparece más difuso en el plano provincial donde, para alcanzar 15%, debería registrarse el dato inédito de que se produzca un millón de cortes de boleta, sólo para poner a De Narváez en la urna. Con discurso a demanda, el empresario cuestiona al gobierno de Solá y a Scioli, pero trata con algodones a los Kirchner: llegó, incluso, a decir que votaría a Cristina de Kirchner. Tiene su explicación: supone que un caudal de votos que se le «fugó» a Scioli en los últimos días, derivarán hacia su boleta y que serán sufragios mixtos: a la primera dama para presidenta y a él para gobernador. Su sueño más preciado: superar el porcentaje de votos que «Chiche» Duhalde acumuló en 2005: 19,5%.   

  • Si la lógica indica que De Narváez tendría menos votos que lo que dicen las encuestas, con Stolbizer podría darse el fenómeno inverso: en las mediciones aparece tercera, incluso cuarta, lejos del empresario, pero su alianza con Elisa Carrió, que pisa 20% en la provincia, podría tirarla para arriba. A De Narváez ir sin candidato a presidente -en una elección presidencial-le podría deparar costos, mientras que a Stolbizer tirarla para arriba. En el comando de la candidata dan por hecho que serán segundos detrás de Scioli y exponen como argumento que logran un equilibrio entre el voto del interior, que aportan la UCR y Stolbizer, y el voto urbano, donde tiene buena ascendencia Carrió. Ese mix, especulan, los colocará segundos en el podio del domingo a la noche.

  • El resto de los candidatos enfrentan sus propios problemas: Patti, con menos intención de voto -según las encuestas-tiene el mismo problema que Macri porque tampoco lleva candidato presidencial: suele decir que ninguno le sumaba votos sino que lo tiraban para abajo. Es, quizá, lo que podría ocurrirle a Juan Carlos Blumberg, que enhebró un acuerdo con Jorge Sobisch. En tanto, las dos variantes lavagnistas se repartirán los votos que concentre el economista. A su vez, al igual que Stolbizer, Nahabetián y Guadagni, cosecharán votos -muchos o pocos-sólo por ir colgados de la boleta de Alberto Rodríguez Saá y Ricardo López Murphy. La misma ecuación podría darse para Brunatti.
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