Tropas inglesas entraron en Afganistán
En medio de un creciente despliegue militar para la prometida intervención en Afganistán, se reveló ayer que tropas británicas protagonizaron el primer incidente armado en ese país. Un comando de elite logró penetrar desde territorio de Tayikistán y llegar hasta las proximidades de Kabul, donde se encontró con fuego de milicianos talibanes. La información -brindada por la prensa británica y no desmentida por las autoridades-resulta de especial importancia dado que, según expertos, demuestra que ésa será la modalidad de la nueva guerra. Además de los anunciados ataques aéreos, se estima que las tropas de tierra británicas y estadounidenses no procederán a una ocupación efectiva del terreno, sino que se limitarán a actuar en pequeños comandos y en operaciones de pocos días para retornar lo antes posible a sus bases. En otros incidentes que denotan una creciente actividad militar en la zona, Estados Unidos admitió ayer que uno de sus aviones espía no tripulados fue derribado por los talibanes, mientras que éstos dieron cuenta de un segundo incidente similar. Estados Unidos por primera vez admitió que planea el derrocamiento del gobierno talibán. Mientras tanto, no cede el alerta antiterrorista en las principales ciudades de Europa y Asia. Los servicios de inteligencia estadounidenses han advertido a sus principales aliados que esperan una segunda y más espectacular ola de atentados terroristas.
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Al menos 20 mil soldados británicos se encuentran listos para partir a la zona de conflicto, y muchos especulan con la posibilidad de que este grupo podría ser el primero en entrar a Afganistán por tierra.
Por otra parte, varios aviones de combate pertenecientes a Estados Unidos habrían aterrizado en la ex república de la URSS Uzbekistán, que linda con la frontera norte de Afganistán, luego de que la consejera en asuntos de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, declaró que el gobierno de Estados Unidos no necesita del mandato de la ONU para defenderse del terrorismo. «El derecho a la autodefensa es reconocido por Naciones Unidas», dijo, y agregó que no considera que Estados Unidos «necesite ninguna otra auto-rización para actuar en su propia defensa».
Mientras la estación árabe de televisión Al-Shasira dio a conocer que expertos estadounidenses comenzaron a instalar estaciones de radar a lo largo de la frontera entre Pakistán y Afganistán, el Pentágono convocó en servicio a otros 10.303 reservistas de la Guardia Nacional. El objetivo de las fuerzas armadas estadounidenses es utilizar 35 mil reservistas, aunque una fuente destacó que podrían ser 50 mil.
Después de haber derribado el sábado un avión espía, del que Estados Unidos admitió la pérdida, los talibanes decretaron la alarma roja en Afganistán. Se decretó el reclutamiento de los combatientes en todas las tribus, con el encargo de defender sus aldeas y valles en una movilización que podría involucrar a 100 mil hombres.
Las defensas antiaéreas fueron activadas con los temibles Stinger, los misiles que los norteamericanos, en los años ochenta, proporcionaron a los mujaidines que luchaban contra las fuerzas de ocupación soviéticas. Con esos misiles, otro avión fue derribado durante la jornada de ayer, aunque las autoridades de la milicia islámica de los talibanes dijeron no saber todavía «a qué país pertenece la aeronave».
En el norte del país, entretanto, los enfrentamientos contra las fuerzas de la oposición se hacen más duros y decenas de miles de voluntarios construyen búnkers y excavan trincheras y refugios subterráneos para los civiles.
Trincheras
A unos cincuenta kilómetros de Kabul se armó un «anillo» de trincheras, baterías misilísticas y búnkers. La vigilancia fue intensificada en Jalalabad, cerca de la frontera con Pakistán, y en Kandahar, capital espiritual del régimen integrista. Los talibanes ordenaron a cada familia poner a disposición a por lo menos una persona para la defensa del propio país pero, en las ciudades, decenas de habitantes han tomado el camino del éxodo hacia las fronteras con Pakistán e Irán. En ese sentido, Irán levantó ocho campamentos en su frontera con Afganistán para acoger a unos 200.000 refugiados afganos que tratan de huir del esperado ataque de Estados Unidos contra su país.
Por su parte, miembros de un grupo paquistaní pro Talibán comenzaron a dirigirse hacia la frontera con Afganistán, dijo el líder local del grupo Jamiat Ulema i-Islam (JUI). «Estamos movilizando a nuestros mujaidines», dijo Abdul Ghafoor.
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