Apenas conocidos los resultados del balotaje se creó un temor de que en el inicio de la semana hubiera un shock en el sistema financiero y cambiario, algo que ya profetizaban quienes analizaban la probabilidad de que Javier Milei fuera designado como futuro presidente de nuestro país.
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Políticas de shock
En el mercado de cambios, el Banco Central convalidó un ritmo de depreciación que rondó el 4% mensualizado, sin ningún salto cambiario. Para dinamizar el ingreso de divisas, el Gobierno modificó el Programa de Incremento Exportador, disponiendo hasta el 10 de diciembre la obligatoriedad de liquidar el 50% de las ventas externas al tipo de cambio oficial.
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No obstante, en el primer día hábil posterior al balotaje y durante el resto de la semana, los depósitos en el sistema bancario se mantuvieron estables. En el mercado de cambios, el Banco Central convalidó un ritmo de depreciación que rondó el 4% mensualizado, sin ningún salto cambiario. Para dinamizar el ingreso de divisas, el Gobierno modificó el Programa de Incremento Exportador, disponiendo hasta el 10 de diciembre la obligatoriedad de liquidar el 50% de las ventas externas al tipo de cambio oficial, y el 50% restante a través del Contado con Liquidación (CCL); esta medida también influye en una contención del valor del CCL. Anteriormente los porcentajes eran 70% y 30%, respectivamente.
En este contexto, las cotizaciones de los dólares financieros (CCL y MEP) aumentaron en $43 y $100 respectivamente. En el caso del dólar ilegal, la supuesta cotización uniforme publicada en los medios subió $45. Aumentos lejos de lo que pueda definirse como una disparada. Los activos argentinos, tanto las acciones como los bonos, han mostrado significativos incrementos, como suele suceder cuando “los mercados” acompañan una transición hacia modelos neoliberales. Mientras tanto, la gestión actual siguió monitoreando de cerca las distintas variables, tratando de administrar la transición de la mejor manera posible.
Respecto del nuevo gobierno, éste tratará de aprovechar los apoyos iniciales para hacer el ajuste lo más amplio y rápido posible, a sabiendas de que no habrá mucho margen de tolerancia por parte de la ciudadanía.
En lo que respecta al casi 55,69% de los votos a Milei, seguramente hubo una gran cantidad de personas que, más que votar a favor de lo que el actual presidente electo proponía en la campaña, lo que hizo fue expresar su disconformidad y malestar con su situación personal y con las dificultades de la economía. En este último caso, no se debe desconocer que la gestión del actual Gobierno se vio impactada, incluidos los errores propios, por fuertes condicionamientos asociados a la deuda con el FMI y sucesos externos (pandemia, guerra y sequía) que han sido muy difíciles de capear.
Todo esto forma parte también de una tendencia de malestar general a nivel mundial. En Países Bajos, a modo de ejemplo, se produjo la victoria en las elecciones parlamentarias del partido de ultraderecha neerlandesa (Partido por la Libertad). El programa electoral incluye un referéndum para salir de la Unión Europea y un rechazo feroz a la inmigración. En materia económica, se pretende rebajar masivamente o eliminar casi todos los impuestos, privatizando la mayor parte de las empresas públicas y aboliendo cualquier subsidio al arte, la cultura, el deporte y los medios de comunicación públicos.
En nuestro país, Milei ya señaló que “van a haber seis meses que van a ser muy duros” y que eso es necesario porque de lo contrario venía una “hiperinflación y el ajuste va a ser monstruoso porque va a mandar al 90% de la población debajo de la línea de la pobreza”. Un razonamiento muy difícil de probar, pero con el que se intenta justificar las políticas de ajuste.
La visión económica que seguramente llevará a la práctica Milei tiene como ejes el ajuste, las privatizaciones, la apertura importadora y la desregulación. Incluso se plantea ir un poco más allá y volver a la lógica del modelo agroexportador del 1900, una proposición muy difícil de comprender, pero que podría llevar a una fuerte reprimarización de la economía.
Hasta el Wall Street Journal, periódico especializado que está en el corazón de las finanzas internacionales, sentó una postura a contramano de la visión que subyace a la propuesta libertaria de dejar absolutamente todo en manos del mercado. Dicho diario hace referencia, en el caso de Argentina, a la necesidad de explotar Vaca Muerta y de cerrar la brecha de productividad a través de “políticas industriales con sesgo exportador que han funcionado en Corea del Sur y Vietnam”. Nada de esto puede conseguirse sin un Estado presente, planificando, entre otras cuestiones, el desarrollo de la industria con la adecuada protección frente a las importaciones indiscriminadas y con un mercado interno demandante que requiere proteger el empleo y mejorar el poder adquisitivo de la población.
(*) Diputado Nacional por el Frente de Todos. Presidente del Partido Solidario.
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