22 de septiembre 2023 - 22:22

Después del escándalo, Unity da marcha atrás con su política de cobro a videojuegos

El motor de desarrollo de videojuego planteó un nuevo esquema para sus comisiones por instalación. El anunció del régimen de cobros causó furia en el gaming.

Después del escándalo, Unity da marcha atrás con su política de cobro a videojuegos. 

Después del escándalo, Unity da marcha atrás con su política de cobro a videojuegos. 

Gentileza: Bloomberg

Una semana después de causar un escándalo en la industria de los videojuegos, Unity dio marcha atrás con el repudiado sistema de cobros por instalación. Marc Withen, presidente de Unity Create, lo comunicó junto al mensaje: "Lo siento".

Unity Technologies anunció este viernes que no forzará a los desarrolladores de videojuegos a entrar en su nueva estructura de comisiones para la versión actual del software de desarrollo, sino a los que comiencen a utilizar la próxima versión del motor de desarrollo (a lanzarse en 2024) o a los que decidan actualizar su juego a ese motor.

Aquellos que usen Unity Personal, la versión gratuita del motor, no entrarán en el nuevo régimen de comisión por instalación. La herramienta gratuita estará disponible para compañías cuyo resultado entre inversión y ganancia permanezca debajo de los u$s200.000.

También cambiaron las condiciones para que la comisión se aplique a los videojuegos. Ahora será para aquellos títulos que, dentro de los planes Unity Pro y Unity Enterprise, consigan u$s1 millón en ganancias durante los últimos 12 meses y un millón de "engagements" iniciales (un término que Unity usa ahora en vez de instalaciones). Los desarrolladores podrán elegir pagar la comisión por el cálculo de instalaciones o por un 2,5% de las ganancias del juego. De base, la compañía cobrará el monto menor entre esas opciones.

Unity espera que los desarrolladores reporten la información "a través de los datos que ya tienen disponibles". En el tiempo, esperan crear "herramientas y procesos" para asistir en la recolección y reporte de datos. Por el momento, recomendaron que los desarrolladores estimen esos engagements a través de unidades vendidas y descargas iniciales por usuario.

Al respecto de los juegos en servicios como Xbox Game Pass o Netflix Games, van a tener que pagar la comisión y deberían hablar con estas plataformas para que "trabajen junto a Unity en un acuerdo que sea de beneficio mútuo".

El escándalo de Unity: la tecnología de videojuegos que formó a la industria y ahora es odiada

La semana pasada, el motor de desarrollo de videojuegos Unity anunció que le cobrará a los creadores de videojuegos una comisión por cada vez que alguien instale un juego, tras superar una cierta cantidad de instalaciones. El Unity Engine a través de los años construyó su fama gracias a su facilidad de uso y su vínculo con la industria independiente. Se volvió el motor más popular junto a Unreal Engine, normalmente utilizado para juegos más grandes y con más presupuesto, y es el hogar de títulos famosos como Among Us, Hollow Knight o Pokémon GO.

El anunció indicaba la imposición de una nueva política llamada "Unity Runtime Fee" a partir del próximo mes de enero. Se estableció que las compañías desarrolladoras deberán pagar una comisión cada vez que un usuario instale su juego. Las compañías ya pagan un plan para tener acceso a Unity. Aquellos en el plan económico deberían pagar hasta u$s0,20 por instalación si su juego pasa las 200 mil instalaciones o consigue u$s200 mil de ganancias. En el plan más caro, que cuesta u$s2.000 al año, deberían pagar una comisión menor y solo si su juego supera el millón de descargas.

La furia que este anuncio causó en la comunidad de desarrolladores tiene su centro en dos cuestiones: un desastre de comunicación y la sensación de una confianza destruida. Desarrolladores de todo el mundo se unieron durante la semana para criticar esta decisión. Algunos de los más grandes incluso amenazaron con realizar una demanda legal.

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