La expansión de autos chinos es un fenómeno a nivel mundial y, en la región, Brasil es el país que encabeza la avanzada del país asiático
Automotrices de Brasil piden frenar la invasión de marcas chinas
Brasil encabeza el desembarco de marcas chinas en la región. Las importaciones crecieron 30%, especialmente de vehículos electrificados. La asociación que agrupa a los fabricantes locales piden medidas de protección
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La llegada de autos chinos en Brasil ya genera preocupación a las automotrices radicadas en el país que alertan por la diferencia en el tratamiento impositivo
En el último año se registró un aumento del 30% de las importaciones de vehículos en Brasil, impulsadas por los autos eléctricos chinos.
Ante esto, los fabricantes de automóviles con producción local reclaman medidas para para proteger la industria local, como las medidas adoptadas por la Unión Europea o las que está a punto de tomar Donald Trump en Estados Unidos.
Según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automóviles de Brasil (Anfavea), las matriculaciones de coches importados sumaron 466.500 unidades en el año completo de 2024, un 33% más que el año anterior. Se trata del mayor volumen de importaciones de la última década. De este total, cerca de 200.000 son modelos electrificados procedentes de China.
Los autos chinos, un problema para el mercado automotriz de Brasil
El problema que plantean es el diferente tratamiento impositivo que tienen los vehículos. El tema fue planteado por el presidente de Anfavea, Márcio de Lima Leite.
El directivo alertó que el tipo impositivo estándar del 35% a la importación de vehículos se ha reducido para los vehículos electrificados, mientras que los países europeos y Estados Unidos han subido o amenazado con subir el impuesto en el último año para contener la importante entrada de coches chinos, especialmente eléctricos.
“Pedimos la inmediata devolución íntegra del impuesto. El mundo ha cambiado y esto ha llevado a que el exceso de producción de China se vierta en Brasil”, dijo en una entrevista con Bloomberg Línea.
En la actualidad, los vehículos de combustión en Brasil tienen el tipo impositivo de importación más alto permitido por la Organización Mundial del Comercio (OMC), del 35% (excepto los procedentes de regiones con acuerdos bilaterales, como Mercosur y México).
Los modelos eléctricos, que antes tenían un impuesto a la importación casi nulo, vieron aumentado recientemente su tipo impositivo al 18%, y ahora tendrán dos nuevos aumentos, al 25% en julio de este año y luego al 35% en julio de 2026.
A los híbridos plug-in (que se cargan externamente) se les aumentará el impuesto de importación del 20% al 28% en julio y luego al 35% en 2026. El impuesto sobre los híbridos ligeros y completos pasará del 25% al 30% este año y al 35% en julio de 2026.
En opinión de Leite, la excesiva afluencia de vehículos es perjudicial para Brasil, explica el medio especializado. “Como fabricantes locales, a menudo utilizamos este mecanismo de importación, pero no podemos perder competitividad por culpa de los tipos bajos”, dijo.
La situación se produce en medio de la polémica por la radicación de marcas chinas en el país El gobierno brasileño reveló que está investigando a la compañía china BYD y a una de sus subcontratistas por supuestamente someter a trabajadores chinos a un régimen de explotación laboral en una fábrica en Brasil.
Las autoridades federales están evaluando posibles delitos después de que inspectores descubrieran a 163 trabajadores en condiciones similares a la esclavitud en una fábrica en Camaçari, en el estado de Bahía.
Los trabajadores, contratados por la subcontratista Jinjiang Open Engineering, fueron considerados víctimas de tráfico de personas con el propósito de explotación laboral.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha sido informado y está investigando la situación. Según la portavoz, China siempre ha defendido los derechos de los trabajadores y ha exigido que las empresas cumplan con la ley.
BYD, acrónimo de Build Your Dreams, se ha convertido rápidamente en uno de los principales fabricantes de vehículos eléctricos del mundo. Su ascenso ha sido impulsado por su dominio en el mercado chino y expansiones globales estratégicas, incluyendo Brasil, su mayor mercado extranjero.
La fábrica de Bahía, cuya construcción está detenida, iba a ser la primera planta de EV de BYD fuera de Asia, parte de una inversión de u$s484.2 millones para fortalecer su presencia en América Latina. Esta planta, planeada para abrir en marzo de 2025, produciría autos eléctricos y generaría empleos en la región, marcando un paso significativo en el impulso de Brasil por la tecnología verde.
BYD, alabada por su innovación, enfrenta un revés con este reciente escándalo laboral, que evidencia las dificultades de mantener estándares éticos en grandes proyectos globales.
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