10 de septiembre 2007 - 00:00

Boca perdió sobre el final y ahora comparte la punta

El campeonato no tiene dueño. El que toma la punta provisoriamente a la otra fecha pierde. La semana pasada le pasó a Independiente, y ayer le ocurrió a Boca, que con su derrota ante Colón ahora comparte el liderazgo con Independiente y el sorprendente Tigre. A esta altura del torneo es imposible pronosticar un campeón, ya que un punto más atrás de los punteros les siguen Vélez, Banfield, River y Colón. La fecha presentó una nueva derrota de San Lorenzo ante Arsenal, con el que había perdido el jueves por la Copa Sudamericana, y el triunfo de Estudiantes ante Racing en un partido que fue muy parejo.

Tombolini festeja con Grisales, autor del gol del triunfo de Colón (izquierda). Palermo yBataglia son la cara de la desepción de un Boca que perdió y ahora comparte la punta.
Tombolini festeja con Grisales, autor del gol del triunfo de Colón (izquierda). Palermo y Bataglia son la cara de la desepción de un Boca que perdió y ahora comparte la punta.
Parecía que el empate estaba sellado, pero apareció la leyenda del «Cementerio de los Elefantes» y con un estupendo derechazo de Freddy Grisales desde fuera del área, Colón se quedó con tres puntos que fueron merecidos analizando los 90 minutos de juego.

El equipo de Leonardo Astrada fue superior a un Boca al que le costó hacer pie en la mitad de la cancha y que tuvo que jugar de contraataque, más por obligación que por convicción.

Grisales fue el eje de un equipo muy solidario, que luchó cada pelota como si fuera la última y que atacó con tozudez aunque sin precisión, teniendo al chileno Quinteros como su delantero más movedizo, aunque perdió un par de goles.

Boca de contraataque utilizó la velocidad de Dátolo por izquierda y fundamentalmente la de Palacio, que desbordaba a Rivarola y Garcé de acuerdo con el sector adonde se volcaba.

Así las cosas, Colón apostaba al ataque permanente y Boca a una distracción defensiva del rival, pero ninguno de los dos aprovechaba las situaciones que generaban.

En el comienzo del segundo tiempo, Federico Beligoy expulsó a Urribarri por doble amarilla y ahí Miguel Russo prefirió rearmar la defensa haciendo entrar a Cahais por Dátolo y recomponiendo la línea de cuatro con Maidana de lateral derecho, Paletta y Cahais de centrales y Hugo Ibarra a la izquierda perdiendo una posibilidad de desborde por izquierda.

Esos fueron los mejores 20 minutos de Colón, que con el ingreso de Centurión por Capurro empezó a presionar por los dos costados y tiraba centros para Gandín y Quinteros.

Después, Garcé cometió dos faltas casi consecutivas y emparejó a los equipos, por lo que Astrada tuvo también que reordenar la defensa sacando a Romero y poniendo a Jerez.

El partido tuvo un bajón futbolístico y parecía que los dos se conformaban con el empate, pero apareció Grisales y cambió el final de la historia.

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