Finalmente la «Batalla de las superficies» fue para Rafael Nadal, que venció al número uno del mundo, el suizo Roger Federer, por 7-5, 4-6 y 7-6 (10), en el Palma Arena de Palma de Mallorca. Esta exhibición que surgió gracias a una idea del publicista argentino Pablo del Campo, se desarrolló sobre una pista construida mitad de césped y mitad de polvo de ladrillo. Finalmente, el «show tenístico» se pudo realizar, aunque estuvo a punto de suspenderse, ya que el pasto no se había agarrado al piso y estaba quemado. Tal fue el susto de los organizadores, que el martes ni Nadal ni Federer pudieron reconocer la pista y pelotear junto a Jaume Matas Palau (presidente del gobierno balear). Es más, debieron pintar el césped para no alarmar a las 7.200 personas que habían agotado los tickets, a un valor promedio de 30 euros, cuando vieran los preparativos por la cadena Antena 3. Finalmente se tuvo que sustituir íntegramente la zona verde para que finalmente Nadal pudiera confirmar su particular dominio sobre el cuatro veces campeón de Wimbledon.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Dejá tu comentario