Clásico que fue empate y sin pena ni gloria

Un momento de lucha en un clásico que fue atractivo. Franco Sosa pelea por la pelota con Rodrigo Díaz. Racing e Independiente empataron, y Avellaneda terminó en paz.

El empate en el clásico dejó más conforme a Independiente que a Racing, porque, aunque el equipo que dirige Gustavo Costas no tuvo claridad en ataque, fue el dominador en gran parte de los 90 minutos y mereció ganar. Aunque no les sirvió a ninguno de los dos porque siguen en los últimos puestos de la tabla de posiciones.

El gol a los 6 minutos de iniciado el partido de Facundo Sava abrió tácticamente el encuentro y lo hizo atractivo, porque Independiente tuvo que salir a buscar el empate y dejó espacios para el contraataque de Racing.

Racing manejó la pelota en los primeros 20 minutos desde la habilidad de Maximiliano Moralez, que contó con Pellerano y Romagnoli como socios, pero a partir de allí creció el trabajo de Lucas Pusineri y de Adrián Calello en la contención, por lo que Independiente recuperó la pelota y comenzó a inquietar a la defensa rival.

Campagnuolo le tapó el empate a Montenegro, pero a los 29 minutos Gioda se anticipó de cabeza a Campagnuolo y dejó solo a Guillermo Rodríguez, quien debajo del arco la empujó al gol.

En el segundo tiempo, Racing ajustó las marcas en la mitad de la cancha y se llevó por adelante a un Independiente que retrocedió sus líneas y se dedicó a especular con un contraataque.

Moralez y Bergessio desequilibraban a toda la defensa,pero no pudieron con un activo Oscar Ustari, que con sus atajadas impidió el justo triunfo de Racing.

Sin embargo, en el último minuto pudo ganar Independiente, pero Germán Denis elevó su remate final desde el punto del penal.

Un minuto antes, se había ido expulsado Diego Crosa en Racing por doble amarilla, en la que es su primera expulsión en más de diez años de carrera profesional, con casi 300 partidos en primera.

Independiente terminó festejando el empate, y su técnico Miguel Angel Santoro fue gráfico: «Nos metimos debajo del travesaño». Racing, en cambio, terminó con el ceño fruncido, aunque en frío valoraron un empate que sirve para tener una semana tranquila, sin euforias ni reproches.