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También desde los primeros raquetazos Fognini lució incómodo con la cancha, y con la forma de jugar de Argentina. Casi parado, por momentos displicente, el tenista de San Remo fue el termómetro de Italia: durante largos períodos, fue el "Fogna" discutidor, peleador, showman, que se olvida del tenis, pero con una gran mano y talento que lo llevó a estar entre los 15 mejores del planeta.
A su lado, Bolelli volvió a la actividad luego de casi nueve meses. Es un jugador más aplomado en el dobles, pero este sábado pasó inadvertido. Berlocq y Mayer cargaron sobre Fognini y no le dieron ritmo al jugador nacido en Bolonia, que se pasó gran parte del partido en el fondo de la cancha, lugar antinatural del doblista.
Entre las malas decisiones de Fognini y los aciertos de Berlocq, Argentina construyó una sustancial diferencia de dos sets. El dueto local logró su quiebre en el segundo set tras un pésimo game del mejor tenista italiano, que erró cuatro veces su derecha. Un resumen de su actuación hasta el momento.
Pero así como "Fogna" puede ser una tormenta que implosiona y conspira contra sí mismo, en un suspiro se trasforma en el verdugo del rival. Eso sucedió en el cuarto y quinto parcial, coincidiendo con el bajón que sufrió Berlocq. Eso sumado a una constante durante todo el encuentro: ninguno de los dos argentinos fue realmente sólido con el saque, pese a que terminaron con estadísticas similares a sus rivales (70% de primeros servicios los dos, con el 71% ganados con ese golpe; con el segundo los albicelestes ganaron el 57% y la visita la mitad).
Equiparó el de San Remo y el bache de Berlocq (hasta insultó y le pidió al público que aliente, acusándolos de "estar domidos") evidenció aún más discreta producción del "Yacaré". Casi en un abrir y cerrar de ojos, el tercer y cuarto parcial se fueron sin amague de reacción de Argentina. El quinto dejaría a los capitaneados por Orsanic en el repechaje de septiembre o con dos opciones más el domingo.
Fue victoria para el campeón, en la sexta opción de un quinto set parejo, tal vez el mejor jugado del partido. No hubo mejor momento para que Mayer encontrara su solidez que el cierre. Lo mismo para la levantada de Berlocq. Y desde el saque, Argentina se mantuvo siempre agazapada esperando su chance.
Hubo que sufrir, porque Italia contó con un match point, pero fueron seis los de Argentina, cuatro consecutivos. El desahogo llegó para confirmar el 9-7 del tie break y renovar la esperanza nacional de cara al domingo.
Las cartas para el último no están confirmadas aún, porque Barazzutti dijo que Paolo Lorenzi será uno de los singlistas, y Andreas Seppi o Fognini elo tro. Y por el lado argentino, misterio.
Para rescatar, que el domingo el campeón tendrá su oportunidad de dar batalla para mantenerse en el camino de la defensa, ante un rival que vino a amargarlo y, porque no, soñar con su segundo título.
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