31 de julio 2002 - 00:00

Languidece hoy el fútbol tras exportar 2.000 goles

Languidece hoy el fútbol tras exportar 2.000 goles
En la primera fecha del Campeonato Apertura de fútbol se anotaron solamente 10 goles en 10 encuentros. O sea que miles de espectadores directos y millones de televidentes del país y de Latinoamérica (donde también se televisa el fútbol argentino) apenas si vieron un gol por partido. En el mejor de los casos, porque Racing hizo 3 e Independiente 2 y suben el promedio. Pero en 5 partidos el resultado fue 0 a 0.

La consecuencia es obvia: se rompió la ley del equilibrio natural porque el exterior se lleva los delanteros más goleadores y muy pocos defensores, con lo cual las defensas se tornan más inexpugnables.

Desde 1993 que no se registraba una fecha inicial con tan pocos goles. Más grave porque, inicialmente, los equipos, en la medida en que arrancan con chance pareja para todos, juegan más sueltos e incisivos.

En la temporada pasada, la media registrada oscilaba entre los 26 y 27 tantos por jornada.

Era previsible que tanta venta de delanteros al exterior iba a traer esta hambruna. Se alegará que los clubes argentinos no pueden soportar la presión de una situación económica que los agobia y que los clubes están en bancarrota. También habrá que decir que tampoco hubo muchas ideas para salir de esta angus-tiosa situación.

• Memoria

Recordemos el caso de David Trezeguet. Los dirigentes de Platense se regodearon cuando les llegó una oferta de Francia por 100.000 dólares (o pesos en ese entonces), porque en 5 partidos había convertido un gol. En Europa fue goleador con el Mónaco, campeón en Italia con Juventus y campeón de Mundo con la selección francesa. Las anécdotas de este tipo se podrán contar de a cientos.

La realidad de este tiempo nos marca una manifiesta carencia de creadores de juego y -fundamentalmente-de goleadores, que llevó a la dirigencia argentina a buscar algunos jugadores que pudieran apagar el incendio. No lo consiguieron. De la estirpe del Nº 9 clásico sólo quedó en nuestro medio el veterano Alberto Acosta, que trae entre sus palmares sus 106 goles logrados en la Argentina, sin sumar los más de 200 que logró en su paso por Francia, Japón, Portugal y Chile. Cuando estaba por dejar el fútbol, la circunstancia lo llevó a ser hoy uno de los principales referentes. Apenas en un año (de 2001 a 2002), habrá que mencionar la emigración de algunos goleadores: Josemir Lujambio (al Veracruz de México), que dejó 56 goles; Facundo Sava (a Inglaterra), con 78 goles; Diego Klimowicz (al Walsburgo alemán), con 41 tantos en 76 partidos; Martín Cardetti (al París Saint Germain), con 67 goles; Claudio Graf (a Bulgaria), con 44 goles; Juan Antonio Pizzi (volvió al Villarreal con sus 34 años) y 66 goles en 3 años; Bernardo Romeo (al Hamburgo), con 64 goles en 137 partidos, y Juan Pablo Angel (al Aston Villa de Inglaterra), con 46 goles en 96 partidos. Un vacío en materia de goleadores, que ya se venía arrastrando de épocas anteriores.

Vale señalar que en el lapso anterior (2000-2001) ya habían dejado el país Claudio Biaggio (81 goles), Hugo Brizuela (30 en 49), Luciano Galetti (11), Diego Forlán (37), Sebastián Abreu (36 en 68), Javier Saviola (46 en 87), Ariel Ortega (54 en 191). Tal vez el más importante partió en una etapa anterior: Martín Palermo, que se fue al Villa-rreal español, con la marca de 115 goles en 192 partidos.

• Los más grandes

En realidad, una historia que se acentuaba desde hacía muchos años y hace eclosión en este Clausura. Se podría decir desde que se fueron Gabriel Batistuta en el '91, cuando sólo había marcado 24 tantos en el país (sin sumar los 56 que marcan un récord en la Selección nacional) y los más de 200 que lleva registrados en el fútbol italiano; Abel Balbo, con 21 goles en 61 encuentros y hoy sumó una marca de 196 en Europa; Julio Cruz, con 27 goles en 65 partidos, sin tomar en cuenta su paso por Holanda y su actual permanencia en el Bologna de Italia, o Hernán Crespo, que partió con 24 goles en 62 partidos y a la fecha logró más de 100 (sumados los de Lazio y anteriormente Parma). Como decir más de 500 goles entre Batistuta, Crespo y Balbo, cifra que aumenta en un centenar si se le suma los convertidos en la Selección nacional por estos mismos jugadores.

En síntesis, sumados los goles de los demás goleadores, la exportación de «artilleros» se llevó aproximadamente 2.000 goles, mien-tras que la realidad de nuestros días nos muestra que sólo Boca pudo repatriar a uno de ellos: Roberto Sosa (38 goles en 83 partidos y más de 100 en Europa). Mientras tanto, el resto quedó reducido a la puja entre Independiente y River por la incorporación de Esteban «Bichi» Fuertes y alguna lejana esperanza -hoy con alta cuota de desalientode incorporar a José «Turu» Flores (47 en 157) o Víctor Müller (46). Como querer tapar el cielo con las manos. Con el agravante de que lo poco que queda en el país está con el cartel «se vende».

El panorama se agrava si se piensa que en estos días hay gente en los países futbolísticamente más importantes de Europa tratando de transferir a jugadores de la jerarquía de Romagnoli, Dalessandro o Cavenaghi, sólo por nombrar a algunos.

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