La brutal autocrítica de Mascherano: "Como jugador no era bueno en nada"

Javier Mascherano recordó sus tiempos de futbolista, y dijo que su mayor virtud era "entender el juego". También eligió a su referente como director técnico.

Javier Mascherano. 

Mundo Deportivo

El emblemático jugador de la Selección Argentina Javier Mascherano realizó un particular análisis de sus características en el campo de juego, al afirmar que "no era bueno en nada" pero que destacaba por "entender el juego".

"Técnicamente no era de los mejores, físicamente no era de los mejores, no era alguien que sirviese para la pelota detenida, no tenía pase gol, no tenía gol; como jugador no era bueno en nada, pero siempre he creído que esto es un juego y quizás mi mayor virtud era entenderlo", planteó en una entrevista con el programa Informe+ de Movistar de España.

En esa charla, Mascherano, quien se retiró como jugador en Estudiantes luego de haber estado en River, Corinthians, Liverpool y Barcelona, sorprendió al elegir su referente como DT, al iniciar sus primeros pasos en la profesión, como conductor del seleccionado nacional sub 20.

“Pretendo asemejarme más a Luis Enrique, porque sé que a Pep (Guardiola) nunca voy a poder llegar. Viví tres años espectaculares con Luis Enrique", reveló Mascherano, quien cumplirá 38 años el próximo 8 de junio.

"Cuando hablamos de la importancia de los entrenadores dentro de un futbolista, no tiene que ver con los títulos, sino con la importancia en tu carrera, con cuánto te hizo crecer", completó, tras elegir al actual seleccionador español.

"El más influyente puede ser Pep por el cambio tan drástico, pero Luis Enrique fue darle una vuelta más a nuestra idea. Pep es inigualable, un genio imposible de imitar, creo que Luis está ahí de Pep, pero es más alcanzable para los que pretendemos ser entrenadores", evaluó.

Mascherano, cuando llegó a Barcelona procedente de Liverpool, fue convencido de dejar su posición de volante central, para empezar a jugar como defensor central (el tradicional "número 2"), un cambio que no suele ser aceptado por futbolistas con trayectoria o acostumbrados a un puesto.