Se abre una polémica por el tema arbitrajes

La reciente actuación del árbitro coreano Kim Young Joo, que dirigió hace dos días el partido Brasil-Turquía, que terminó con un polémico triunfo brasileño a través de un penal inexistente y algunas de las incidencias ocurridas en ese partido provocaron que se desatara un verdadero vendaval periodístico, que hasta superó las propias autocríticas de los periódicos brasileños.

La Gazzetta dello Sport

«Los enanos del silbato, siervos estúpidos de la FIFA», para destacar la predisposición de los árbitros a «favorecer, aunque no se lo hayan pedido explícitamente, las exigencias y los intereses de los poderosos, excediéndose en complacencia y sumisión psicológica», en una posición terminante.

Tras preguntarse si es normal que los partidos de Francia (árbitro de los Emiratos Arabes Unidos), Uruguay (Malasia), Alemania (Paraguay), España (Marruecos), Brasil (Corea) e Italia (Estados Unidos) hayan sido dirigidos por árbitros de «países que futbolísticamente son de tercera categoría», el diario ataca duramente la «eterna geopolítica de la FIFA, que designa a los árbitros por nacionalidad y no por competencia».

Corriere dello Sport

«El criterio de los árbitros está apoyado en la búsqueda de la representación de todos los continentes. Eso es insano, aunque resulta aparentemente democrático. Pero en realidad está guiado por intereses políticos. La utilización de árbitros de todos los continentes ayuda al señor Blatter a seguir mandando, a pesar de todo.»

DPA

«Hay que mandar a ese árbitro (por Kim) de inmediato a su casa. No puede ser que un jugador sea sujetado diez metros fuera del área y sea castigado con un penalti. Eso es algo que un árbitro tiene que ver, pero siempre hay un ciego en los mundiales.» (Frank Beckenbauer.)