25 de septiembre 2008 - 00:00

Volvió a Abreu y le cambió la cara a River

Volvió a Abreu y le cambió la cara a River
River Plate, sin brillar pero consiguiendo un valioso resultado, venció 2 a 1 a Defensor Sporting, en Montevideo, en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Sudamericana.

El uruguayo Sebastián Abreu, en el día de su regreso al club de Núñez, marcó los dos goles de River, mientras que el zaguero Mario Risso descontó sobre el final del partido para los uruguayos. El desquite será el jueves 2 de octubre, en el estadio Monumental.

El encuentro se jugó en el mítico estadio Centenario, con un regular arbitraje del brasileño Leonardo Gaciba, quien en el segundo tiempo expulsó a Augusto Fernández.

La victoria conseguida esta noche por River en Montevideo es la primera del equipo de Núñez en condición de visitante en la historia de la Copa Sudamericana, algo que ni siquiera había logrado cuando llegó a la final en el año 2003 (perdió el título a manos del Cienciano, de Perú con Manuel Pellegrini como entrenador).

River tuvo un buen primer tiempo, en el que generó situaciones de gol y se llevó por delante a un rival que no mostró respuestas futbolísticas ni anímicas.

Pero en la parte final Defensor Sporting mejoró y estuvo cerca de empatar, pero en ese momento apareció el arquero Marcelo Ojeda para cerrar el arco en el momento que sus compañeros más lo necesitaban.

La Copa Sudamericana es el certamen que parece quedarle a River en este segundo semestre del año y así lo entendieron sus futbolistas, que salieron a jugar ante Defensor Sporting este encuentro como si fuera una final.

Con un Mauro Díaz con mucha participación en el juego, bien acompañado por Diego Buonanotte y con la inyección de ánimo y presencia de área que le dio al equipo Abreu, el equipo de Núñez desde el inicio inquietó a un endeble conjunto de Jorge Da Silva.

Y en el día de su regreso, Abreu, en su país de origen, tardó sólo ocho minutos en gritar el primer gol, luego de aprovechar un rebote en el arquero tras un remate suyo dentro del área chica.

Los mil hinchas de River presentes en el estadio Centenario volvieron a sentirse orgullosos de su equipo y pese a ser muchos menos se hicieron sentir más que los simpatizantes uruguayos, que observaban incrédulos como los argentinos los pasaban virtualmente por arriba.

La primera línea del mediocampo de River le daba marca y buen destino de pelota al equipo, el chico Díaz y Buonanotte desequilibran y Abreu asustaba. Con eso le alcanzaba para justificar la victoria.

Pero la diferencia futbolística River no la pudo plasmar en el resultado, porque se encargó de dilapidar varias situaciones de gol y por eso se fueron al descanso con la victoria parcial por la ventaja mínima.

En el segundo tiempo la historia cambió, porque los uruguayos salieron a jugar con otro ímpetu y desde el inicio fueron a buscar el empate.

El mediocampo de River ya no contenía los embates de Defensor y en la última línea del conjunto de Simeone comenzaron a quedar mano a mano con los rivales, ganando y perdiendo, pero cuando eran superados los uruguayos generaban situaciones de gol.

En el primer cuarto de hora el equipo local generó las situaciones de gol necesarias como para al menos empatar, pero ahí apareció Marcelo Ojeda para cerrar el arquero de River y mantener de ese modo el cero.

Cuando los uruguayos merecían largamente la igualdad llegó el segundo tanto de River y el segundo de Abreu en el día de su regreso, aprovechando otra vez un rebote, esta vez luego de un remate de larga distancia de Abelairas, que el arquero Martín Silva no pudo retener pese a que no parecía traerle complicaciones.

El 2-0 le quedaba grande al segundo tiempo, pero dejó muy golpeados a los uruguayos, que en el momento en el que estaban para empatar se encontraron con un gol más en contra y lo sintieron.

En el momento que el partido estaba definido en el juego, pese a los tibios intentos del conjunto, la expulsión de Augusto Fernández les dio esperanzas a la gente de Defensor, que recién sobre el final pudo descontar a través de Risso, pero no tuvo tiempo para soñar con el empate.

River consiguió lo que fue a buscar a Uruguay y comenzó a cambiar la pálida imagen de sus últimas presentaciones en el torneo local, aunque todavía le queda mucho camino por recorrer en esta Copa Sudamericana.

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