18 de julio 2007 - 00:00

Asumió Peirano

En un acto con masiva presencia de dirigentes de la Unión Industrial, juró uno de sus hijos dilectos, Miguel Peirano, como nuevo ministro de Economía. Por la mañana hizo apresurar el anuncio de una inversión automotriz en el país. Se trata de uno de los sectores más afectados hoy por la crisis energética. El desembarco de Peirano fue acompañado por el mensaje oficial de que no habrá cambios en la gestión que, de hecho, ejerce el propio Néstor Kirchner. Funcionarios en áreas clave como Hacienda (Carlos Mosse), Finanzas (Sergio Chodos), Comercio Interior (Guillermo Moreno) seguirán en sus cargos (tampoco hay cómo reemplazarlos a muchos de los que hereda de Miceli). En el corto plazo, el principal problema para Peirano está en el INDEC. El personal del organismo sigue de paro, y su titular, Alejandro Barrios, quien se autodefinió como «un soldado del Presidente», también continuará en funciones.Los mercados, como era de prever, ignoraron el cambio ministerial: los bonos argentinos perdieron 0,5% con una mayor demanda de dólares en la plaza.

El «Sí, juro», deMiguel Peirano ayer enel Salón Blanco de laCasa de Gobierno,frente al presidenteKirchner y la atentamirada de la primeradama (arriba-izq). Dos monetaristassesaludan enel SalónBlanco: elcamioneroHugoMoyano y unsonrientetitular delBCRA,MartínRedrado (arriba-der). Los presentes, muchos de ellos industriales, se apretujaronpara saludar al flamante ministro, una vez asumido (abajo).
El «Sí, juro», de Miguel Peirano ayer en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, frente al presidente Kirchner y la atenta mirada de la primera dama (arriba-izq). Dos monetaristas se saludan en el Salón Blanco: el camionero Hugo Moyano y un sonriente titular del BCRA, Martín Redrado (arriba-der). Los presentes, muchos de ellos industriales, se apretujaron para saludar al flamante ministro, una vez asumido (abajo).
Miguel Peirano se convirtió ayer formalmente en el nuevo ministro de Economía. Néstor Kirchner tomó juramento al ex secretario de Industria, que desde el lunes sustituye a Felisa Miceli al frente del Palacio de Hacienda.

A la ceremonia, en la que no hubo discursos, asistieron la plana mayor de las cámaras, y delegados de las principales empresas manufactureras y bancos del país, que recibieron desde ayer con beneplácito y cierta esperanza -al menos en sus manifestaciones públicas-, la llegada de Peirano a la cartera de Economía. Todos, sin ocultar opiniones, pedían que el nuevo ministro se convierta en su interlocutor directo, en reemplazo del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Un detalle: este funcionario estuvo presente en la Casa de Gobierno, pero luego de una conversación con Julio De Vido se obligó al bajo perfil y esperó que termine la asunción en salones privados.

Peirano, de 41 años, que era miembro del gobierno de Kirchner desde que en febrero de 2005 fue designado como titular de la Secretaría de Industria, se convirtió, además, en el ministro de Economía más joven de la historia. Acompañando el evento, y por orden directa del matrimonio presidencial, cubrió el escenario del Salón Blanco la plana completa del gabinete nacional, comenzando por el vicepresidente, Daniel Scioli; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández (de largo abrazo con Peirano); los ministros Jorge Taiana (Relaciones Exteriores), Nilda Garré (Defensa), Carlos Tomada (Trabajo), Julio de Vido (Planificación) y Alberto Iribarne (Justicia), y el secretario legal y técnico, Carlos Zannini. Como invitados especiales en el atrio principal saludaron los gobernadores José Manuel de la Sota ( Córdoba) y José Luis Gioja (San Juan). Además, en primera fila se ubicaron el presidente y el vicepresidente del Banco Central, Martín Redrado y Miguel Pesce, respectivamente, y los confirmados secretarios de Hacienda, Carlos Mosse; Agricultura, Javier de Urquiza; Finanzas, Sergio Chodos, y Programación, Oscar Tangelson.

  • Lleno total

  • Hubo, además, un largo listado de personalidades que pujaron con ahínco por completar el Salón Blanco, que mostró un lleno total, probablemente el más importante desde la asunción del primer gabinete kirchnerista, en mayo de 2003. Entre otros, poblaron las gradas, sin poder sentarse por la presión del gentío, el titular de la CGT, Hugo Moyano (de efusivo abrazo con Martín Redrado), y su lugarteniente Julio Piumato; el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Juan Carlos Lascurain; el cónsul en Nueva York, Héctor Timerman; el legislador electo por la Capital Aníbal Ibarra; el vicepresidente del Banco Nación, Roberto Feletti; el titular de la CNV, Eduardo Hecker; las diputadas Mercedes Marcó del Pont ( convencida de que la primera medida que debe tomar Peirano es despedir del INDEC a la directora del IPC, Beatriz Paglieri) y Patricia Vaca Narvaja; la titular del INADI, María José Lubertino, y el presidente del bloque de diputados del Peronismo Federal (neooficialista), José María Díaz Bancalari.

  • Banqueros

    Obviamente, el salón estuvo poblado de industriales y banqueros como Diego Videla (Galicia), Carlos Heller (Banco Credicoop), Cristiano Ratazzi (Fiat), Viktor Klima (Volkswagen), Paolo Rocca (Techint) (de muy buena relación con Cristina Fernández de Kirchner), Federico Nicolson, Héctor Massuh (mentor en su momento de Peirano), Aldo Karagozian (Fundación Proteger), Alberto Sellaro (calzado), Norberto García (juguetes), Raúl Zyllerstein (manufacturas del cuero), Gabriel Martino (HSBC), Marcelo Fernández (CGE), Miguel Bein, Raúl Lamacchia, Luciano Miguens ( Sociedad Rural), Eduardo Buzzi (Federación Agraria) y el presidente de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi.

    No hubo discursos, ni de Kirchner, ni de su esposa, ni de Peirano. Pero sí, una vez terminado el acto y luego de una rápida salida del salón del Presidente, hubo tiempo para conversaciones privadas con algunos presentes seleccionados de parte de Cristina Fernández y Miguel Peirano, por separado. La primera dama recibía saludos protocolares, agradecía la presencia de los empresarios y los «invitaba a seguir aportando ahora y en el futuro», relacionando el acto con lo que sería su propia gestión en la Casa de Gobierno.

    Por su parte, Peirano se concentró en saludar luego a industriales presentes para decirles que tienen su despacho abierto y que sólo debían esperar unos días «para que me acomode», pero dejando claro que «pregunten directamente por mí, no por otra persona».
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