Como pocas veces en la estadística de nuestro mercado, se vieron ayer «111» papeles con bajas (hubo «23» en alza) e imponiendo de una tendencia de plano inclinado. Que volvió a sumir al mercado en un «infierno» de caídas verticales, cuando habíase podido quedar en el plano intermedio, una rueda atrás. Está claro que las aguas bajan turbias desde el Norte del continente, donde toda aparición de noticias de pretender socorrer a entidades en emergencia, con parva de dólares, es contestada de inmediato con más ventas en los canales bursátiles. Pésima reacción del Dow Jones, con respuesta que se fue ampliando hasta clavar 4 por ciento de descenso y borrando la insinuación del martes.
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En el Bovespa las cosas lucieron parecidas, en torno de 4% de rebaja, que se acentuó al recalar en el Merval y ampliando a 5% la diferencia porcentual final.
Con un mínimo que perforó ferozmente el piso nuevamente, para aterrizar en «1.482» unidades, el máximo de «1.572» quedó dibujado como una muestra absurda. Y, en el cierre, se arregló con «1.491» -trepando unos puntos del mínimo- y siendo, igualmente, una brecha enorme con el día anterior en el Merval clásico. Un poco más abierta todavía en el listado de «locales», que acusó 5,31% de merma.
Más órdenes
No lució como favorable que se trabajará con más negocios, frente a la fuerte baja en las cotizaciones, pero se totalizaron $ 86 millones de efectivo: y esto impone de un cambio de manos de posiciones, donde la demanda que mira al más allá está acopiando materia primera accionaria, a precios cada vez más de liquidación.
Por allí aparecen Ledesma y Repsol con subas de 4%, enfrentando a la masa bajista encabezada por Introductora y una rebaja de 14%. Baja en petroleras acentuaron el mal momento, con Tenaris cayendo más de 4%, siendo todo el escenario una imagen de «tierra arrasada»: que vuelve a meter miedo para lo siguiente. La Bolsa, abajo de la cama...
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