La situación de la deuda en pesos plantea interrogantes cruciales sobre su valor y sostenibilidad. Para entender esta compleja cuestión, es esencial analizar los números proporcionados por el INDEC y la Oficina de Deuda.
Deuda en pesos: los riesgos sobre los que alerta el mercado
Algunos analistas argumentan que la deuda intraestatal debería excluirse del cálculo de la deuda externa. Esto se debe a que no representa una obligación con acreedores externos.
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La deuda con privados en Argentina parece tener un valor nominal reducido con relación al PBI, representando un porcentaje insignificante
A fecha del 30 de junio de 2023, la deuda representaba el 88% del Producto Bruto Interno (PBI), desglosada en un 32% con el sector privado, un 19% con organismos internacionales y el restante 49% dentro del sector público.
Sin embargo, la metodología empleada para calcular estos porcentajes presenta un problema, ya que utiliza el PBI en AR$ corrientes dividido por el tipo de cambio al 30 de junio, sin considerar la alta inflación que distorsiona esta cifra.
De acuerdo con el economista Juan Nieve y un hilo dedicado al tema en Twitter (ahora X), en términos absolutos, la deuda con privados asciende a aproximadamente u$s135 mil millones, de los cuales unos u$s81 mil millones corresponden a bonos en dólares.
No obstante, dado que la deuda cotiza a un 25% de su valor nominal, su valor de mercado se reduce a u$s20 mil millones, representando solo el 3,15% del Producto Bruto Interno (PBI). “Esta cifra es bastante insignificante en comparación con las estimaciones nominales”, advierte.
En cuanto a la posibilidad de quitas, considerar reducir una deuda que equivale nominalmente al 12,5% del PBI a un 6%, 3,5% o 1,2% respectivamente, parece poco razonable. Los acreedores no aceptarían dichas quitas, ya que Argentina tiene la capacidad de pagar más, con los intereses de la deuda representando solo el 1,2% del PBI al 10%.
Al observar las ratios posteriores a la reestructuración de 2005, la deuda con privados se redujo significativamente, pasando del 45% al 20% del PBI en la actualidad. Sin embargo, es crucial considerar el impacto del tipo de cambio, que ha cambiado desde entonces, ajustando los ratios para obtener una imagen más precisa. En la actualidad, los bonos representan menos de 3 meses de exportaciones y se descuenta una emisión adicional para cumplir con el plan de Ocampo.
En conclusión, la deuda con privados en Argentina parece tener un valor nominal reducido con relación al PBI, representando un porcentaje insignificante, y su carga de intereses está por debajo de la inflación de Estados Unidos, advierte Nieve. Aunque se puedan explorar diferentes escenarios futuros, es esencial tener en cuenta la comparación con la situación de deuda en el pasado y la importancia de abordar la deuda en pesos del sector privado.
Los riesgos que plantea el mercado
Algunos analistas argumentan que la deuda intraestatal debería excluirse del cálculo de la deuda externa. Esto se debe a que no representa una obligación con acreedores externos.
Sin embargo, otros sostienen que la deuda intraestatal es un pasivo real que debe tenerse en cuenta. Esto se debe a que puede tener un impacto significativo en la capacidad del gobierno para cumplir con sus obligaciones externas.
En última instancia, la decisión de sí, la deuda intraestatal debe excluirse del cálculo de la deuda externa es una cuestión de interpretación. Sin embargo, es importante considerar este factor al analizar la sostenibilidad de la deuda.
Asimismo, otros expertos advierten que dado que la mayoría de esa deuda, en manos del sector privado, existe el riesgo de que, ante un evento como el del próximo domingo (elecciones) se incremente la incertidumbre de que el gobierno no pueda renovar los vencimientos.
La situación se agudizaría si el Gobierno decide saldarla con emisión monetaria, puesto que agregaría más presión a una dinámica inflacionaria ya de por sí muy alta. Esto derivaría en que si la nominalidad de la economía se agrava y el financiamiento voluntario desaparece, el próximo gobierno optará por reestructurar antes que asumir los costos socioeconómicos de honrar la deuda.
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