17 de mayo 2023 - 00:00

Diálogos de Wall Street

El juego de la gallina continúa, dice Gordon Gekko. ¿Hasta cuándo?

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Periodista: Janet Yellen insiste. El Tesoro puede quedarse sin fondos tan pronto como el 1 de junio. ¿Qué tan seria es la amenaza? ¿O es simplemente un truco para apurar la negociación del techo de la deuda?

Gordon Gekko: Es un truco creíble. Digámoslo así. La recaudación se cayó a pique. Abril es un mes de cobros importantes, siempre superavitario, y el resultado se hundió 43%. Ajustado por los días hábiles, la merma es del 72%. Que a Yellen no le sobran las monedas, no hay dudas.

P.: Es como si ya estuviésemos en recesión.

G.G.: En rigor, es la factura directa del mercado bear en la Bolsa. Y del infortunio en los mercados en 2022.

P.: La economía sigue su curso, y ¿desaparecieron las ganancias?

G.G.: Se hicieron humo las ganancias de capital. Y veníamos de un 2021 con los mercados viento en popa, que infló los ingresos del año pasado. Es una combinación potente.

P.: La Bolsa anticipó una recesión que todavía no se produjo.

G.G.: Así es. Una recesión que está en el radar y en los pronósticos – y también en el mercado inmobiliario - pero que se resiste a hacer acto de presencia masiva.

P.: Quizá la intransigencia política nos dé el empujón que hace falta.

G.G.: No creo. Sería un crimen imperdonable.

P.: Estamos transitando sobre el filo de la navaja.

G.G.: Jugando con fuego, sí. Al borde de una crisis de nervios que debería ser pasajera. Más dañina sobre los mercados, pienso, que para la economía real.

P.: ¿Ve algún avance acaso?

G.G.: Nadie se asustó en serio todavía. Basta con mirar los precios. Y es difícil que la política abandone el juego de la gallina sin tensar la cuerda al máximo. Aunque Yellen nos prometa calamidades. “Corridas, llamados a reponer garantía y ventas de liquidación”, vaticino si no se llega a un acuerdo.

P.: No es fácil negociar con los republicanos hoy en día. Ni aun para los mismos republicanos. Nombrarlo a Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes les llevó 15 votaciones internas y fue una agonía.

G.G.: Eso es parte del problema. El negociador puede perder el respaldo de sus pares. Podría ser reemplazado en su función. Es un dilema personal.

P.: Tiene que ser duro entonces, y parecer más duro todavía.

G.G.: Su límite es el default de la deuda. No puede pisar ese palito. Debe ser inflexible pero no puede pasarse de la raya. Y Biden, por su parte, que hace un par de semanas anunció que buscará la reelección, recoge en las encuestas números bajísimos de aprobación. Por debajo de Donald Trump; por debajo del Gobernador de Florida, Ron De Santis que todavía no oficializó su candidatura. Tiene que mostrar las uñas.

P.: Tampoco Biden puede permitirse un default, imagino.

G.G.: No, pero le resultará más sencillo que los independientes crean que la culpa estuvo del otro lado.

P. Visto así, es como que no tiene salida incruenta.

G.G.: ¿Quería saber si hay avances? Creo que sí. Hay que verla a la senadora demócrata Elizabeth Warren abriendo el paraguas para pensar que sí. Biden tendrá que hacer algunas concesiones. Pasó toda su vida en el Senado. Conoce el oficio. La idea de que sí o sí hay que correr el techo de la deuda y postergar la discusión del gasto para la negociación del presupuesto no le deja margen a su contraparte. Si el ala izquierda de su partido empieza a erizarse es porque lo ve dispuesto a pisar el gasto a cambio de un acuerdo. Pienso en ponerle límites a ciertos rubros por un par de años y no diez.

P.: ¿Y cómo cree que se va a parar la Fed en esta encrucijada?

G.G.: En principio, la Fed llegó justo a tiempo a su tasa terminal de 5,25%. No la urge la agenda pendiente. La próxima reunión es el 13 y 14 de junio.

P.: Después de la fecha clave en que el Tesoro se quedaría sin fondos.

G.G.: La primera quincena de junio es donde existe la vulnerabilidad más grande. Después la recaudación repunta y se podrá salir de la zona de peligro por un buen tiempo. Si presta atención, esta semana la Fed comenzó un debate en público.

P.: Están los que quieren seguir con la escalera de suba de tasas y quienes no tienen apuro todavía.

G.G.: Primero, jugará la política y la caja del Tesoro. Si hay ruido, no habrá suba de tasas. Si el día D se corre para más adelante, la FED tomará una decisión en los términos del debate que empezamos a escuchar. Y lo más probable es que sea la misma. No tocar. Hay un grupo pequeño que querrá gatillar en julio. Lo que no se conoce es de nadie que pretenda comenzar la baja de tasas este año como lo creen los mercados.

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