Frente a los anuncios realizados por el ministro de Economía, Luis Caputo, referentes de la industria, la construcción y el campo conversaron con Ámbito para realizar un primer análisis de las medidas a implementar. Desde el sector del agro el funcionario encontrará mayor recibimiento, en tanto la industria mantiene mayor incertidumbre y rechaza el aumento de retenciones a productos no agropecuarios. Por su parte, la construcción rechaza de plano la finalización de la obra pública.
El campo saluda las medidas de Caputo, la industria aguarda detalles y la construcción las rechaza
La recepción de los anuncios es disímil de acuerdo al sector consultado. Mientras el agro percibe los beneficios de las nuevas medidas, el sector industrial se pregunta cuál será el impacto y cómo será el esquema de salida de las SIRA. La construcción, en cambio, rechaza de plano el fin de la obra pública.
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Del paquete de medidas compartido por Caputo, el sector industrial focalizó en tres puntos: devaluación, retenciones y quita de autorización de importaciones bajo el sistema SIRA. Según el ministro, el tipo de cambio oficial valdrá $800, “para que los sectores productivos tengan realmente los incentivos adecuados para aumentar la producción”.
A su vez, mencionó que el aumento estará acompañado por un aumento provisorio del impuesto PAIS a las importaciones de 17,5% y de las retenciones de las exportaciones no agropecuarias, de un 15%. “De esta manera, beneficiamos a los exportadores con un mejor precio y equiparamos la carga fiscal para todos los sectores, dejando de discriminar al sector agropecuario”, justificó Caputo.
La medida generó reacción inmediatamente positiva para el titular de la Sociedad Rural, Nicolás Pino: “Milei, reafirmó lo que siempre nos dijo, poniendo en valor al sector porque el campo ha sido discriminado a través de impuestos que solo pagamos los productores. El camino es la unificación del tipo de cambio y la eliminación de los derechos de exportación”, aseguró.
Pese a que el funcionario aclaró que se trata de una medida provisoria y que, finalizada la etapa de emergencia, se procederá a la eliminación de todos los derechos de exportación, la industria no reaccionó de la misma forma; mantiene sus reservas.
“Los aumentos para las importaciones es lo que a la industria la va a terminar destruyendo, más allá de la apertura indiscriminada”, opina Daniel Moreira, titular de la Asociación Pyme. “Si aumentan las importaciones, el precio de los insumos difundidos también lo hará, lo que imposibilitará producir”, dijo el empresario y advirtió: “La industria textil es que la que más rápido sufrirá estos impactos”.
Por su parte, el titular de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Natalio Mario Grinman, optó por una posición más moderada, aunque se mantiene a la espera de mayores definiciones y demuestra cierta inquietud por el aumento de las cargas fiscales. “Es muy bienvenido el anuncio de corrección del abultado desequilibrio de las cuentas públicas y que se ataque la raíz del problema y se deje de poner parches como lo son los controles de precios y las restricciones por doquier”. Sin embargo, asume que el “cómo” es un gran desafío, y espera que “tan pronto la situación mejore, las medidas de excepción se eliminen”.
Misma línea asume en principio la Unión Industrial Argentina, a cargo de Daniel Funes de Rioja, organismo que considera que “son medidas de austeridad razonables en el contexto” pero aguardan a mayores detalles “para estar seguros de que la competitividad argentina permite exportar con las nuevas condiciones”.
Para, Román Guajardo, el Presidente Unión Industrial Región Rosario, mensurar el impacto de las medidas también es prematuro, pero puntualiza que el esquema de salida de las SIRAS es lo que más interrogantes genera. “Reemplazaremos el sistema SIRA de importaciones por un sistema estadístico y de información que no requerirá de la aprobación de licencias. Se termina así la discrecionalidad y se garantiza la transparencia del proceso de aprobación de las importaciones. El que quiera importar, ahora podrá hacerlo, y punto”, anunció Caputo.
Bajo esa premisa, se pregunta qué sucederá con la deuda comercial acumulada -en más de USD 50 mil millones” y el seguro de cambio. Pero también aguarda detalles por la cotización final de los tipos de cambio para exportar e importar, y mantiene precaución tanto con el impacto del aumento de las tarifas en precios como con la vida útil de las pymes industriales en el corto plazo.
Por último, Gustavo Weiss, titular de la Cámara de la Construcción (CAMARCO), expresó su disconformidad con el fin de la obra pública y cancelación de las licitaciones aprobadas. “El problema del fin de la obra pública y que la hagan los privados en el mundo, es que eso solo representa el 7% de la inversión total en infraestructura, no hay negocio para que los privados hagan mucho más que eso. No va a haber mucha obra en infraestructura”, advirtió.
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