30 de abril 2020 - 00:00

Diálogos de Wall Street

La Fed no sacó ningún conejo de la galera. ¿Hasta acá llegó el estímulo? No. Habrá más, nos dice Gordon Gekko, nuestro hombre en Wall Street.

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Periodista: ¿Sorpresa? Quizás se esperaba más de parte de la Fed

Gordon Gekko: No será porque el banco central esté haciendo poco...

P.: No es una crítica. Para nada. No obstante, la expectativa era que se anunciara algún nuevo programa especial.

G. G.: De acuerdo. Pero por otro lado sólo tres de ellos están operativos. Resta poner en funcionamiento a la mayoría de las facilidades crediticias que se crearon a partir de la segunda quincena de marzo.

P.: Parecería que alcanza con los anuncios. La implementación puede esperar en la medida que los mercados responden de manera positiva. La Fed no compró deuda de empresas. Ni un solo bono todavía. Y el mercado de renta fija se dio vuelta como una media. Tal vez, con una plaza tan líquida, hasta no necesite intervenir.

G. G.: No es el caso de otros programas. Olvídese. La Fed seguramente tendrá que comprar munis (deuda pública subsoberana), asistir a las instituciones que prestan contra los cheques de pago PPP, seguir financiando a los dealers primarios. Las facilidades crediticias, se usen o no, tienen que estar aceitadas para dar rápida respuesta en caso de necesidad. Y pasó ya bastante tiempo, y no es así todavía.

P.: Ahora el crítico parece usted...

G. G.: Jay Powell dijo que las dos ventanillas para estimular el crédito corporativo están a punto de habilitarse “pronto”. Pero, en otros casos, en la asistencia a empresas pequeñas y medianas hay un proceso de consultas en curso, y una logística que resolver. Eso llevará más tiempo, reconoció. Dicho esto, la Fed puede agregar nuevos programas si lo considera importante o urgente. Una tarea no impide la otra.

P.: ¿Cuál sería el blanco de la ayuda?

G. G.: Existe un problema serio con los servicios de las hipotecas, atrasos e incumplimientos de pago. Y rondaba la idea de que las compañías no bancarias que se ocupan de recolectar la renta y amortización de las deudas hipotecarias iban a tener su propio paraguas. No está muy claro que sea la Fed la que deba ocuparse (podría ser la FHFA, que tiene a cargo el financiamiento de la vivienda). Hoy nadie lo hace.

P.: ¿Hay recursos para ampliar la asistencia? ¿O ya se comprometió una cifra cercana a los límites disponibles?

G. G.: Powell fue contundente. El Tesoro, que es el que pone el capital de los programas, tiene margen para sumar más recursos y escalar los planes si así se requiere. El banco central está cómodo con el andamiaje que montó deprisa, lo considera apropiado. Los mercados están funcionando correctamente. Se restableció el flujo normal del crédito. Son palabras textuales: “No hubo un colapso como en 2008 y 2009”.

P.:¿Hora de dar un paso al costado y dejar que la situación sane por sus propios medios? Suena como el timbre de un recreo.

G. G.: No es la idea. Y no me sorprendería que tengamos nuevos programas de soporte de actividades o sectores específicos. El mensaje es otro, está en la primera línea del comunicado oficial. Allí, el banco central ratifica que está dispuesto a emplear toda la batería de herramientas a su alcance para apuntalar a la economía de los EE.UU. en un tiempo que seguirá siendo “desafiante”.

P.: Un ex presidente de la Fed de Minneapolis, Narayana Kocherlakota, pensaba que se iba a innovar con la aplicación de tasas de interés negativas. No fue así. Las tasas se mantienen sin cambios. ¿Lo sorprendió?

G. G.: Kocherlakota, sí. La Fed de Powell, no. Hizo lo mismo que sus predecesores: no meterse allí donde no se sienten nada cómodos.

P.: Más allá de que las tasas negativas ya no son una carta extravagante. En Europa son un compañero de ruta de todos los días. Y hace años.

G. G.: Como puede serlo la compra de bonos de largo plazo en EE.UU., la expansión cuantitativa. Queda claro, sin embargo, que no son del gusto de la Fed. Temen que provoquen más daño en el funcionamiento del mercado monetario que beneficios. Y todavía Powell y su gente pueden elegir el menú que nos van a servir.

P.: La Bolsa persiste en alza. La postura de la Fed no le quitó el sueño.

G. G.: La Fed le quitó la pesadilla de encima. No se puede pedir más. Que Gilead diga que su droga - el remdesivir- tuvo buenos resultados en los ensayos clínicos fue la noticia del día. En China, sin embargo, no funcionó. Todo sugiere que estamos lejos de un tratamiento eficaz. Nada como el que aplicó Powell para resucitar a la renta fija.

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