Periodista: La Fed no afloja la marca. Las tasas suben. A lo largo de toda la curva. Pero la presión no cede. Mientras hubo oradores, gobernadores o presidentes de distrito, cada uno aumentó la apuesta. ¿Qué se busca?
Diálogos de Wall Street
¿Cuántas subas de tasas anotamos, Gekko? ¿Quién da más?
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Jerome Powell.
Gordon Gekko: Que los mercados aterricen primero. Antes de que el banco central entre en acción. Que les caiga la ficha y reacomoden sus carteras. “Están mal posicionados para lo que se viene”. 2022 no es una “remake” de 2021. Ni de 2020. Ese es el mensaje tácito. Toca dar la batalla por la inflación. Cambió el guión, cambió la prioridad.
P.: ¿No es acaso lo que los mercados están haciendo?
G.G.: Sí. Desde el primer día del año.
P.: ¿Y por qué la insistencia, entonces?
G.G.: Para marcar la diferencia, y no dejar lugar a las ambigüedades.
P.: Esta vez, la cosa va en serio.
G.G.: Tal cual. No es solamente un amago. Y hay que ir más allá de los mercados financieros, hay que llegar a las compañías. A los departamentos de recursos humanos. La solución Dimon en JPMorgan, pagar lo que sea, pero retener el mejor personal, debe provocar algún escozor. Aunque hay que decirlo todo. El banco reconoce que no va a poder traspasar esos mayores costos a sus clientes. No en su totalidad, por lo menos; y la rentabilidad de los próximos dos años se verá afectada.
P.: ¿Usted cree que las negociaciones salariales son la pieza clave que le quita el sueño a Powell & Co.?
G.G.: Junto con la inflación de servicios y, quizás en menor medida, la bonanza inmobiliaria.
P.: ¿No se dejó estar la Fed si después iba a sufrir tanto el sarpullido?
G.G.: Priorizó el pleno empleo sobre la estabilidad de precios. Powell denota una gran afición por el despliegue secuencial. Obtuvo lo primero, y ahora va por lo segundo. Con cuidado, no querrá arruinar lo que ya consiguió.
P.: En las minutas de diciembre, la Fed enarbola una triple amenaza. El taper, la suba de tasas y la reducción de su balance.
G.G.: Y no mezcla el taper con la suba de tasas. Como si fueran el agua y el aceite. A diferencia, por ejemplo, del Banco de Inglaterra, que ya subió las tasas, pero mantiene la compra de bonos. Son estilos diferentes.
P.: Si la Fed está tan urgida de actuar, y pretende izar las tasas varias veces en el año, si es así, ¿por qué no arranca en la reunión de la semana próxima?
G.G.: Por aquello de vísteme despacio que estoy apurado. Está muy urgida en comunicar, en lograr que los mercados tomen nota y actúen ellos, y en ajustar las expectativas. Pero, no tiene prisa por precipitar un error. La gente se olvida de que no habrá un bis del estímulo fiscal. La política fiscal es el ingrediente más potente de esta política económica, y actuará por omisión. Será un lastre fuerte. Es razonable que la Fed quiera armar primero el rompecabezas y recién después saltar al ruedo.
P.: Los futuros de fed funds ya incorporan cuatro subas de tasas de un cuarto de punto para 2022. Marzo, casi con certeza, aparece como la fecha del estreno. Y se pondera una chance en tres de que el calibre elegido sea de medio punto. ¿Qué le parece?
G.G.: La Fed ya eligió marzo. Una suba de un cuarto de punto por trimestre suena lógico, y tiene una larga tradición detrás. Las dos primeras serán casi automáticas. Eran las únicas en las que, un mes atrás, creían los mercados. En el segundo semestre, el banco central desea comenzar a achicar la hoja de balance. Y debería hacerlo junto con la suba de tasas. ¿Querrá? ¿O se tomará una pausa? Por supuesto, el nivel de tasas será todavía muy bajo, y la inflación demasiado alta, no habría problemas por ese lado. Pero no será el único frente abierto. ¿Qué nivel tendrán las tasas largas, por caso?
P.: Hoy cualquiera firmaría por que sean cuatro tasas de interés. Como pinta la cosa podrían ser más.
G.G.: Hoy, sí. Pero, hoy nos gobierna el frenesí de palabra. A la Fed le sirve promover un “overshooting” de las expectativas. Necesita saber con qué bueyes ara, cuánto los puede exigir. Mire, en este preciso momento, la economía boyante se frenó. Y la inflación de bienes también (salvo la energía, por razones geopolíticas). Y las subas de tasas prometidas aumentan por doquier. ¿Vio el informe de actividad Empire State? Acaba de publicarse. La actividad de Nueva York se detuvo en seco, las nuevas órdenes se cayeron por una rampa. Nada grave, le aclaro. Es la factura del covid. Pero la economía no llegó sana y salva, y en plena bonanza (que hay amansar), manejándola con piloto automático. No veo cambios ahí.
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