10 de octubre 2008 - 00:00

Lo que se dice en las mesas

  • Siempre se puede estar peor. Esa es la lección que dejó esta semana en mercados con operadores argentinos en Nueva York que se iban de los bancos a las 23 y retornaban a las 6 de la mañana. Ese fue el horario típico de trabajo en Wall Street. Casi lo mismo en Buenos Aires, para los traders de bonos. Encima, ya alejados de sus oficinas seguían cotizaciones por TV o por «Bloomberg Anywhere» en sus celulares. ¿Se tocó fondo ayer para los papeles argentinos? Esa pregunta fue formulada y respondida afirmativamente en las últimas cien jornadas. Cualquier cosa es posible. Ayer la característica de la rueda fue de menores participantes al conmemorarse el Día del Perdón en la comunidad judía.   

  • «Lo que se está viendo es una acción coordinada del Banco Central con Brasil, Chile y México» aseguró ayer un operador con llegada a la mesa del BCRA. Martín Redrado volvió a ordenar vender dólares y en el mercado mayorista sólo subía 50 centavos. Una victoria. Lo mismo sucedía en Brasil, donde la paridad contra el real pasó de 2,30 a 2,18. Un calco de esa tendencia se veía en México y Chile. No fue casualidad. Hubo intervención conjunta y planificada. Pero, el nerviosismo en casas de cambio se mantuvo y lo mismo en sucursales de bancos en el interior a la búsqueda de refugio en la moneda del país epicentro de la crisis. Paradojas. ¿Cuánto vendió el BCRA el miércoles, el día de mayor nerviosismo? Las cifras van desde los 60 millones en la versión oficial hasta los 500 millones deducidos por operadores en función de transacciones en el MAE. Varias bicicletas surgieron en estos días de pánico. La más común era la de comprar dólares en casas de cambio y luego venderlos en el mercado «blue» en el que no hay que mostrar DNI, firmar comprobantes ni límites a las adquisiciones. Por ende cotiza por encima del valor oficial. Ayer por ejemplo se operaba a 3,25 pesos en casas de cambio pero el «blue» valía 10 centavos más. Incluso el miércoles el «blue» tocó los $ 3,41 ante la desesperación del público por comprar (y no dejar huellas de la operación).

  • Lo que no se podía comprender en las mesas era cómo había clientes que aceptaban perder 7% y en algunos casos 10% de sus ahorros para traer dólares desde Nueva York y Europa a cajas de seguridad. Quién sabe lo que sucederá a futuro, pero el costo en comisiones para tener la sensación de que los ahorros están cerca de uno parece demasiado. Y sin embargo se lo asumía. No dejaba de ser otra muestra del pánico que acoge a inversores. Aun banqueros aconsejaban comprar bonos del Tesoro norteamericano o del país en donde tuvieran los fondos antes que pagar esas comisiones astronómicas. O de última tomar una caja de seguridad en Nueva York. Pero, no había caso. «Es como que la gente quería tocar el dinero», lamentaba un ejecutivo de banca privada. Lo que además quedaba al descubierto es que no hay un adecuado conocimiento en clientes del riesgo de las inversiones a juzgar por estos movimientos. Por ejemplo: si un inversor tiene Bonos del Tesoro francés y se los compró al suizo XX Bank, ¿lo afecta una eventual caída del XX Bank? No, dado que esos bonos adquiridos están depositados en una caja de valores (euroclear). Si lo afectaría en cambio que Francia declarara el default de su deuda, algo virtualmente imposible aun en medio de esta crisis histórica.   

  • ¿Qué pasa con los bancos en el exterior? Ayer los que estaban sumidos en versiones eran los suizos tras la caída de 4% en la Bolsa. Lo positivo de haber estado aislado del mundo en los últimos 7 años es que los bancos argentinos están en una sólida posición, con cash disponible, y el mercado con poco apalancamiento. ¿Qué hubiera pasado si hubiese surtido efecto el Plan Inquilinos para presionar a bancos a que den cientos de miles de hipotecas sin tener en cuenta capacidad de repago? Allí sí que el sistema hubiera estado bajo amenaza. Aunque una burbuja en paralelo a las que flotan («Y se derrumban», al decir de la Presidente) sería la de pensar que igual se está ante un edén en la plaza local. Empresas sufrirán derrumbe de ventas y siempre alguna puede presentarse en convocatoria (ayer se hablaba de una curtiembre) y lo mismo sucederá con atrasos en los créditos al consumidor. De manual.

  • Algunos bancos británicos también se veían afectados habida cuenta que el Estado inglés ingresaba como accionista y con ello se acababa el reparto de dividendos. Por eso, la nueva caída ayer. Pero sin dudas lo más importante pasaba por Washington con las declaraciones de voceros del Tesoro norteamericano anticipando inyección de capital en entidades norteamericanas. Bush accionista. Pero, nada servía como tampoco los u$s 700.000 millones, o la baja combinada de tasas. En la última media hora de rueda en Nueva York arreciaban las ventas. Había quienes decían que eran producto de opciones asiáticas que se pactan según el promedio del cierre de los índices, o acción combinada de hedge funds. Lo concreto es que ganaron los vendedores al cierre por goleada. Una de las páginas de «Bloomberg» más visitadas en las últimas jornadas es la de Bank. En ella se muestra cómo operaron las acciones de las principales entidades y a cuánto cotizan los CDS (seguros contra default). Hay mucha variedad, pero ayer las miradas se posaban sobre Morgan Stanley con descenso de 15%. Precisamente otro fantasma en los mercados, peor que el de Canterville de Oscar Wilde, es el de las ventas en descubierto («short sellers»). Son operaciones que se hacen apostando a la baja de los mercados y que la SEC prohibió efectuar sobre 900 papeles en Wall Street. Pero ahora vence ese plazo y los vendedores en descubierto pueden aparecer en las próximas horas. Ayer, el principal afectado era el ya mencionado Morgan Stanley. En Londres, el temor a que no se prolongue esa prohibición era el mismo. Al fin y al cabo, como decía Wilde: «Los ingleses y los norteamericanos se parecen en muchas cosas, menos en el idioma».
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