26 de septiembre 2008 - 00:00

Los mercados vivieron otra semana de nerviosismo a la espera del plan de rescate

Los mercados vivieron otra semana de nerviosismo a la espera del plan de rescate
Los mercados estadounidenses cerraron hoy en Wall Street con números mixtos -el Dow Jones en leve alza, el Nasdaq con una caída- y se retiraron por el fin de semana esperando que el lunes por la mañana ya esté aprobado el paquete de rescate financiero montado por el gobierno.

El Dow Jones, indicador de los principales papeles industriales, cerró con un alza de 129,59 puntos, un 1,10 por ciento arriba, mientras que el Nasdaq, que agrupa los títulos tecnológicos, cayó 3,23 puntos, un 0,2 por ciento.

En Europa, la bolsa de Madrid cayó 0,4%; Londres 2,1% y París 1,5%. La tendencia negativa también alcanzó a las Bolsas asiáticas: Tokio retrocedió 0,9%.

Los inversores de Wall Street quedaron ahora a la expectativa, para ver si el gobierno y el Congreso cumplen con la promesa de tener listo este fin de semana el paquete de 700.000 millones de dólares que debería "descongestionar" el sistema financiero.

La oposición demócrata confirmó hoy que la ley para el salvataje puede ser acordada este fin de semana, pero advirtió que hay enmiendas cuya inclusión en el texto "no es negociable".

Entre esos reclamos, los demócratas piden que exista una comprobable supervisión del uso de los 700.000 millones de dólares de dinero fiscal previstos en el paquete.

Tampoco, en su opinión, deberá utilizarse el dinero para pagar compensaciones a los altos ejecutivos de Wall Street y "los contribuyentes deben estar cubiertos", dijo el senador Chris Dodd.

"No debe ser como emitir un cheque por 700.000 millones de dólares sin que nadie se haga responsable", afirmó Dodd.

Según el senador por Connecticut, "si los contribuyentes tomarán el riesgo, deberán también tener parte de las recompensas" que eventualmente produzca el paquete.

Dodd se presentó ante la prensa junto al líder de la bancada demócrata en el Senado, Harry Reid, de Nevada, quien aseguró que la oposición está lista para trabajar con la Casa Blanca "para concretar esto".

"Vamos a trabajar con el presidente" George W. Bush, dijo Reid, quien -de todas modos- advirtió que, para los demócratas, hay cláusulas que "no son negociables", como la seguridad de que se implantarán mecanismos de control para el uso del dinero fiscal.

"Nos quedaremos (en el Congreso) hasta que resolvamos esto", le hizo eco el senador republicano Judd Gregg, de New Hampshire, en declaraciones a la cadena Fox News.

Por su parte, Reid aprovechó para disparar contra el candidato republicano a la presidencia, el también senador John McCain, quien esta semana causó un impacto cuando anunció que suspendía la campaña proselitista mientras se negocia el paquete de salvataje.

"La inserción de la política (de la campaña) presidencial no resultó útil, fue dañina" para el proceso de negociaciones, afirmó Reid.

La nerviosa jornada de tratativas entre republicanos y demócratas arrancó con un nuevo mensaje del presidente Bush, quien admitió que hay "algunos desacuerdos" entre ambos partidos sobre la forma que debe tomar el plan de rescate financiero, que prevé la compra de miles de millones de dólares en activos "tóxicos" respaldados por préstamos hipotecarios blandos.

"Pero no hay desacuerdo en que algo sustancial se debe hacer" para enfrentar la crisis, añadió el presidente.

No obstante el esfuerzo de los líderes de ambos partidos, todo indica que los republicanos en la Cámara de Representantes seguían hoy siendo el principal obstáculo para que el Congreso y la Casa Blanca cierren un acuerdo en el plan de emergencia, según un despacho de la agencia DPA.

Los republicanos de la Cámara baja se oponen por principios a tal gasto de dinero público y proponen una rebaja de los impuestos a las empresas para incentivar la inversión privada.

De esta manera, argumentan, será el capital privado y no el público el que rescate a los mercados: Wall Street salvaría a Wall Street.

La contrapropuesta, sin embargo, no encontró buena acogida ni en la Casa Blanca -"no empiecen de cero", cuenta hoy la prensa que dijo el presidente George W. Bush el jueves- ni entre los demócratas.


El problema estriba en que los demócratas necesitan contar con un amplio apoyo republicano para aprobar el paquete de medidas. Aunque tienen la mayoría en ambas cámaras, nadie quiere aparecer como el único artífice de un arriesgado plan que incluye un gasto enorme y que no tiene garantizado el éxito.

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