17 de septiembre 2007 - 00:00

Oposición renovará la ofensiva por inflación

Roberto Lavagna
Roberto Lavagna
La Santa Inquisición no llegó siempre a aplicar torturas a quienes acusó de herejía para arrancarles una confesión. El procedimiento establecía que antes de esos extremos al reo debían mostrárseles los instrumentos del tormento que le esperaban. En la mayoría de los casos, con ese solo paso la retractación del hecho hereje brotaba inmediatamente.

Algo similar le ocurrió a Martín Redrado esta semana: después de haber reconocido -por error o en una suerte de venganza personal- en un desayuno en la Cámara de Comercio Argentino-Británica en Londres que la inflación en el país es un tema preocupante y, para peor, que el nivel de superávit también lo es, recibió la exigencia de Néstor Kirchner de retractarse. El presidente del Banco Central, que había usado esa mayor «libertad» a la hora de hablar que muestran siempre los funcionarios cuando no están en el país, cumplió inmediatamente para frenar cualquier nefasta consecuencia posterior.

Pero no consiguió parar a la oposición en pleno. Si hubiera aportado algún dato nuevo sobre la economía, quizás el impacto hubiera sido menor. Pero Redrado reconoció la situación preocupante que atraviesan los dos grandes temas del momento, que mucho tienen que ver también con el gasto del gobierno.

  • Colgados

  • De ese sinceramiento ya se colgaron todos: desde Roberto Lavagna hasta Elisa Carrió y Alberto Rodríguez Saá, desperezando la campaña que no encontró nuevos escándalos oficiales para alimentarse en la última semana.

    Quienes más aprovecharán los dichos de Redrado serán Lavagna y su multifacético compañero de fórmula, el radical Gerardo Morales. Hoy se presentarán en los tribunales federales de Comodoro Py para ampliar la denuncia penal que ya presentaron con Guillermo Moreno y sus « chicas» del INDEC por la supuesta manipulación de índices y violación del secreto estadístico.

    Como no podían dejar pasar el fin de semana sin aprovechar semejante situación, el sábado pasado ya organizaron una batucada frente a las puertas del organismo con firma de compromiso incluida para garantizar el nuevo escándalo judicial de hoy.

    En las campañas, el problema con los números que complican la economía, como en este caso la inflación reconocida por Redrado, no es sólo que existan o se verifiquen en las góndolas, sino que algún referente del área termine reconociéndolos. Los datos que reflejan una aceleración de la inflación en el peor momento político para la candidatura de Cristina de Kirchner existen, las maniobras en el INDEC para ocultarlos están siendo investigadas hasta en la Justicia; pero además existe un comparativo demoledor: la inflación en las provincias que llega a cuadruplicar los números que reciben los porteños y el conurbano cada mes del INDEC.

    No perdió la oportunidad de subirse al nuevo hit de campaña instalado definitivamente desde el Banco Central, el sanluiseño Alberto Rodríguez Saá, menos medido aún: «La descarada suba de precios que se comprueba en las góndolas de todos los supermercados del país es la mejor definición de la escalada inflacionaria que cada hogar vive como un impuesto a los pobres y que sirve para solventar el plan prebendario y la campaña electoral de la primera dama».

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