Prevé Brasil inversión aún mayor: u$s 235.000 millones
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El PAC prevé inversiones estatales y privadas en el orden de los u$s 235.000 millones (503.900 millones de reales) hasta 2010, cuando terminará su segundo mandato.
Los mercados reaccionaron bien ante el anuncio: hubo una leve caída del real y la Bolsa cerró en alza.
Brasil ha sido en los últimos años una de las economías latinoamericanas de menor expansión, totalizando un crecimiento promedio anual de 2,6% desde 2003. Para este año, el sector privado calcula un crecimiento económico de 3,5% del PBI, pero el gobierno espera que, con estas medidas, sea de 4,5% y se consolide en torno a 5% anual entre 2008 y 2010.
La inflación, en tanto, que fue de 3,14% en 2006, se proyecta en 4,1% en 2007 y en 4,5% para cada uno de los tres años siguientes.
«El desafío es acelerar el crecimiento, romper barreras y superar límites», pero « crecer en forma correcta», atacando las históricas desigualdades sociales que existen en Brasil y sin emprender ninguna aventura, declaró Lula.
El programa está dividido en cinco grandes bloques, que incluyen medidas dirigidas a aumentarla inversión en el área de infraestructura, estimular el crédito y la financiación con bajos intereses, mejorar las normativas ambientales para abrir camino a la inversión, reducir impuestos y simplificar trámites burocráticos.
La atención está centrada especialmente en las áreas de energía e infraestructura, en las que Brasil tiene enormes necesidades que, según los expertos, irán en aumento durante los próximos años.
Dentro de los u$s 235.000 millones en inversiones comprendidos en el PAC se incluyen planes en ejecución o proyectados, como los u$s 84.000 millones que ya habían sido anunciados por la petrolera estatal Petrobras para el quinquenio 2007-2011.
Del total, el PAC establece que u$s 31.500 millones corresponderán a inversiones directas del gobierno, mientras el resto -la mayor parte- será aportado por empresas del Estado y del sector privado, en una proporción que no fue aclarada.
Las inversiones públicas deben ser solventadas con medidas de contención de gastos corrientes y por un retoque a la baja de la meta de ahorro fiscal. Así, la meta de superávit primario (antes del pago de deudas) pasará de 4,25% del PBI a 3,75% si esa diferencia se aplica a obras de vivienda y saneamiento. Con todo, Lula da Silva garantizó que habrá recursos suficientes para seguir cumpliendo con los compromisos externos.
Justamente para que todo el peso no recaiga sobre el Estado y atraer inversiones privadas, el PAC prevé una reducción de la carga tributaria de u$s 2.800 millones a partir de este mismo año. Los principales beneficiarios serán los sectores de bienes de capital, construcción de infraestructura y construcción civil.
Según explicaron los ministros de Hacienda, Guido Mantega, y de la Presidencia, Dilma Rousseff -la gran impulsora del paquete-, el sector energético recibirá casi 50% de la inversión prevista: u$s 127.800 millones serán dirigidos al área de energía hasta 2010 y, de esa cifra, u$s 25.600 millones serán desembolsados este mismo año.
Parte de esa inversión se orientará, según Rousseff, a «buscar la independencia» de Brasil en el sector de gas, donde hasta ahora es sumamente dependiente de Bolivia.
El programa contempla, además, la construcción de 45.000 kilómetros de carreteras y otros 10.000 de vías férreas, así como 12 puertos y 20 aeropuertos, entre diversas obras. Muchos de esos proyectos estarán concentrados en las fronteras, a fin de potenciar la «integración sudamericana», explicó Rousseff.
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