24 de octubre 2001 - 00:00

Siderúrgicas piden subir los aranceles

Lima - Si el gobierno argentino reacciona con celeridad ante las medidas proteccionistas de los Estados Unidos contra la industria siderúrgica, Techint y Acíndar se comprometerían a mantener los precios internos, en el supuesto caso de un aumento de los aranceles.

De esta manera, el sector siderúrgico local busca una solución expeditiva -con una obvia promesa de no subir precios si se lo protege-ante el impacto del redireccionamiento de los más de 18 millones de toneladas de productos siderúrgicos que otros países no podrán ingresar en el mercado americano e irán ya procurando desembarcar en mercados con bajas defensas comerciales.

«Hay que arbitrar mecanismos para que una producción ineficiente y excedente no termine aterrizando en el mercado argentino. Pero también hay que determinar medidas para garantizar el abastecimiento adecuado y eficiente de la industria metalúrgica argentina», sostuvo ayer el subsecretario de Industria, Antonio Assef, al analizar el impacto de las medidas proteccionistas de los Estados Unidos contra las importaciones de acero. De esta forma, el funcionario que participa del Congreso del acero (ILAFA) reconoció la necesidad de que el gobierno encare medidas para proteger el mercado. Assef advirtió que ello no implicaba desproteger la industria aguas abajo, generando problemas de precios y abastecimiento, corriendo así el riesgo de perder competitividad.Además, el funcionario descuenta que detrás de este pedido de aumentar los aranceles se sumarán otros sectores también seriamente afectados por las importaciones.

Por su parte, Carlos Leone, vicepresidente de Acíndar, afirmó que la industria ha expresado al gobierno un pedido de ayuda para evitar el daño de una avalancha de importaciones desleales.

Están en juego más de 11.500 puestos de trabajo directos y otros 40.000 indirectos,
advirtió Fernando Calvente, a cargo del negocio siderúrgico de Acíndar. Leone, quien estuvo acompañado, además, por la plana mayor de Siderca y Siderar, ambas del grupo Techint, Daniel Novegil, Guillermo Noriega y Freddy Cameo, y Alberto Uhart, de Acíndar, arriesgó que «la solución podría estar por el lado de un aumento de los aranceles, o bien, dentro del marco latinoamericano, en convencer al gobierno americano de que las medidas impuestas son incorrectas para la región. También podría haber un eventual diálogo directo con los EE.UU. y la Argentina ya que las exportaciones argentinas son menos de 1,5% del total que compra EE.UU. e inferiores a 0,3% del consumo americ ano». Ya México y Venezuela han reaccionado imponiendo un aumento de aranceles, lo cual facilita la decisión argentina en ese sentido.

Para dimensionar el posible daño a la industria local basta con señalar que la producción local es de unos 3,5 millones de toneladas anuales, y del consumo interno, entre 15% y 20% es abastecido con importaciones. «Hay que actuar», dijo Assef, quien prefirió no arriesgar cuál sería el mecanismo más apropiado.

• Debate

El funcionario también destacó el debate generado en el seno del comité del acero de la OCDE, donde el tema del exceso de capacidad es prioritario. Allí, en la última reunión (se reúne cada seis meses, pero en virtud de la problemá-tica fue convocado para diciembre), de la que participó Assef, los EE.UU, plantearon directamente el recorte de producción y capacidad en países con producción excedente.

En cuanto a la resolución de la comisión de comercio inter-nacional de los EE.UU. (por la investigación de la Sección 201), que el lunes pasado dictaminó que hubo daño para las siderúrgicas estadounidenses por las crecientes importaciones, Leone sostuvo que había tres factores por los cuales se podía ser optimistas en la Argentina: por un lado el continente latinoamericano no tiene excedentes de producción; por otro, se puede plantear una complementariedad con la industria americana y en tercer lugar, será una buena experiencia para otros sectores.
El objetivo es lograr un acuerdo con los EE.UU. para que las medidas que se apliquen en virtud de la Sección 201 no impacten en la región latinoamericana. En este sentido, primero debe consensuarse una posición en el Mercosur, principalmente con Brasil y después sumar a Venezuela y a México, quizás.

Ya en Europa se están negociando cierres de plantas a cambio de ingresar en la Unión Europea. Es el caso de Turquía, Polonia y Ucrania, a las que la UE les condiciona el ingreso al ajuste de las capacidades de producción siderúrgica, ofreciéndoles financiamiento para ello.

El problema en la Argentina, agregó Assef, es que esta industria de capital intensivo de inversión de largo plazo no puede recibir subsidio por la situación fiscal y, además, debe enfrentar el alto costo de financiamiento. La caída del nivel de actividad provocó no sólo un ajuste en los niveles de producción, que en el caso de Siderar y Acíndar es de 20%, sino de las dotaciones. En la ex SOMISA se redujo el personal de 5.700 a 5.100 y en Acíndar, de 4.000 a 3.000.

La siderúrgica que menos sufre la recesión es Siderca, porque el negocio de tubos sin costura acompañó el boom del precio del petróleo.

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