Siderúrgicas piden subir los aranceles
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Están en juego más de 11.500 puestos de trabajo directos y otros 40.000 indirectos, advirtió Fernando Calvente, a cargo del negocio siderúrgico de Acíndar. Leone, quien estuvo acompañado, además, por la plana mayor de Siderca y Siderar, ambas del grupo Techint, Daniel Novegil, Guillermo Noriega y Freddy Cameo, y Alberto Uhart, de Acíndar, arriesgó que «la solución podría estar por el lado de un aumento de los aranceles, o bien, dentro del marco latinoamericano, en convencer al gobierno americano de que las medidas impuestas son incorrectas para la región. También podría haber un eventual diálogo directo con los EE.UU. y la Argentina ya que las exportaciones argentinas son menos de 1,5% del total que compra EE.UU. e inferiores a 0,3% del consumo americ ano». Ya México y Venezuela han reaccionado imponiendo un aumento de aranceles, lo cual facilita la decisión argentina en ese sentido.
• Debate
En cuanto a la resolución de la comisión de comercio inter-nacional de los EE.UU. (por la investigación de la Sección 201), que el lunes pasado dictaminó que hubo daño para las siderúrgicas estadounidenses por las crecientes importaciones, Leone sostuvo que había tres factores por los cuales se podía ser optimistas en la Argentina: por un lado el continente latinoamericano no tiene excedentes de producción; por otro, se puede plantear una complementariedad con la industria americana y en tercer lugar, será una buena experiencia para otros sectores. El objetivo es lograr un acuerdo con los EE.UU. para que las medidas que se apliquen en virtud de la Sección 201 no impacten en la región latinoamericana. En este sentido, primero debe consensuarse una posición en el Mercosur, principalmente con Brasil y después sumar a Venezuela y a México, quizás.
Ya en Europa se están negociando cierres de plantas a cambio de ingresar en la Unión Europea. Es el caso de Turquía, Polonia y Ucrania, a las que la UE les condiciona el ingreso al ajuste de las capacidades de producción siderúrgica, ofreciéndoles financiamiento para ello.
El problema en la Argentina, agregó Assef, es que esta industria de capital intensivo de inversión de largo plazo no puede recibir subsidio por la situación fiscal y, además, debe enfrentar el alto costo de financiamiento. La caída del nivel de actividad provocó no sólo un ajuste en los niveles de producción, que en el caso de Siderar y Acíndar es de 20%, sino de las dotaciones. En la ex SOMISA se redujo el personal de 5.700 a 5.100 y en Acíndar, de 4.000 a 3.000.
La siderúrgica que menos sufre la recesión es Siderca, porque el negocio de tubos sin costura acompañó el boom del precio del petróleo.




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