La pregunta es cómo harán los operadores para llegar al NYSE. Agua, electricidad y teléfonos están teóricamente asegurados (un ejemplo: la telefónica Horizon, responsable por 20% del tráfico del NYSE tiene sus instalaciones en Manhattan inutilizadas y está trasladando las líneas a otra central), pero la alimentación y el acceso no. Aun cuando el lunes sea fácil llegar a Wall Street y se pueda operar normalmente, habrá que sobrellevar las mayores medidas de seguridad que se pretende implementar, revisar cualquier daño que haya acontecido y tratar de ponerse al día con el trabajo pendiente, todo lo que sólo promete un día con muchas dificultades. A esto se suma el verdadero temor a que enfrentemos un "lunes negro". Seguramente muchos no dormirán el domingo siguiendo las operaciones asiáticas. Que los mercados recibirán en el futuro próximo una ola masiva de ventas, está asegurado por la necesidad de las compañías de seguros y todos los afectados por la crisis de hacerse de efectivo para afrontar los gastos de la reconstrucción. Lo importante es que esto no tome el cariz de «pánico» y se pueda hacer de manera ordenada. La actitud que asuma la Fed en esto, sin duda será clave. Lo que está claro es que enfrentamos el cierre más largo en el NYSE desde los años '30, lo que hace que esto sea un fenómeno que no ha vivido ninguno de los intermediarios de menos de 70 años. La apertura del mercado accionario se está convirtiendo en algo "crítico" para la economía norteamericana, y no debería demorarse más allá del lunes por ningún motivo, ya que dispararía el temor a un "síndrome de China". Por lo pronto la apertura del mercado de bonos en la rueda de ayer se puede definir como exitosa. De acuerdo a lo esperado, la mayor parte de los inversores prefirió "estacionar" dinero en títulos del Tesoro de corto plazo, llevando a que la tasa de 10 años se desplomara de 4,84% que había marcado el lunes a 4,64%. Si bien todo funcionó de manera correcta en el mercado de bonos, en gran medida gracias a los bajísimos volúmenes operados, existe cierto miedo sobre lo que puede ocurrir la próxima semana cuando se compensen las operaciones (la Bond Market Association decidió extender el plazo de liquidación de 24 a 72 horas), ya que el Bank of New York tiene su sede a 1 cuadra de lo que fueron las Twin Towers, y se teme por la estabilidad de su sistema de computación. De todas maneras, la mayor parte de los operadores e inversores ha decidido tomar cada día a la vez, enfrentando y tratando de solucionar los problemas en la medida en que éstos se presentan. En situaciones como la que vivimos esto suele ser lo mejor.
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