19 de octubre 2023 - 00:00

“Los asesinos de la Luna”: obra mayor de un maestro del cine

Martin Scorsese, con Robert De Niro y Leo DiCaprio, en una relectura amarga de la formación de los Estados Unidos.

los asesinos de la luna. Robert De Niro y Leo DiCaprio en el nuevo film de Martin Scorsese.
los asesinos de la luna. Robert De Niro y Leo DiCaprio en el nuevo film de Martin Scorsese.

Decía una vieja balada del repertorio de Joan Báez “unos roban con pistola, otros con lapicera”. A los indios osage les robaron de ambas formas, porque tuvieron la suerte de encontrar petróleo en su reserva y volverse ricos, y la desgracia de verse obligados a depender de gente extraña para el manejo de sus finanzas. Así, algunos les robaron con lapicera, y otros con pistola, rifle, veneno y soborno a las autoridades. De eso, y de un falso amor, trata la película de Martin Scorsese “Los asesinos de la Luna”. Tremenda película, obra mayor de un maestro, amarga relectura de la formación de los EE.UU. Y lo que cuenta pasó de veras, en Oklahoma, hace menos de un siglo.

En los Estados Unidos esos crímenes fueron referidos desde 1934 en varias novelas, radionovelas y hasta una película, “El FBI en acción”, de Mervin LeRoy, 1959, con James Stewart investigando el asesinato de una familia indígena, los Kyle. Después esas bestialidades solo fueron tema de historiadores locales, hasta que en 2017 David Grann publicó su nuevo libro. Grann es un periodista bastante popular de casos policiales, cuyos libros y artículos ya han inspirado varias películas, como “Un ladrón con estilo”, elegida por Robert Redford para despedirse de la actuación con una sonrisa. Pero el nuevo libro no permitía demasiadas sonrisas. Se titula “Killers of the Flower Moon. The Osage Murders and Birth of the FBI”, ya editado en español, con un título algo más explícito: “Los asesinos de la Luna. Petróleo, dinero, homicidios y la creación del FBI”. Cabe aclarar, nació como Bureau of Investigations, lo de Federal vino después, pero ya lo comandaba J. E. Hoover, entonces apenas veinteañero. El de los osage fue uno de sus primeros casos, y se resolvió mediante la tarea combinada de agentes encubiertos, especialistas forenses de técnicas modernas, y métodos bien expeditivos del Viejo Oeste (a cargo estaba un ranger de Texas). Acá viene algo interesante. Más que la historia de la investigación policial, a Scorsese le interesó el alma de uno de los criminales. Uno que vuelve de la Primera Guerra, se pone bajo el ala de un pariente poderoso y supuestamente bondadoso, y sigue sus órdenes y consejos, lo que incluye casarse con una india rica para envenenarla y heredarla. ¿Pero qué pasa cuando uno forma su propia familia, y siente ese calor de hogar tan distinto al de la otra familia, de la cual proviene y a la cual obedece? El jerarca que todo lo domina con mano de hierro y sonrisa ladeada, el hombre físicamente fuerte pero de carácter débil, en la encrucijada, y la mujer enamorada, que tiene a los suyos, con su forma de ser y de entender, esos son los personajes principales de este drama. No son los únicos. ¿Algo suena conocido? No diremos que Scorsese traslada al western ciertos caracteres y conflictos de sus anteriores películas de mafiosos italianos, porque hay diferencias importantes, pero, es cierto, también hay coincidencias de peso. La hipocresía y la lealtad, la distancia y el falso acercamiento, la atracción del que manda y el que mata, la naturalización de formas de enriquecimiento ilegales, el impulso de la violencia, son cosas que se manifiestan tanto en un barrio de Nueva York como en un descampado de Oklahoma.

Cambia el paisaje, y eso cambia también el ritmo de la obra. No corresponde el nerviosismo y la prisa de las ciudades. Al principio todo se muestra despacio, como es cuando uno camina por la llanura o el desierto. De a poco se irá manifestando el horror. De a poco, pero cada vez con más fuerza, el espectador empezará a sentirse incómodo, nervioso, tal vez indignado por las maldades que se cuentan, más aún espantado, sin aliento, y quizás al final un poco triste, como pasaba con “El irlandés”, acaso porque hay culpas que no se pagan en la cárcel. Son culpas de amor, que se castigan de otra forma.

Con la sabiduría de los años, Scorsese hace aquí una de sus obras mayores, y de estilo más clásico. Lo acompañan otros cuantos maestros: Eric Roth, coguionista, Rodrigo Prieto, director mexicano de fotografía, Robbie Robertson, compositor, Thelma Schoonmaker, editora, y en especial Leo DiCaprio, Robert De Niro y Lily Gladstone, valiosa descendiente de los “pies negros” de Montana. Brendan Fraser, Jesse Plemons, John Lithgow, integran el reparto junto a Tantoo Cardinal, Cara Jade Myers, Janae Collins y Jillian Dion, actrices de la propia comunidad osage donde se filmó la obra. Una curiosidad, el personaje del cura que aparece en la película lo interpreta un cura auténtico, el padre Chris Daigle, párroco de Tulsa. Es que aquello empezó a revelarse cuando una india católica contó sus sospechas a un cura, quien tomó cartas en el asunto, aún a riesgo de su vida. Pero esto ya da para otra película.

“Los asesinos de la Luna” (Killers of the Flower Moon, EE.UU., 2023); Dir.: M. Scorsese. Int.: L. DiCaprio, R. De Niro, L. Gladstone.

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