En diciembre de este año, Clorindo Testa celebraría su centenario. Para recordar a un personaje querido y venerado en el ambiente del arte y la arquitectura, campos donde ganó reconocimiento internacional, el Banco Macro y la Fundación Clorindo Testa presentan en el espacioso lobby de la Torre Macro, la muestra “Estoy Vivo”. El luminoso edificio construido por César Pelli alberga una exhibición de alrededor de 30 obras. Allí está su reconocida alcancía, una de las pinturas que Testa solía mostrar con orgullo junto a la libreta de ahorro de la infancia. También figura una versión de su “Apuntalamiento”: el techo sostenido con unas pocas tablas de madera (esta vez de colores) recuerda el “Apuntalamiento” de 1994, realizado cuando en el Museo Nacional de Bellas Artes se atajaban las goteras y el techo parecía desplomarse. Testa presentó un soporte que, extraído de la vida real y llevado al ámbito del MNBA dejó al descubierto la fragilidad institucional. Su primer “Apuntalamiento” fue creado en 1968 también en el MNBA, aquella vez con caños de acero. Su obra va y vuelve sobre temas que se reiteran como si fuera una necesidad mental.
Recuerdan a Clorindo Testa con una muestra de su arte y su vida
La exposición “Estoy vivo” se realiza en el lobby de la Torre Macro, el luminoso edificio construido por César Pelli.
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El hombre y el lugar que habita son preocupaciones fundamentales. Testa solía tomar como punto de partida un suceso de la historia que investigaba a conciencia. A partir de un hecho real dejaba volar la imaginación y se desplazaba en el tiempo con notable fluidez. La muestra está dividida de modo cronológico en tres espacios: Arquitectos del pasado, el presente y el futuro.
Del pasado proviene la historia de Testa cuando remonta el Nilo y crea un personaje: el arquitecto egipcio Senurestah, autor del Templo Blanco de Luxor. Así construye una instalación donde -según informa el cartel explicativo- están los cuerpos “encontrados en [su] tumba, recientemente descubierta”. El relato prosigue con el “adulterio que involucra a la reina Hatshepsut, que encargó un templo en su honor en Deir-el-Bahari al arquitecto Senenmut, en quién encontró no sólo un servidor, sino también un amante. De hecho, la princesa Neferuré sería fruto de su amor prohibido”. Sobre sus vueltas al pasado, Testa afirmó: “Los arquitectos de ahora y los de hace cuatro mil años son iguales exactamente. Eran muy lúcidos, buscaban la perfección, y tenían una imaginación extraordinaria”. Sobre una tabla, bajo el colorido dibujo de los tres personajes mencionados, se encuentra una pirámide de cerámica blanca y las cajas con los pequeños hombres que supuestamente la construyeron.
La historia de la Argentina fue motivo de numerosos análisis de Testa, quien corroboraba una y otra vez que su historia se repite implacable y con escasas variaciones. En la muestra figura la pintura del plano de la ciudad de Buenos Aires con el “Convento de Santa Catalina”, allí se advierten unas pinceladas rojas azules y grises y unos papeles manuscritos donde se puede leer: “Martín de Álzaga murió fusilado en la Plaza de Mayo el 7 de julio de 1812”. Testa solía contar que había rescatado un documento fechado en octubre de 1835 donde dice: “Teniendo presente el Gobierno que la cantidad de seis millones doscientos mil pesos a que asciende la deuda flotante. El Ministerio de Hacienda procederá a la venta pública de las tierras y fincas del Estado que se puedan enajenar”. Y agregaba: “La Recova vieja fue vendida para poder pagar la deuda de la provincia. En 1899 la Argentina debía 483.717.000 pesos oro, 100 pesos por habitante”.
Luego, y además de reencontrar varios hits, los conocedores de su trayectoria pueden descubrir obras escasamente conocidas, como la “Ciudad de Siglo XXI”, una estructura traslúcida de cristal, representativa del esplendor de la arquitectura en abierto contraste con la desolación de una plazoleta central de hierros oxidados. La ciudad, hecha con los brillos y resplandores de las filosas formas de cristal, sin colores y sin plantas, representa el rigor urbano donde no se percibe la vida. ¿Así imaginaba Testa el futuro? Su diseño anticipa el universo posapocalíptico que recién afloraría años más tarde en el arte emergente.
Los personajes de perfil, “Las Clonaciones”, integraban la muestra “Hacia un futuro mejor. Rumbo al tercer milenio” que presentó en el año 1998. Son tres rostros idénticos cuyos rasgos se van deformando de modo siniestro. Los medios masivos de comunicación difundían entonces la noticia de la clonación de la oveja Dolly. Sobre una mesa blanca de gran formato se encuentran muchas de las maquetas presentadas en diversos concursos, donde se advierte la importancia que, el arquitecto que ganó fama con las tonalidades uniformes del hormigón al desnudo, le otorgaba al color. Y a los colores vibrantes.
No es un secreto para nadie que las fundaciones o los museos o dedicados a artistas individuales (por famosos que sean), no suelen atraer al público. La actividad en estas instituciones es realmente escasa y, sin embargo, la Fundación Clorindo Testa es la excepción. Además de presentar importantes exposiciones como “Estoy Vivo”, el trabajo es incesante.
La Fundación que preside Teresa Testa y dirige Julio Suaya, con Joaquina Testa, Julia Laspiur, Graciela Siscar, Paula Zingoni, María D’Ambrosio y Juvina Ten, reformularon todos los espacios del estudio en la esquina de Santa Fe y Callao. Entretanto, avanzaron en un centro de documentación donde hay más de 20.000 ingresos entre textos, fotografías, obras y planos; cerraron un convenio con la Biblioteca Nacional para digitalizar los planos y se encuentra en plena filmación de una película documental. En estos días, el Correo lanzará un sello postal, mientras Suaya cuenta con orgullo, “tenemos una publicación de Clorindo Testa para niños”. Los homenajes se multiplican y entre ellos está la Academia de Bellas Artes y la de Arquitectura y Urbanismo. Testa solía concurrir a los museos y exposiciones acompaño por quienes entonces eran sus alumnos y, algunos trabajan hoy para difundir su legado. (La Torre Macro, Avenida Eduardo Madero 1172, se puede visitar de lunes a viernes de 10 a 18).
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