28 de marzo 2023 - 00:00

El buen arte de las cartografías imaginarias

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A mediados del siglo pasado, en “El señor de los anillos” y las novelas que continuaron la saga, J. R. R. Tolkien, para hacer más verosímil el territorio fantástico de su obra, incluyó tres mapas tan precisos como detallados de esos lugares ficticios. A partir de ahí, alguna novela contiene un mapa que refuerza la verosimilitud del relato. En la reciente, de ciencia ficción, “La infancia del mundo”, Michel Nieva ofrece un mapa de la Argentina reducida a la mitad por las alteraciones del medio ambiente. La virtuosa erudición de Roger Chartier, afamado historiador del libro, lleva en “Mapas y ficciones” a recorrer una cartografía tan paradójica como documentada de territorios imaginarios, o reales pero intervenidos por seres imaginarios, surgidos de obras literarias. “Todos los mapas que acompañan esta investigación –explica Chartier- acompañan novelas, sátiras, utopías o distopías, y sobre todo cuando esas fábulas pertenecen a géneros que supuestamente dicen lo real, como los relatos de viajes”. Y son los viajes de Don Quijote los que ofrecen los primeros mapas de sus recorridos por España. Luego se localizan cartográficamente los viajes de Gulliver, de Swift, el de Crusoe, de Defoe, el de Orlando, de Ariosto, el de Petrarca al encuentro con Laura, el de la Utopía de Moro, el licencioso de Cléile, de Madeleine de Scudery, y se referencia el que lleva a “La Isla del Tesoro”, Stevenson, y a “La isla misteriosa”, Verne. La inclusión de mapas, que suponían un gasto para el editor y encarecían el libro, se dejaron de hacer en el siglo XVII, dejando a los lectores construir sus mapas mentales siguiendo a los personajes. Un libro bellísimo, con mapas impecablemente reproducidos, y la amena sabiduría de Chartier.

M.S.

=Roger Chartier, “Cartografías imaginarias” (Bs.As., Ampersand, 2023, 166 págs.)

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