25 de diciembre 2025 - 21:02

Para empresas: cómo reducir costos y avanzar en la transición renovable en un nuevo escenario tarifario

Cada vez más empresas -en especial PyMEs e industrias del segmento medio- comenzaron a revisar sus consumos, analizar oportunidades de eficiencia y evaluar alternativas.

El sector industrial y de grandes comercios desplomó su demanda de electricidad 7,8% interanualmente.

El sector industrial y de grandes comercios desplomó su demanda de electricidad 7,8% interanualmente.

Foto: Telam

La reconfiguración del esquema de subsidios energéticos y el avance de la infraestructura gasífera están modificando de manera sustancial el mapa energético argentino. Con los ajustes tarifarios recientes, la energía pasó a tener un peso creciente dentro de la estructura de costos de industrias y comercios, impulsando un cambio de enfoque: de un insumo administrado a una variable estratégica de gestión empresarial.

En este nuevo contexto, cada vez más empresas -en especial PyMEs e industrias del segmento medio- comenzaron a revisar sus consumos, analizar oportunidades de eficiencia y evaluar alternativas como la autogeneración o la generación distribuida. La búsqueda de competitividad frente a escenarios de mayor volatilidad de precios aceleró la incorporación de la planificación energética dentro de las decisiones corporativas.

Eficiencia energética como herramienta competitiva

Uno de los instrumentos que ganó protagonismo es el Programa de Reconversión y Eficiencia Energética, impulsado por la Secretaría de Energía de la Nación junto al Banco de la Nación Argentina (BNA). La iniciativa permite financiar inversiones en equipamiento de bajo consumo, termotanques solares y paneles fotovoltaicos, facilitando tanto la reducción de la demanda como la autogeneración de energía.

Para muchas empresas, estas herramientas representan el primer paso concreto para contener costos operativos y mejorar la eficiencia, en un escenario donde la energía dejó de ser una variable secundaria.

“Argentina se encuentra en un proceso de repensar el consumo de energía y de reaprendizaje. Se buscan alternativas para reducir el uso de energía y la sociedad demanda una producción más amigable con el medioambiente”, señala Gabriel Righini, socio de Auditoría y referente de Energía y Recursos Naturales de Grant Thornton Argentina.

Más infraestructura, pero con una matriz aún dominada por fósiles

Durante 2024 también se registraron avances relevantes en materia de infraestructura energética. Entre ellos, la puesta en marcha de tres plantas compresoras del Gasoducto Perito Francisco Pascasio Moreno (ex Gasoducto Presidente Néstor Kirchner), que incrementaron la capacidad de transporte de gas desde Vaca Muerta y permitieron sustituir combustibles importados en la generación eléctrica.

Si bien estas obras aportan previsibilidad en el corto plazo y mejoran el abastecimiento, también dejan en evidencia que la matriz energética argentina continúa apoyándose mayoritariamente en los combustibles fósiles.

“En el país aún se sigue apostando por los combustibles fósiles como principales generadores de energía”, advierte Estanislao de León, socio de Auditoría y referente del sector en Grant Thornton Argentina. “Si bien existen proyectos de energías renovables, el foco sigue estando en Vaca Muerta. Prueba de ello son las primeras presentaciones al RIGI: de seis proyectos, solo uno corresponde a fuentes renovables”.

Transición energética: gradual, pero inevitable

Los especialistas coinciden en que una expansión acelerada de las energías renovables no implica una reducción inmediata de costos. La infraestructura actual todavía no permite abastecer plenamente la demanda y el proceso de transición requerirá tiempo, inversiones sostenidas y modernización del sistema.

A más largo plazo, sin embargo, la mayor vida útil de las instalaciones renovables frente a los yacimientos hidrocarburíferos podría mejorar la competitividad del sistema energético y ofrecer un horizonte de mayor estabilidad para las inversiones. En ese camino, la eficiencia energética aparece como una herramienta clave para atravesar períodos de volatilidad de precios y ganar previsibilidad.

Generación distribuida: oportunidades que ya están disponibles

Más allá de los cambios estructurales de la matriz, Argentina cuenta con un marco normativo que promueve el consumo responsable y la producción descentralizada. La Ley Nacional de Generación Distribuida 27.424 permite que usuarios residenciales, comercios e industrias produzcan energía renovable para autoconsumo e inyecten excedentes a la red eléctrica.

Quienes se convierten en “usuarios generadores” acceden a certificados de crédito fiscal, líneas de financiamiento, garantías e incentivos específicos.

“Nuestro país cuenta con herramientas que estimulan la eficiencia y la producción distribuida. Esto no solo reduce los costos empresariales, sino que genera un impacto ambiental y social positivo”, subraya Righini.

Actualmente, empresas de 16 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya pueden acceder a estos beneficios, aprovechando las condiciones favorables del país para la energía solar, eólica, hidroeléctrica y de biomasa. El desafío, coinciden los especialistas, será sostener políticas públicas consistentes que acompañen la evolución tecnológica y permitan consolidar un sistema energético más eficiente, competitivo y sostenible.

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