22 de agosto 2025 - 09:57

Residuos mineros: estudio de EEUU revela que podrían cubrir la demanda de minerales críticos

Según un informe de la Escuela de Minas de Colorado bastaría recuperar menos del 1% de minerales de residuos mineros para que EEUU elimine totalmente sus importaciones.

Los residuos mineros o estériles son materiales de desecho de la minería que pueden contener minerales críticos.

Los residuos mineros o estériles son materiales de desecho de la minería que pueden contener minerales críticos.

Un estudio publicado en la revista Science por investigadores de la Escuela de Minas de Colorado (Colorado School of Mines) encendió una señal clave para la política energética global: los residuos mineros acumulados en Estados Unidos podrían convertirse en la llave para garantizar el abastecimiento de minerales críticos y reducir la dependencia de importaciones, principalmente desde China.

Según ventiló el Financial Times el 21 de agosto pasado, el trabajo de la universidad pública ubicada en Golden, Colorado y fundada en 1874, demuestra que bastaría recuperar menos del 1% de minerales como tierras raras, galio o germanio de los residuos mineros para que EEUU elimine totalmente sus importaciones. En el caso del litio, la proporción sería algo mayor, pero igualmente alcanzable: con entre el 1% y el 10% de recuperación, se cubriría la demanda prevista de la industria estadounidense.

Los investigadores relevaron 54 operaciones mineras activas y detectaron que los depósitos de residuos contienen concentraciones significativas de metales estratégicos. Se trata de materiales esenciales para la transición energética, desde el almacenamiento en baterías de litio hasta la producción de turbinas eólicas y equipos electrónicos.

El problema de fondo no es la falta de minerales en el suelo estadounidense, sino la subutilización de estos desechos, considerados hasta ahora un pasivo ambiental. Reprocesarlos permitiría transformar pasivos en activos estratégicos, combinando seguridad de suministro con beneficios ambientales.

Minerales minería
La recuperación de residuos de minería enfrenta altos costos, riesgos ambientales y la necesidad de desarrollar métodos de extracción más eficientes y sostenibles. 

La recuperación de residuos de minería enfrenta altos costos, riesgos ambientales y la necesidad de desarrollar métodos de extracción más eficientes y sostenibles.

En paralelo, el Departamento del Interior de EEUU lanzó en julio un programa para acelerar la recuperación de minerales críticos desde residuos de minas. La medida simplifica regulaciones y habilita financiamiento federal para proyectos de reprocesamiento de colas, escombreras de carbón y minas de uranio abandonadas.

El US Geological Survey (USGS) fue instruido para cartografiar las áreas con mayor potencial. Según informó Reuters en julio pasado, compañías como Freeport-McMoRan ya están ajustando planes: prevén recuperar hasta 800 millones de libras de cobre por año hacia 2027 a partir de sus depósitos de residuos.

Relevancia global y mirada desde Argentina

La iniciativa se enmarca en una estrategia internacional de diversificación: países como Australia, Canadá y la Unión Europea también buscan reducir su vulnerabilidad frente a las restricciones de exportación de minerales desde China.

La discusión no es menor para Argentina, que posee grandes reservas de litio, cobre y uranio, y que podría enfrentar mayor competencia internacional en caso de que países desarrollados empiecen a producir estos minerales “ocultos” a partir de sus propios residuos.

De hecho, hace exactamente un año, entre el 21 y 22 de agosto de 2024, Estados Unidos formalizó un memorando de entendimiento con Argentina, para reforzar la cooperación en inversiones para la minería de minerales críticos. El acuerdo fue firmado por el subsecretario de Estado estadounidense José W. Fernández y la excanciller Diana Mondino, tiene por objetivo desarrollar inversiones en exploración, extracción, procesamiento, refinación, reciclaje y recuperación de minerales como litio, cobre, manganeso y cobalto.

Tras la firma, el funcionario estadounidense destacó que “China controla dos tercios de la producción global de minerales críticos", y afirmó que ese dominio genera distorsiones: puso como ejemplo la caída del precio del litio de u$s80.000 a u$s12.000 por tonelada entre 2023 y 2024. Sin embargo, aclaró que Estados Unidos no busca romper relaciones con China, sino promover una competencia más justa, basada en transparencia, respeto por la propiedad intelectual y cumplimiento ambiental y laboral.

Además, EEUU confirmó una inversión de u$s500.000 destinada a fortalecer laboratorios argentinos vinculados al sector, e impulsó una reunión con 200 empresas de 14 países integrantes de la Mineral Security Partnership. Ese encuentro sirvió impulsar inversiones en las cinco provincias argentinas con proyectos de minerales críticos.

Una "mina invisible" en EEUU

En diálogo con medios internacionales, los investigadores remarcaron que la clave estará en el desarrollo de tecnologías de reprocesamiento eficientes y sostenibles, capaces de separar minerales críticos en baja concentración sin agravar el impacto ambiental.

Los residuos mineros o estériles son materiales de desecho de la minería que pueden contener minerales críticos, los cuales son esenciales para la tecnología moderna pero escasos o difíciles de obtener de nuevas fuentes.

La revalorización de estos residuos ofrece una oportunidad de economía circular para recuperar elementos como cobalto, litio y tierras raras, reduciendo la huella ambiental y la dependencia de importaciones.

Sin embargo, la recuperación de estos materiales enfrenta desafíos como los altos costos, los riesgos asociados a la situación ambiental y la necesidad de desarrollar métodos de extracción más eficientes y sostenibles.

El estudio de la Colorado School of Mines, difundido por Science y retomado por medios como el Financial Times y Reuters, muestra que EEUU cuenta con una “mina invisible” en sus propios residuos.

En vez de abrir nuevos yacimientos, la apuesta es recuperar lo que alguna vez se desechó, y convertir esa ventaja en un motor de soberanía tecnológica, seguridad energética y economía circular.

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