«Bailando por un sueño» sigue exportando sus rendidores «escándalos» a todos los programas que se nutren de la misma TV (prácticamente todos los de no ficción). Esta semana le tocó escandalizar a Javier Rojas, el joven uruguayo que dijo a una radio de su país haberle «mojado la orejita» al presidente del jurado, Gerardo Sofovich. Por supuesto, la osadía no le salió gratis, sobre todo porque, lejos de arrepentirse, el soñador no sólo continuó en sus trece el lunes, cuando se le pidió explicaciones durante el programa, sino que se metió en un berenjenal que ofendió incluso a su compañera de baile, la conspicua ecologista Evangelina Carrozzo. El miércoles, el mismo Marcelo Tinelli le dijo al participante que su «humilde opinión» era que debía disculparse. «Es mi verdad», insistió Rojas. Luego, una indignada Reina Reech le reprochó su soberbia y le bajó la nota (le puso un 8) a su interpretación del «Axe» brasileño «porque, para mí, algunas actitudes pesan». A su turno, Sofovich, le negó «el don de gente que tienen los uruguayos, y «harto» le puso un siete.El joven Rojas se convierteasí en el primer soñador que se pelea con el jurado. Hasta ahora eran las famosas las que intercambiaban insultos o enfrentaban a sus juzgadores. Tal el caso de Laura Fidalgo, que desde que le gritó a Sofovich, dicho sea de paso, vio subir su centimetraje en medios. Esta semana, por caso, salió en la tapa de la revista «Gente».
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A propósito de Gerardo Sofovich, el miércoles en «Showmatch» Tinelli bromeó sobre su pase de canal en 2007. Cuando Sofovich debía votar a una pareja que ya había recibido dos nueves, el conductor dijo «Qué mejor que él para hablar del 9». «¿Está confirmado entonces?» se escuchó a la locutora en off. «Yo no dije nada, sólo pregunto ¿se viene el nueve? ¿se vendrá el nueve?», completó Tinelli con un guiño hacia la mesa del jurado.
Además de un infaltable informe sobre «Bailando por un sueño» y de los chistes internos que ya cansan al televidente, el miércoles en «RSM», Humberto Tortonese empeoró con una historia propia el comentario de la ya poco feliz anécdota de una invitada a «Mañanas informales». Cuando se le preguntó cómo había sido su primer beso, la mujer contó que en ese momento se le salió la funda de un diente y abundó en detalles y gesticulaciones sobre cómo la había «pescado» de la boca del besador. Tortonese, entonces, relató que una vez se tragó una prótesis que «rescató después de que pasó por todo el organismo». «¿Tuviste que revisar y pescar también?», le preguntó Mariana Fabbiani, y sin esperar respuesta exclamó «¡Qué asco!». En eso al menos, todos de acuerdo.
Levantado por falta de rating su programa con Gerardo Rozín en «Canal 9», Beto Casella insiste con lo mismo en «Bendita TV», sólo que ahora acompañado de un heterogéneo panel que incluye al hoy omnipresente Jorge Lafauci y a Fabián Doman. Tal vez para paliar la falta de originalidad (informes sobre la televisión de hoy y de siempre, desde luego), la panelista Analía Franchín, que le asestó un largo beso en la boca a la invitada Nazarena Vélez oportunamente, también se despacha sobre temas tales como «salir con uno que tuvo experiencias homosexuales», como hizo en la edición del miércoles. Las ruidosas protestas masculinas las ahogó con una curiosa afirmación: «¿Quién de todos los que están acá no se hizo agarrar el pirulín por un trava?».
El mejor informe sobre el trato que le dio la televisión a los resultados de los exámenes de ADN que le niegan el apellido y la herencia de Perón a Marta Holgado estuvo en «Duro de domar» el miércoles (esa noche conducido por un sobrio Sebastián Wainraich por enfermedad de Roberto Pettinato). Y lo mejor del informe, la respuesta de la anciana a un periodista que le cuenta que el sobrino de Perón dijo de ella que era una mitómana. Haciendo pucheros, Holgado contestó: «Suponiendo que sea verdad, tengo derecho a tener papá ¿no?»
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