17 de julio 2008 - 00:00

Bella imagen para un Verne light

El argumento de «Viaje al centro de la tierra» es una versión light del relato deJulio Verne; aunque no se la exhibe en 3D (técnica en la que fue filmada), tieneimágenes atractivas.
El argumento de «Viaje al centro de la tierra» es una versión light del relato de Julio Verne; aunque no se la exhibe en 3D (técnica en la que fue filmada), tiene imágenes atractivas.
«Viaje al centro de la tierra (Journey into the Center of the Earth, EE.UU., 2008, dobl. al español). Dir.: E. Brevig. Int.: B. Fraser, J. Hutcherson, A. Briem.

En el siglo XIX, un narrador como Julio Verne sabía disponer de su rigor argumental a la hora de hacer volar su imaginación.
En el siglo XXI, alguna gente de Hollywood no tiene ni la menor idea de nada parecido pero, eso sí, tienen efectos 3D para sorprender al espectador más curtido. En la ya larga historia del cine estereoscópico, la nueva versión de «Viaje al centro de la tierra» marca el hito de ser la primera película con un 3D digital que debe estar muy bueno pero que lamentablemente no pudo implementarse en los cines argentinos.

Como la película está filmada esencialmente a partir de ese recurso técnico, es decir con la cámara ubicada en lo alto o bajo para potenciar el efecto de relieve tridimensional aplicado a todo bicho que se encuentre en la tierra -o, mejor dicho, bajo ella, ya que obviamente la trama es como una especie de versión light del superclásico de Verne-, al final, es obvio que uno está viendo una pelicula en 3D a pesar de la ausencia de anteojitos. Las escenas de acción con rocas flotantes, serpientes de mar y pirañas voladoras, más un tironausario solitario, todas parecen salidas de esos juegos tipo simuladores de los parques de diversiones del primer mundo, y un recorrido en carrito de minero directamente parece la publicidad de una montaña rusa.

Las imágenes son atractivas, pero la trama sobre el científico Brendan Fraser viajando a Islandia con su sobrino y una guía, siguiendo los pasos de un su hermano desaparecido en una expedición previa, no da lugar a conflicto alguno que no surja de los misteriosos fenómenos naturales imaginados por Verne, con más elaboración que las plantas carnívoras de historieta que atacan a este trío de ingenuos.

Como entretenimiento liviano de matiné no está del todo mal, pero seguramente los anteojitos harían la diferencia, a falta de un buen guión.
D.C.

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