6 de enero 2022 - 00:01

Pedersoli: un viaje revelador a los secretos de “La dolce vita”

Diálogo con el cineasta y productor, hijo del recordado Bud Spencer, sobre su documental acerca del clásico de Fellini, que se estrena hoy.

Giuseppe Pedersoli. Se estrena hoy en el país su película “La verdad sobre La dolce vita”, sobre el clásico de Federico Fellini de 1960.

Giuseppe Pedersoli. Se estrena hoy en el país su película “La verdad sobre La dolce vita”, sobre el clásico de Federico Fellini de 1960.

Giuseppe Pedersoli lleva el apellido real de su padre, el popularísimo Bud Spencer, y el nombre y la profesión de su abuelo, Giuseppe Amato, productor de “La dolce vita” y otras obras notables, como “Roma ciudad abierta”, “Ladrones de bicicletas”, “Umberto D.”, “Don Camilo” y “Mañana es demasiado tarde”. En memoria y reivindicación del abuelo produjo, dirigió y editó “La verdad sobre La dolce vita”, que se estrena hoy en la Argentina. Y ahora tiene en carpeta un film sobre su padre. Dialogamos con él:

Periodista: De todas las películas de su abuelo, ¿cuáles son sus preferidas?

Giuseppe Pedersoli: Muchas me parecen dignas de estar en la historia del cine italiano y universal. Unas fueron éxito internacional, otras fracasaron pero hoy son mundialmente elogiadas. También fue un gran descubridor de talentos, como Vittorio De Sica, Anna Magnani y Alida Valli. Desde un punto artístico mis preferidas son “Cuatro pasos en las nubes”, de Alessandro Blasetti, comedia precursora del neorrealismo, y, obviamente, “La dolce vita”, de Fellini, que fue un gran desafío, una gran creación artística y un enorme éxito comercial. Como él decía, “Un productor no debe hacer películas para ganar dinero. ¡Tiene que hacer películas tan buenas que le hagan ganar mucho dinero!”

P.: Esa fue la obra culminante de su abuelo (y la que lo llevó al infarto). ¿Qué sintió usted cuando la vio por primera vez?

G.P.: Era joven, confieso que no la entendí, Recién con la madurez y la experiencia empecé a comprenderla. Esa obra presenta a la sociedad romana de los 60 como un microcosmos de la sociedad en general. Lo hace sin juzgarla, con sincera crueldad, y es profundamente moderna. Los paparazzi de entonces son las social network de ahora. El deseo de apariencia, la superficialidad, la corrupción, la falta de cultura general, son características muy actuales. También con el tiempo fui valorando más la difícil decisión de Amato de involucrarse en un proyecto al que muchos de sus colegas no habían querido ni acercarse, y eso que los productores de entonces eran más románticos y aventureros que los de ahora

P.: ¿Esa es la principal diferencia con los de ahora?

G.P.: Han cambiado muchas cosas, sobre todo en las últimas décadas, y es aún más difícil ser productor independiente, libre de pensar y concretar obras originales y (algo importante) quedarse con los derechos para crear compañías que puedan mantenerse en el tiempo. Pero la esencia es similar, se trata de producir buenos proyectos que encuentren el gusto del público y ganen premios importantes.

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la dolce vita. Marcello Mastroianni, Federico Fellini, y un “bacio” robado a Anita Ekberg en la Fontana di Trevi.
la dolce vita. Marcello Mastroianni, Federico Fellini, y un “bacio” robado a Anita Ekberg en la Fontana di Trevi.

P.: ¿Cómo entró usted en el mundo del cine?

G.P.: Yo estudiaba para abogado, no pensaba en el cine. En vacaciones, como una forma de ganar plata, hacía diversas tareas en los sets donde estaba filmando papá, y luego seguía estudiando. Un día Sergio Leone buscaba un asistente capaz de hablar varios idiomas. Lo tomé como otro trabajo de vacaciones, pero de pronto me encontré reunido con Leone, Robert De Niro, Joe Pesci y el resto del cast en la preparación de “Érase una vez en América” y nunca más volví a la Universidad.

P.: Usted trabajó con grandes directores del cine popular (varios de ellos, admirados por Quentin Tarantino).

G.P.: Grandes, de extensa experiencia y muy distintos uno de otro: Enzo Barboni, alias E.B. Clucher, todo un señor con una fantasía libre, casi infantil; Ruggero Deodato, el más simpático, capaz de resolver cualquier problema; Sergio Corbucci, un personaje histriónico, o su hermano Bruno, a quien le tengo especial cariño porque en Miami él iba cuatro veces a la semana a las 6 de la mañana para la diálisis, que duraba 4 horas, y de ahí se iba a filmar como si nada, sin que nadie se diera cuenta de su enfermedad. Estábamos haciendo una comedia. Y Enzo Castellari, gracias a cuyo impulso salté de asistente a productor ejecutivo. De varios de ellos fui asistente y años después los contraté, ya como productor. Aparte trabajé, entre otros, con Rolf de Heer en Australia, dos veces llegamos a Cannes, y en especial con Giorgio Serafini, un gran amigo, hombre sincero y profesional muy concreto. Compartimos proyectos muy ambiciosos para el futuro.

P.: A propósito, usted tiene el proyecto de hacer un documental sobre su padre.

G.P.: Ya hay varios, incluso uno de Hungría, pero me están pidiendo hacer el mío y me tienta, me gustaría mucho hablar de las partes menos conocidas de su vida. Espero que pueda concretarse este mismo año.

P.: ¿Cómo era trabajar con él, y cómo era él dentro y fuera del set? ¿A qué atribuye su enorme popularidad?

G.P.: Trabajar con mi padre era muy fácil, porque yo sabía lo que él necesitaba y él me tenía mucha confianza, decía que yo era su mejor productor. Y dentro y fuera del trabajo era prácticamente el mismo, y todos lo querían mucho. Era un campeón natural, pero al mismo tiempo un hombre muy simple. Siempre decía que él no era actor. Un actor puede representar papeles contrarios a su personalidad, muchas veces tiene que fingir lo que no es. Papá no era capaz de fingir. En las películas él era como era en la vida, por eso todo le salía muy fácil. Yo creo que el público reconocía, y reconoce, su sinceridad, su natural simpatía, y su instinto protector. Quizás ahí están las razones de semejante popularidad. Obviamente, esas cualidades fueron utilizadas con sabiduría por los directores que trabajaron con él (p.ej. Enzo Barboni en las de Trinity, que fueron las primeras en darle fama mundial).

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