8 de febrero 2005 - 00:00

Discípulos de Bocca en notable ballet

Ballet Argentino. Direc.: J. Bocca. Obras de Balanchine, Tambutti, Aráiz y Stekelman. En el Centro Cultural Borges, viernes, sábados y domingos.

En el momento en que Julio Bocca necesitó una compañía de ballet que acompañara sus actuaciones nacionales e internacionales y fueran descartados los elencos oficiales del país, que debían cumplir con sus propias programaciones anuales, creó su conjunto a imagen y semejanza, con integrantes jóvenes aunque de fuerte presencia técnica y hábiles en la comprensión de disímiles estilos y lenguajes de la danza.

Corría entonces 1990 y el Ballet Argentino, como se denominó, fue dirigido por Lidia Segni. Una vez alejada ésta de la compañía siete años después, Bocca asumió hasta hoy la dirección. Para conmemorar el 15° aniversario se preparó un programa diverso, con acento en la danza contemporánea que estuvo constituido por obras de Susana Tambutti, Oscar Aráiz y Ana María Stekelman a las que, de modo sorpresivo, se sumó el bellísimo «Tchaikovsky Pas de Deux», de Georges Balanchine, para lucimiento de las estrellas principales del grupo, es decir, Hernán Piquín y Cecilia Figaredo.

Esta pieza fue lo mejor de la noche, ya que permitió que ambos artistas rindieran lo más noble de cada uno en una coreografía que exige técnica superior para el trazado neoclásico, musicalidad, apostura, actitud y refinamiento, valores todos puestos en el escenario por la pareja. Piquín posee un porte y una seguridad que lo convierten en uno de nuestros mejores bailarines de la actualidad y Figaredo es dueña de condiciones óptimas para la danza.

«Ketiak»,
con música de Akira Nishimura y coreografía de Susana Tambutti y «Aquelarre», de OscarAráiz sobre partitura de Paul Hindemith parecen obras complementarias. Las dos han sido diseñadas con lenguaje contemporáneo. La primera es para seis bailarines varones y la segunda para cinco bailarinas; ambas obras investigan sobre los desplazamientos en el espacio y recurren al antagonismo movilidad-inmovilidad, apelando a una estética refinada y alejada de toda expresión de sentimientos y afectividad.

Los grupos del Ballet Argentino, intachables. Sobre la «Histoire du tango» de Piazzolla, Ana María Stekelman creó «Tango» una coreografía que reitera su estética y su gusto por la relectura de nuestro folklore urbano. Con interpretación en vivo de los excelentes músicos Julián Vat (flauta) y Germán Martínez (guitarra), la compañía realizó una excelente performance.

Una vez más sobresalieron Piquín y Figaredo en un dúo de gran sensualidad. Los vestuarios de Osvaldo Pettinari («Ketiak»), Renata Schussheim («Aquelarre») y Jorge Ferrari («Tango») constituyeron aportes decisivos.

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