28 de mayo 2002 - 00:00
Dominique Sanda, una Juana de Arco de lujo
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Como esta obra fue encargada por la bailarina y actriz ruso-judía Ida Rubinstein (la misma que le pidió a Ravel el famoso «Bolero»), es una actriz de trascendencia la que debe asumir el papel, y en este sentido Sanda es ideal, no solamente por su espléndida figura física y su belleza gestual, sino por las inflexiones y modulaciones de su voz.
Convirtió a la escena de «Trimazo» en el punto culminante de la obra; en la obra, trata de cantar una canción folklórica pero rom pe en llanto cuando se da cuenta del horror de su situación, como si despertara de un largo sueño o de una horrible pesadilla. Hasta el Hermano Dominique la abandona, después de haberle leído su vida en un libro; se cierra la rueda del tiempo, completa su círculo y llega el momento del supremo sacrificio.
Vale esta «Juana» por esta y muchas otras valiosas aportaciones, porque visualmente es un espectáculo hermoso, los corales son sobrecogedores, la orquesta en una inmejorable interpretación, y por la destacada labor del conjunto que tiene sus lucimientos individuales y con ello contribuye a resaltar la figura evocada en el centro de la escena, consagrando el talento de Dominique Sanda con un vestido inmaculado, confeccionado por su modista Luciana Gutman.
Esta noche es la Función de Gran Abono, y hay nuevas funciones el viernes, sábado y domingo próximos. Imperdible.
«Juana De Arco en la hoguera», oratorio dramático de Arthur Honegger. Con D. Sanda, M. Solomonoff y elenco. Régie, esc. y vest.: R. Platé; Repos.: A. Cervera. Ilum.: J. Rouveyrrollies. Dir. coro: A. Balzanelli. Dir. coro niños: V. Sciamarella. Ondas Martenot: P. Pénichet-Jamet. Coro y Orq. Estable del Teatro Colón. Dir. de orq.: R. Censabella. (26/5, Abono Vespertino).
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