Federico Buso encontró los poemas escritos por su madre y tomó dos para esta obra, “Marzo”, con la que inicia como para enmarcar la obra desde el vamos, y “Fuiste hijo”, además de añadir unos propios hilvanados por una historia de dos amigos del parque. María y Pedro muestran reticencia a volverse cercanos pero irrumpe lo inevitable. Ese vínculo está inspirado en la amistad y las charlas profundas que tuvo Buso con la actriz María Onetto en el Rosedal, donde hacían gimnasia, y son múltiples las reflexiones y comentarios ácidos que eran propios de María, como que le molestaba el ruido de una Kangoo o su tendencia a ponerse a limpiar el parque.
"Donde quieras estar": continuidad de los parques
La obra escrita y protagonizada por Federico Buso, con Silvina Katz y la dirección de Martín Goldber se presenta los miércoles a las 20.30 en Espacio Callejón. Trata sobre dos amigos del parque y está inspirada en la amistad y las charlas profundas que tuvo su autor con la actriz María Onetto en el Rosedal,
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Federico Buso, actor y autor, y Silvina Katz, en "Donde quieras estar", que se presenta los miércoles en Espacio Callejón.
“Donde quieras estar”, acaso una frase dedicada a su amiga muerta a quien Buso parece decirle “Ojalá estés por fin donde quieras”, está protagonizada por su autor, junto con la exquisita Silvina Katz como María. Entre palabras, poemas y sonidos ambos se diluyen en la naturaleza, la espera, la alegría y la angustia. Se acompañan, se entienden, se pelean pero transcurren. Pese a lo desgarrador de algunas historias personales, subyace lo luminoso.
La delicadeza de la puesta de Martin Goldber envuelve esos poemas, divierte con secuencias cotidianas donde no falta el humor y conmueve a través de estas criaturas que parecen suspendidas en otro tiempo y a la vez construyen ese universo propio e íntimo. No falta el movimiento, el baile, el mirar a los vecinos hacia un afuera imaginable y elucubrar toda clase de conjeturas, o diferentes cuadros que dotan al diálogo de dinamismo. Desgarrador el poema “Fuiste hijo” sobre el hermano muerto en la montaña, a la vez crudo y bello; o la descripción de donde encontrar esos resquicios de felicidad en lo simple de una tostada con queso y dulce.
La obra busca reflexionar, como lo hizo tantas veces el autor junto a María Onetto en ese parque, sobre cuando uno siente que está presente, y lo describe como “algo parecido a la calma, mezclado con la felicidad, que te queres quedar ahí”. Y qué es aquello que nos da algo de placer, ac
aso una charla con un amigo, un instante, la música, una obra.
Párrafo aparte para las áreas artísticas, desde el vestuario de Jose Escobar, que toma la paleta de la escenografía y el propio el Espacio Callejón para seguir con esos colores tierra en la vestimenta; el diseño de escenografía de Alicia Leloutre que los cobija entre ramas en ese parque, todo coronado por una iluminación perfecta de Sebastián Francia que realza las áreas anteriores. La música original de Lucas Sebastián Ramírez es preciosa.
Gorriones, zorzales y suculentas no faltan en esos textos escritos por un amante de las plantas y las flores.
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