22 de febrero 2024 - 15:08

Einstein en el centro de un apasionante docudrama de Netflix

Complemento ideal para quienes vieron "Oppenheimer", la película retrata al célebre científico con un esquema de ficción pero apoyándose, casi siempre, en frases verídicas. Además, en dos escenas se usa su propia voz

Aidan McArdle interpreta al genio en Einstein y la bomba.

Aidan McArdle interpreta al genio en "Einstein y la bomba".

¿De veras Albert Einstein tuvo como guardaespaldas a dos chicas inglesas? Se sabe que tuvo dos esposas en otros tantos matrimonios, y se le ha registrado un mínimo de seis amantes en sus años de soltería, pero lo de estas muchachas, todo el día junto a él, escopeta en ristre, escuchándolo y cuidando su seguridad, tal como ahora vemos en el docudrama “Einstein y la bomba”, bueno, puede que sea una simple licencia artística para amenizar el relato, y también puede que sea cierto. En todo caso, habría que consultar un libro de reciente edición, “Saving Einstein. When Norfolk Hid a Genius. The Double Life of Oliver Locker-Lampson”, todavía sin edición en español.

Y es que “Einstein y la bomba”, estrenada en Netflix, cuenta en su primera parte el breve paso del genio por un rinconcito de Inglaterra donde se ocultó de la persecución nazi que había puesto precio a su cabeza. Su protector fue el comandante retirado Oliver Locker-Lampson, que, efectivamente, tuvo una doble vida, primero como simpatizante del nazismo, luego como enemigo del nazismo y firme aliado de Winston Churchill. Y no solo protegió a Einstein, sino también a Sigmund Freud y muchos otros judíos menos conocidos, y al etíope Haile Selassie, perseguido por Mussolini.

En ese refugio es donde debió posar para el escultor Jacob Epstein (el resultado fue la famosa cabeza de bronce) y donde, con alguna reticencia, aceptó dar un discurso de alerta contra el nazismo. El discurso fue en el Royal Albert Hall Theater, ante 10.000 (diez mil) personas, tal era el interés que despertaba, y, esto es interesante, la voz que se escucha en esa escena es la del propio Einstein.

Ya lo dijimos, se trata de un docudrama, donde un grupo de actores escenifica hechos históricos, alternando con abundantes imágenes de noticieros británicos, alemanes y norteamericanos, todo muy bien editado, con idas y venidas en el tiempo y, esto también es interesante, con diálogos cuidadosamente armados usando frases que el famoso físico dijo, o escribió. No se agrega ni se le inventa nada, y los textos son tan ricos que más de una vez dan ganas de rebobinar para masticarlos mejor.

Lo mismo pasa en la segunda parte, referida a su exilio en EE.UU., su famosa carta al presidente F. D. Roosevelt, de la que tanto se arrepintió, y su encuentro con el incisivo periodista japonés Katsu Hara, de la revista “Kaizo”, justo a diez años de Hiroshima. De nuevo, es la auténtica voz de Einstein, la que se escucha en el tramo final.

Una lástima, que no se agregue la figura del filósofo inglés Bertrand Russell, que en los ’50 luchó hombro a hombro con Einstein contra el uso bélico de la energía nuclear. En cambio, a cierta altura aparece brevemente un personaje que también merecería su propia película, pero no precisamente por buena persona: Paul Weyland, mitómano antisemita que en 1920 tomó como blanco a Einstein y su Teoría de la Relatividad, vivió después estafando a medio mundo, que ni los nazis lo querían, incluso lo mandaron a un campo de concentración, de donde salió directo a trabajar con los norteamericanos. En 1954 volvió a las andadas contra Einstein, acusándolo de comunista ante el FBI, en plena cacería de brujas. Por suerte Hoover se aburrió de él y no le hizo mayor caso.

“Einstein y la bomba” (Einstein and the Bomb, G.B., 2024); Dir.: A. Philipson; Int.: A. McArdle, A. Havill, L. Ashizawa. Netflix

Dejá tu comentario

Te puede interesar