12 de octubre 2006 - 00:00

"La granja"

Los dibujos de «Lagranja» pretendenseguir modelos deDon Bluth y otrosmaestros, pero sinlograr su encanto,y una historia conbuenasposibilidadestotalmentedesaprovechadas.
Los dibujos de «La granja» pretenden seguir modelos de Don Bluth y otros maestros, pero sin lograr su encanto, y una historia con buenas posibilidades totalmente desaprovechadas.
«La granja» (Barnyard, EE.UU.Alemania, 2006, habl. en inglés o dobl. al español) Dir. y guión: Steve Oedekerk. Film de animación

No puede decirse que esta película norteamericana de animación sea simplemente mala. Es triplemente mala. Sus dibujos son menos graciosos que un muñeco trucho, y los pocos chistes que tiene tampoco causan mayor gracia. Y encima pudo ser buena.

Yendo por partes. Los dibujos pretenden seguir modelos de Don Bluth, de la Aarman Prods., y de otros, sin alcanzarlos ni lograr encanto alguno, aunque el asunto, con unos pocos humanos y variedad de animales de granja, de campo, y hasta una suerte de critter o de Tío Cosa, ofrecía buenas posibilidades.

También las ofrecía la historia, con los bichos más inteligentes que los humanos (y sus mismos hábitos, incluso andar en dos patas, auto, y moto), y un toro joven con problemas de liderazgo. Cosa rara: es un toro de hombros chicos, poco torax, panza...y ubres. Bien a la vista. Sus amigos también.

¿Deliberada burla contra las ligas puritanas contrarias a cualquier sugerencia de genital masculino en una película supuestamente infantil? ¿Guiño oculto a las ligas lesbianas, mientras el torito de dudosa masculinidad forma dulce pareja con una vaca de moño? Vaya uno a saber, porque esto no da para fábula clásica ni tampoco es suficiente parodia de nada, ni siquiera de Los Dukes de Hazzard, cuyas travesuras automovilísticas aparecen imitadas incluso a nivel musical.

A propósito: hay gente optimista, que salva de la hecatombe un par de temas musicales, que ni siquiera son country. Es más, en la proyección que vimos hubo gente que se rió un par de veces. Y hubo conocedores que lloraron recordando buenos dibujos de animales.

P.S.

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