28 de julio 2008 - 00:00

"Preferimos hacer crítica política que hablar de caño"

Pese a que dosmeses atrás sutibieza a la horade criticar algobiernoprovocó éxodode televidentes,Wainraich ySchultzcoinciden en que«TVR» «nuncafue oficialista».Tampoco, dicen,los desvela lacompetencia de«Zapping»(«Telefé»): «Nonos volvemoslocos por dosprogramas enque perdimos».
Pese a que dos meses atrás su tibieza a la hora de criticar al gobierno provocó éxodo de televidentes, Wainraich y Schultz coinciden en que «TVR» «nunca fue oficialista». Tampoco, dicen, los desvela la competencia de «Zapping» («Telefé»): «No nos volvemos locos por dos programas en que perdimos».
"Me siento mucho más cómodo con un programa que focaliza en la política y coincido más con este 'TVR' crítico que con el de hace algunos meses, centrado en el espectáculo", dice Gabriel Schultz, quien junto a Sebastián Wainraich conducen uno de los programas que más critica al Gobierno en TV abierta. Pero la línea no siempre fue así, desde las últimas elecciones, se habían vuelto algo más «lavados», aunque Wainraich niegue que hayan sido oficialistas: «Rescatábamos cosas positivas y también negativas, es cierto que ahora estamos más duros y eso se nota; pero ojo, nunca fuimos oficialistas». Aunque el viraje del programa que produce Diego Gvirtz haya recorrido un camino casi idéntico al de «Clarín», sus conductores no lo admiten del todo. También conversaron con este diario sobre la ideología del programa, la competencia hiriente y el rating.

Periodista: ¿Cómo se sienten con este cambio de rumbo de un «TVR» oficialista hace unos meses al virulento opositor que es hoy? ¿Van detrás de la línea editorial de «Clarín»?

Gabriel Schultz: Tiene que ver con una Presidente que ganó con 46% de los votos y ahora tiene 20% de imagen positiva, es decir, intentamos marcar cuando algo está mal o bien, y si el Gobierno se empeña en sostener ciertos personajes y eso hace que se vaya cayendo la imagen, lo decimos. También creo que aún estamos a tiempo de revertirlo.

Sebastián Wainraich: Hubo cuestiones internas que hicieron que ahora hubiera más crítica al Gobierno pero nunca fuimos oficialistas. Fuimos el primer programa que mostró la foto de Kirchner con Menem

P.: Sin embargo llegaron a poner en duda hasta la política de derechos humanos kirchnerista cuando fue siempre lo que más le ponderaron...

S.W.: Ese informe surgió cuando Hebe de Bonafini en radio criticó a Moyano y entonces mostramos que Moyano, en los 70, era respaldado por la dictadura. Pero de nuevo, cuando algo del Gobierno nos parece bien lo decimos, ocurre que los errores son indiscutibles y los marcamos.

P.: ¿No es contradictoria la estructura de programa que critica a la televisión pero se elabora justamente a base de lo peor que se emite? ¿No se vuelven funcionales a la TV basura y terminan publicitando esos programas que denostan?

G.S.: «TVR» no es sólo grabar y repetir lo que se ve en TV, hay búsqueda, si no se está desmereciendo a los visualizadores, a los editores, que hacen un rompecabezas en cada informe. Las notas son un proceso más que la mera suma, no es poner play al caño.

S.W.: Es un arma de doble filo, pero el programa no es puro caño, sólo hay un informe de TV cholula (no sé cómo llamarla). Me siento mas cómodo cuando el programa va más por lo político y social, como los últimos sábados. Pero no siempre da.

P.: Varios televidentes abandonaron «TVR» por camaleónico ¿será esa una de las razones por las que están perdiendo contra «Zapping» de «Telefé»? ¿Será que eso responde a haber funcionado varios años sin competencia?

S.W.: A esta altura estamos despreocupados, ganamos la mayoría de los sábados, no nos volvemos locos por dos programas en que perdimos. Son ciclos diferentes, si bien copian algo del formato, no tienen ni la trayectoria periodística en TV, ni la credibilidad de «TVR». No digo que «Zapping» sea bueno ni malo porque sólo lo vi una vez cuando me lo grabaron.

G.S.: Que yo sepa siempre hubo competencia, no había señal de ajuste. En cuanto a competencia del programa similar, no lo vi nunca porque estoy al aire. Me enorgullece lo que hacemos y no me fijo en lo de enfrente, si podemos convivir, no es tan grave. Perder por tres décimas no me molesta pues hacemos un programa bueno. Lo que me molestaría es ganar y no estar de acuerdo con el programa que estoy haciendo. Prefiero terminar y decir «qué bueno lo que hicimos» y después enterarme del número, que no conocemos hasta el final. Todo eso es más una cuestión de vanidad que profesional.

P.: ¿Como se sienten cuando las batallas por rating se hacen personales e hirientes, como los insultos de Jorge Rial, Mario Pergolini o en menor medida Claudio Villarruel, Gastón Portal, Luis Majul?

S.W.: Jamás nos metimos con algo personal ni nada que se le parezca, los demás nos atacaron por cuestiones personales mientras nosotros criticamos cuestiones profesionales. Lo que mas me gusta de «TVR» es ver los informes, el resto me cansa, me hastía.

G.S.: Insisto en que se trata de una cuestión de vanidad, cuando nos digan que estamos haciendo un mal programa me preocuparé. Es igual que el resultado de un partido, yo prefiero jugar bien, si ganamos, mejor.

P.: ¿El público pide más caño o más política?

G.S.: A mí me parece que piden más política; igual a uno no le llega lo que opina «el público» sino lo que dice la gente que lo rodea a uno. Es decir, esa gente amiga o conocida es más o menos la que piensa como uno, lo cual no es muy heterogéneo. Esa gente prefiere política y no tanto espectáculo.

S.W.: Cuando hacés mucha política hay quienes se quejan porque te acusan de estar ideologizando; cuando hay caño, te tildan de que estás en la boludez. Es muy difícil, el público, la gente que dice qué programa es prestigioso y cuál no. Yo no sé qué es el prestigio.

P.: Schultz una vez dijo que no ideologizaban desde su discurso, ¿creen que es malo opinar o tomar postura desde ustedes, más allá de los informes?

G.S.: La opinión editorial se muestra en los informes pero nosotros podemos opinar y hasta podemos estar en contra; de hecho lo estuve y nadie me dijo nada ni me llamó la atención de cómo me oponía a un informe. Si algo va en contra de mi ideología lo diré, pero es raro que eso ocurra porque no estoy lejos del programa, no podría conducirlo si estuviera en las antípodas.

P.: ¿Cuáles serán los personajes infaltables de lo que queda de 2008 y también de 2009, año electoral?

G.S.: Obviamente Cristina, Julio Cobos, si lo dejan aparecer en cámara porque desapareció, Néstor Kirchner y lo que surja como oposición. Seguiremos con «Showmatch», que es el lago donde todos van a tomar agua todo el tiempo. No hay tanto más allá de «Bailando».

P.: Si tuvieran que producir o conducir sus programas de TV ideales, ¿cómo serían?

G.S.: No sé qué programa haría porque estoy muy cómodo con éste, no tengo un proyecto de programa propio.

S.W.: En unos años me gustaría un lindo programa de humor o ficción, con toques periodísticos, me imagino un talk show como los americanos típicos, pero con estilo propio. Igualmente Diego Gvirtz sabe que me gusta lo que estamos haciendo y es lo que elijo para este momento, a ver si se enoja y cree que no quiero hacerlo más.

Entrevista de Carolina Liponetzky

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