Fue una idea muy feliz la de reponer esta versión de «Gianni Schicchi», la tercera jornada del tríptico pucciniano; parte del público que no la pudo ver en la temporada pasada la disfrutó ahora y con un valor agregado: la presencia de Virginia Tola en el papel de Lauretta.
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La ascendente soprano viene de hacer el papel de Micaela en la última «Carmen» de la Opera de Washington; segura de sí misma y de sus dotes, fue justamente ovacionada después de «O mio babbino caro», donde su bellísima voz se puso al servicio del melodismo de una de las arias más representativas de Puccini, que en esta versión orquestal de Héctor Panizza suena más íntima y camarística.
Muy bien colocada la voz de Enrique Folger, el joven tenor hizo un Rinuccio espontáneo; una cátedra de actuación ofreció el veterano Gui Gallardo en el rol del título, sus años de escenario se notan por la naturalidad de sus movimientos y es vocalmente eficaz. Una docena de papeles se distribuyó entre muy buenos cantantes de la «joven guardia» operística, que hicieron teatro de la mejor cepa siguiendo la imaginativa puesta en escena de Florencia Sanguinetti en fiel reposición de Horacio Pigozzi.
El nombrado puestista fue director de arte en la producción cinematográfica de «Evita» de Alan Parker, y aquí tuvo a su cargo la puesta y la escenografía de «Mavra», la ópera de Stravinsky según el libreto de Boris Kochno basado en el cuento de Alexander Pushkin «La casita de Kolomna», cantada en el original en ruso con subtitulado. Es una historia doméstica, estrenada en 1923, con un húsar travestido que ingresa como cocinera en una casa para estar más cerca de su amada.
Es una historia näif, pero con una música y una línea de canto magistrales, de un Stravinsky que apela al folklore ruso con sus procedimientos modernistas. Excelente el cuarteto de protagonistas, las tres mejores voces femeninas del momento: Graciela Oddone con su timbre cristalino, Susanna Moncayo y un imán en su voz, Mariana Rewerski cada vez mejor; y hasta Armando Noguera afina y proyecta mejor su voz.
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