4 de febrero 2021 - 00:01

"Los actores temen que hacer un film de terror arruine sus carreras"

El cineasta, que años atrás dirigió a Faye Dunaway, pondera a Gerardo Romano "porque se puso la película al hombro", y asegura que el gran público tiene en nuestro país un prejuicio contra el terror.

En rodaje. Daniel de la Vega con Osmar Núñez durante la filmación de la secuencia de la hipnosis.

En rodaje. Daniel de la Vega con Osmar Núñez durante la filmación de la secuencia de la hipnosis.

“Esta película unifica todo mi ADN de ver “Cine de Super Acción”, “Viaje a lo inesperado” y todo el cine fantástico con el que crecimos viendo la televisión”. Gracias a “Jennifer’s Shadow”, Daniel de la Vega se convirtió en el único director argentino en filmar a una leyenda como Faye Dunaway, pero mucho más que eso: también es esencial en la construcción de un cine de terror argentino moderno, con títulos como “Necrofobia”, “Hermanos de sangre”, “Ataúd blanco” y “Punto muerto”.

Un día antes del estreno de su último opus, “Al tercer día”, protagonizado por Gerardo Romano, y con papeles para Rodolfo Ranni y Arturo Bonín, De la Vega habla con este diario sobre su acercamiento al gran público a través de dos elementos: el suspenso y un elenco con caras famosas. En esta película apela al género del suspenso para llevar al espectador a lo sobrenatural. “Nuestro público”, dice “sigue teniendo prejuicios contra el cine de terror, y una manera amable de llevarlo es a través del thriller. Por eso, películas como “El silencio de los inocentes” o “Pecados capitales” tuvieron alta aceptación partiendo del suspenso y el formato de thriller para luego llegar al terror. “El exorcista” logró algo parecido al apelar al contenido religioso”.

Justamente la religiosidad es un tema esencial de “Al tercer día”, ya que el film trata sobre una mujer, interpretada por Moro Anghileri, quien escapando junto a su pequeño hijo de su marido golpeador sufre un tremendo accidente cuando su auto es embestido por la camioneta que conduce un fanático religioso, encarnado por Gerardo Romano. Tres días después, la protagonista llega a un hospital en estado de shock y sin recordar nada, salvo que su hijo ha desaparecido. Como modo desesperado para saber qué pasó durante esos tres días y encontrar al niño, la madre se somete a una sesión de hipnosis en la mansión de un extraño personaje interpretado por uno de los actores favoritos del director, Osmar Nuñez, una figura clave en el elenco de la película.

“La secuencia de la hipnosis” dice De la Vega “es muy importante porque es lo que el público espera para saber qué es lo que ocurrió durante esos tres días, y también es un pase sutil a lo sobrenatural, ya que el espectador se mete en la mente de los personajes”. Si bien de la Vega pide no contar la trama, lo que sí se puede decir es que en el film se agradece especialmente a artistas esenciales del cine fantástico como Tobe Hooper y Peter Cushing, y en el diálogo hasta reconoce la influencia de Murnau y Roger Corman. También cita a Vincent Price como influencia en la escena de la hipnosis, para la cual se basó en el manejo de espacios de Roger Corman, “que solía trabajar espacios abiertos en interiores mientras acá hacemos lo opuesto”.

Donde se pone más locuaz De la Vega es en la buena sintonía con Gerardo Romano, cuyo fanático religioso es el personaje más importante del film. “Romano se convierte en una especie de Peter Cushing, pero con raíces en su personalidad. Trabajé con él no tanto por referencias al género, que no sé si él comparte, pero lo atrapé por el lado lúdico de la actuación. El lo hizo de manera instintiva, y creo que todo actor siempre quiere jugar a los cazadores de monstruos.” El director asegura que, a diferencia de Hollywood, donde el terror convoca millones de espectadores y ningún actor tiene problemas en trabajar en ese género, en la Argentina todavía hay un prejuicio “como un temor al ridículo que hace que un actor, que ya tiene prestigio y buenos trabajos, no quiera arriesgarse a tirar todo por la borda en una película de terror que termine siendo más jocosa que terrorífica. Por eso, en ‘Al tercer día’ fue un logro que Gerardo Romano se pusiera la película al hombro. Y también fue un placer la pequeña aparición de Rodolfo Ranni, ya que para mí ‘En retirada’, de Juan Carlos Desanzo, es una de las mejores películas de la historia del cine nacional”.

Otro elemento importante es el montaje. “El montaje de esta película evitó que me volviera loco durante la cuarentena”, confiesa el director. “Terminamos el rodaje justo antes de la pandemia, y por eso nos dedicamos más intensamente a la edición junto a mis compaginadores Martín Blousson y Guillermo Gatti. La película era un thriller desde el comienzo del proyecto, pero con ese montaje se potenció el suspenso”. De la Vega señala que la película no habría existido si no fuera porque le llegó a las manos la novela original, “Tres días”, de Gonzalo Ventura. “Es una novela publicada por Santa Guadaña, una editorial independiente especializada en terror y fantástico cuyos libros no se consiguen en las principales librerías argentinas, por lo que merece destacarse así se la difunde más. El original tenia más del Richard Matheson de “Soy leyenda”, pero con el coguionista Alberto Fasce le dieron forma y estilo de thriller sobrenatural, que era lo que yo buscaba.”

De la Vega, además de director, siempre es el cameraman de sus películas: “Debe ser porque en el fondo soy un actor frustrado, y la única de manera de interactuar realmente con los actores es acercarme con la cámara y hacer cosas que no esperan. Por lo común, termino utilizando un ensayo en vez de la supuesta verdadera toma. Algunos de mis colegas directores de películas fantásticas me han dado trabajitos actorales tipo cameos, pero yo me niego a arruinar conmigo mis películas, prefiero arruinar las de los demás”.

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