6 de octubre 2025 - 14:52

Valioso homenaje a dos pioneros argentinos del Arte Generativo

En la Casa de Victoria Ocampo, sede Grand Bourg, se exponen 37 obras de Miguel Angel Vidal y Eduardo Mac Entyre, emblemas del movimiento que en nuestro país tuvo su bautismo en 1960

Obras de Miguel Angel Vidal y Eduardo Mac Entyre expuestas en la Casa de Victoria Ocampo.

Obras de Miguel Angel Vidal y Eduardo Mac Entyre expuestas en la Casa de Victoria Ocampo.

“Crear es engendrar y no interpretar lo ya creado” dijo Georges Vantongerloo, el artista belga (Amberes1886- París 1965) que le cedió a Ignacio Pirovano, generoso promotor de arte, sus escritos originales y fue Pirovano quien acuñó el término Arte Generativo que tuvo en Miguel Angel Vidal (1928- 2009) y Eduardo Mac Entyre (1929-2014) a los más destacados y rigurosos protagonistas de los años 60.

Años también en los que surgieron el informalismo, la neofiguración, situaciones visuales complejas, el abandono del rigor, la inclusión de materiales no convencionales, entre otras manifestaciones artísticas. Ambos pintores lanzaron su manifiesto, reconocido a nivel internacional, como lo señala María José Herrera, curadora de la muestra “Arte generativo: el futuro a crear” que se exhibe en la casa Victoria Ocampo, una de las sedes del Fondo Nacional de las Artes.

Las 37 obras expuestas, entre pinturas, en óleo y acrílico, dibujos, témperas, serigrafías y material bibliográfico, son un recorrido por la obra de estos artistas pioneros, así como un merecido homenaje.

Un poco de historia: la primera muestra de arte generativo se realizó en la Galería Peuser en 1960 y Vidal señaló entonces: “encontramos la manera de producir un elemento primario y una vibración que nos daba la posibilidad de una expresión individual que proyectaba al mismo tiempo los problemas del momento histórico en el que estábamos trabajando, también buscábamos la profundidad de la expresión, queríamos producir la permanencia de la imagen para que el observador no se detuviera en lo ilusorio sino en la emoción”. Y la emoción, palabra casi ausente de las expresiones visuales contemporáneas, permanece en esta muestra.

Eduardo Mac Entyre también señalaba que al observar sus telas va descubriendo la interacción de la línea y el color, generando vibraciones espirituales, sístole y diástole de ese corazón que absorbe y transmite la energía del Universo ya que ambos artistas, al lanzar el Manifiesto usaron las palabras generar, engendrar soluciones mentales artísticas ya que movimiento virtual y la belleza iban a la par. Engendra una serie de secuencias ópticas a través de un desarrollo generado por una forma y el movimiento en el que vibran las líneas que se tocan o cruzan.

Este Manifiesto, escrito en 1959, el primero que propone un arte óptico en Latinoamérica, avanza sobre la generación de la luz, otorgándole a sus cuadros una gran intensidad espiritual. Vale la pena leerlo para comprender el término generativo: giran, vibran al encontrarse, producen el contraste o el claroscuro. Adoptan un nuevo tipo de vida, cobran nueva identidad en el espacio y se identifica con la tecnología, “Esto lo hemos presentido”, “la máquina ayuda a pensar, pero el hombre pone su energía espiritual y su parte sensible”, dijeron ambos artistas en un reportaje.

No puede soslayarse el apoyo que recibieron desde sus inicios, del crítico de arte, poeta, ensayista, traductor de Shakespeare, Rafael Squirru, creador del Museo de Arte Moderno y su Director en su época itinerante.

Rufino de Elizalde 2831. Grand Bourg. Lunes a viernes de 11 a 19. Clausura el 27 de octubre.

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