Este miércoles, sale a cotizar en el mercado secundario el Bonte 2030, el bono en pesos con suscripción en dólares que la semana pasada Luis Caputo emitió de forma exclusiva para inversores extranjeros. Su debut en las pantallas será un termómetro del pulso del mercado de cara a futuras colocaciones e implicará el ingreso a las arcas del Tesoro de los u$s1.000 millones captados. La deuda es hoy la vía elegida por el Gobierno para apuntalar las reservas sin comprar divisas dentro de la banda de flotación.
Deuda: empieza a cotizar el bono colocado a fondos extranjeros y el Gobierno recibe los u$s1.000 millones
Este miércoles se liquida la emisión del título en pesos utilizado por el Gobierno para captar dólares y apuntalar las reservas.
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Comienza a cotizar el bono usado por el Gobierno para sumar reservas vía deuda.
La deuda y las reservas
La decisión del Gobierno de no comprar dólares mientras el tipo de cambio se mantenga dentro de la banda de flotación hace que en plena temporada alta de ingreso de divisas al país el Banco Central (BCRA) no acumule reservas.
De hecho, según cálculos de la city, al equipo económico le falta sumar unos u$s4.000 millones para cumplir la meta de reservas comprometida con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el mes en curso.
Ante esa situación, desde el Gobierno señalan que es prácticamente un hecho que la revisión de los objetivos cuantitativos (incluido el de reservas) del programa de Facilidades Extendidas se pasará para fines de julio y que, así, la fecha tope para cumplirlo se estiraría desde el 13 de junio (como estaba pautado) a cerca de un mes y medio después.
La apuesta oficial es que la deuda le permita sumar los dólares que no obtiene por el canal de la cuenta corriente. La colocación del Bonte 2030 fue uno de los pasos en ese sentido. Los u$s1.000 millones colocados ingresarán este miércoles a la cuenta del Tesoro y, como todo parece indicar, permitirá recuperar reservas.
La intención del Gobierno es complementar esa emisión con nuevas licitaciones similares, con la llegada de más desembolsos de organismo internacionales y con un repo con bancos internacionales.
El Bonte 2030: ¿qué espera el mercado?
El bono en cuestión es un título en pesos que expira en mayo de 2030 pero que tiene un "put" (una cláusula que les permite a los tenedores acceder a un repago anticipado) ejecutable desde el quinto mes de 2027, es decir, una especie de seguro previo a la elección presidencial.
El Bonte 2030 cortó con una tasa nominal anual (TNA) del 29,5%, que fue considerada como muy elevada por parte de los analistas al tomar en cuenta la duración del bono y las proyecciones de inflación que traza el Gobierno. El pago de los cupones de intereses se realizará de manera semestral a partir del 30 de noviembre próximo.
"La reacción del mercado ante la colocación internacional del Tesoro realizada el miércoles pasado fue muy positiva. A pesar de haberse otorgado un premio significativo sobre la curva en la adjudicación del Bonte (TY30P), con una TNA de corte del 29,5%, continuó la compresión de las tasas en pesos y la pendiente negativa de la curva, con los bonos largos subiendo más que los cortos. Esto sugiere que en la liquidación del Bonte, el mismo debería registrar una suba considerable para alinearse con el resto de la curva y con las expectativas de inflación", señalaron desde Delphos Investiment.
Y agregó: "El bono estuvo operando en el 'grey market' en un rango entre 107 y 108, lo que implica una tasa efectiva anual en torno al 26% suponiendo que se ejerce la opción a dos años y del 28% si evaluamos el bono a vencimiento. Considerando que para el nivel actual de tasas el bono operará cómodamente sobre la par, lo que hace menos probable el ejercicio temprano, para este rango de precios la tasa del Bonte 2030 a vencimiento estaría por encima de la tasa del T15E7 situada en 27,3% efectiva anual. Además, un precio de 108 implicaría una inflación implícita desde 2026 hasta el vencimiento del bono en torno al 17% anual, lo cual contrasta con la inflación implícita para 2026, que ronda el 13% y muestra una tendencia descendente".
"En consecuencia, para que el nuevo bono se alinee con las expectativas del mercado, esperamos que opere por encima del techo de 108 que alcanzó en el 'grey market', confluyendo así tanto con la pendiente negativa de la curva tasa fija como con las expectativas descendentes de inflación", concluyó la consultora.
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