La emisión de un bono en dólares por parte del Tesoro, de legislación nacional y con vencimiento en 2029, generó fuerte expectativa en el mercado. Si bien no puede considerarse un retorno a los mercados globales, sí aparece como un paso intermedio, pero en esa dirección. Vale recordar que hace un par de meses el ministro de Economía, Luis Caputo, también había anunciado una suerte de regreso de la Argentina a los mercados cuando emitió Bontes en pesos para inversores extranjeros, pero que debían suscribirse en dólares.
El nuevo Bonar que ofrecerá el Tesoro afectará el resultado de las cuentas públicas de 2026
El nuevo papel corta un cupón semestral de 6,5% anual. Sus intereses se registrarán en el “base caja”. Hasta ahora el Gobierno evitó ese efecto con los bonos capitalizables.
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El Ministerio de Economía logró tener superávit financiero porque no registra los intereses de las letras y bonos que entrega.
Lo cierto es que, con la idea de emitir en dólares bonos de legislación local, el equipo económico introduce una novedad en el esquema de financiamiento: hasta ahora venía utilizando únicamente bonos capitalizables (Lecaps, Boncaps), que en la jerga del mercado se conocen como “sin cupón” o “cupón cero”, algo que contablemente permitió presentar números fiscales alineados con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En los primeros diez meses del año el Gobierno muestra un superávit financiero equivalente a medio punto del PBI, cifra que coincide con los intereses generados por los instrumentos capitalizables. En rigor, si esos intereses se hubieran contabilizado, el resultado habría sido equilibrio presupuestario (cero).
“Esto va a impactar en las cuentas públicas. Como casi toda la deuda que se emitió en estos dos años fue capitalizable, no se terminó registrando en el déficit financiero”, explicó Hernán Lacunza, exministro de Economía, en diálogo con FM Milenium. Lacunza agregó que, como el nuevo bono se emitirá con cupón —en este caso, semestral del 6,5%—, “eso va a sincerar la verdadera situación fiscal y financiera del sector público nacional”.
Dentro del stock de bonos argentinos, el Bonar 2029, entregado en la reestructuración de deuda realizada por el exministro Martín Guzmán, es uno de los títulos más chicos. Su rendimiento actual de mercado ronda el 9%.
Se espera que cuando el Gobierno salga al mercado la próxima semana mediante una licitación, el rendimiento implícito del nuevo bono también se ubique cerca del 9% anual. En el mercado creen que Caputo dejaría afuera una parte importante de las ofertas que reciba para presionar a la baja la tasa, lo que colateralmente podría reducir el riesgo país.
La Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) señaló en su último informe de ejecución presupuestaria base devengado de la Administración Pública Nacional (APN) que “en la ejecución del presupuesto no se reflejan los intereses capitalizables correspondientes a las Letras del Tesoro Nacional Capitalizables (LECAP), emitidas desde abril de 2024, así como los Bonos Capitalizables (BONCAP) y las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), como parte de la operación de traspaso de deuda del BCRA al Tesoro”.
ASAP añadió que “si esos instrumentos tuvieran el esquema más convencional —intereses que se pagan y registran durante toda la vigencia de la deuda—, el Resultado Financiero sería menor”.
La entidad también apuntó que “en el acumulado anual, y producto del ingreso excepcional de las utilidades del BCRA contabilizadas en abril, tanto el Resultado Financiero como el Primario fueron ampliamente positivos ($16,52 billones y $24,47 billones, respectivamente)”, dice el informe.
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