Puede decirse que en la elección estadounidense, tampoco nadie la vio. Se pasó de un empate técnico, según las encuestas, a un contundente triunfo republicano. Podrán argumentar que varios factores explican el abrumador resultado, como el hecho de hubo unos 10 millones de votantes demócratas menos respecto de la elección anterior, mientras los republicanos se mantuvieron, e incluso aumentaron un poco más, pero también puede resumirse parafraseando al expresidente Clinton, “fue la economía (de Biden), estúpido”.
Ganó Trump, pero aún varios efectos son inciertos para Wall Street, Argentina y emergentes
Si bien el menú de campaña brindaba una somera idea de qué atenerse ante una nueva administración republicana a manos de Donald Trump, las dosis y el alcance de las promesas y medidas anticipadas generan en los analistas respuestas bipolares, pero más incertidumbre.
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¿Y ahora?, se preguntan todos. Por lo pronto, se trata de una persona ya conocida, ya no es un intrépido outsider de la derecha anti-política, y como suele recordar el politólogo Rosendo Fraga, el líder político puede cambiar de ideología pero no de personalidad, de modo que seguramente se verá al Trump de siempre, capaz algo recargado, según las circunstancias y los personajes.
Si cumple con la agenda de su campaña hay varias cosas que el mercado y la geopolítica descuentan, como ser la resolución de los conflictos bélicos antes de que asuma en enero del 2025, instando a Ucrania y a Rusia, sobre todo a Kiev, a negociar la paz, y dándole un tiempo más a Israel, pero ambos tienen el “deadline” del 20 de enero.
Mientras que a nivel económico, una nueva guerra arancelaria anticipa un ciclo de más proteccionismo, habrá más inflación, además el objetivo de un dólar fuerte que conspirará contra los precios de las materias primas, y tasas de interés serán más altas como consecuencia del enjuague al que someterá a las cuentas públicas de EEUU. De modo que, los analistas están recalculando las probabilidades de los próximos recortes de las tasas de la Fed.
Donald Trump y el vínculo con Argentina
En cuanto a la Argentina, las opiniones y las expectativas están bien divididas. En el exterior, hay más escepticismo sobre las bondades del triunfo de Trump para con la administración libertaria del presidente Javier Milei, sobre todo en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esta grieta se basa, por un lado, en que a Trump solo le interesa EEUU, y lo que viene, la nueva versión del “Make American Great Again” (MAGA), apunta a eso, solo tendrá prioridad EEUU, ni Europa, ni Asia, y menos América Latina. De modo que el FMI, como institución emblemática del multilateralismo al que Trump denuesta, tampoco debería interesarle.
Esta parte de la biblioteca, cree que Trump puede ayudarle en algo, si Milei se lo pide, pero también recuerdan que como hizo con su amigo Macri, al final terminó por soltarle la mano en 2019, por lo que el líder libertario solo podría aspirar a ser un referente de la derecha anti-política en la región. Lo que no implica que no lleguen algunas inversiones, pero no cómo se precisan para una senda de crecimiento y desarrollo sostenido. Es un tema muy opinado.
Lo cierto es que en el oficialismo apuestan a que Trump lo va a ayudar con el Fondo, que tendría un interés político por sostener el éxito libertario. De ahí la reacción positiva de los activos argentinos que apuestan al escenario oficial.
Así y todo, el consenso es que Trump no será muy bueno para los emergentes, un club al que pertenece Argentina. En el mercado local, vislumbran una mayor presión sobre el peso, al igual que para el resto de las monedas emergentes, un horizonte de tasas de interés más altas y menor crecimiento directo e indirecto, vía socios comerciales.
Todo ello enmarcado bajo un escenario de inflación más alta. O sea, nada bueno para los emergentes, que serán víctimas de la guerra comercial global, en particular contra China. A pesar que Trump jugó sus cartas en la campaña, más las ideas que lo representan, los efectos del triunfo republicano son inciertos, amén de las líneas generales esbozadas por el consenso. Sin embargo, a nivel local el tema del “carry trade” fue uno de los protagonistas y la sensación térmica es que hay, por lo menos un tiempo más, tela para cortar. ¿Hasta cuándo?, la pregunta del millón
¿Qué otras lecturas preliminares del triunfo de Trump se hicieron en estas horas?
- La victoria de Trump impulsará la fortaleza de Wall Street (reflejando la expectativa de los inversores sobre posibles políticas favorables a las empresas, como recortes fiscales y menos regulación) y al dólar, pero acarreará tasas de inflación más elevada y, en consecuencia, una política monetaria más restrictiva. Los mercados no solo se están posicionando para una cómoda victoria de Trump en el colegio electoral, sino también para la perspectiva de un Congreso controlado por los republicanos.
- Las ventas masivas de divisas de mercados emergentes reflejan ganadores y perdedores, ya que los inversores descuentan la suba de los aranceles estadounidenses, los elevados riesgos geopolíticos y la mayor incertidumbre mundial bajo la presidencia de Trump.
- Sobre el plano macroeconómico, se puede esperar una economía estadounidense más dinámica, con un crecimiento por encima del potencial y una inflación superior al objetivo de la Fed, por lo que es probable que las tasas de interés también se sitúen por encima de las expectativas previas a las elecciones, mientras los fundamentos macroeconómicos siguen siendo un impulso para las inversiones.
- Las acciones globales, además de las estadounidenses, tienen potencial de subir en los próximos doce meses a medida que los ingresos aumentan y los márgenes se mantienen altos, destacándose los sectores financiero, tecnológico y de defensa en el caso de Wall Street.
- La posible implementación de aranceles comerciales tendría un impacto aún más severo en las acciones europeas y chinas, en tanto que se verían favorecidos los sectores cíclicos, como los industriales y las empresas de mediana capitalización de calidad. También se favorecerían los bancos, el petróleo y el gas.
- El escenario proyectado, sin embargo, tiende a generar cierta volatilidad y nerviosismo en el mercado, especialmente con una concentración de poder tan grande. Algunos aconsejan no distraerse con los fuegos artificiales tras el triunfo de Trump y mirar el mediano plazo que descontaba un aterrizaje suave.
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