Wall Street cerró este jueves 29 de septiembre con una fuerte caída debido a la preocupación de que la agresiva lucha de la Reserva Federal contra la inflación pueda perjudicar a la economía estadounidense, y mientras los inversores se preocupaban por la caída de los mercados mundiales de divisas y de deuda. Por su parte, el S&P500 tocó mínimos de 22 meses.
Crash bursátil: Wall Street se desplomó y el S&P500 tocó mínimos de 22 meses
La inflación de Alemania y las declaraciones de la primera ministra británica, Liz Truss sobre su plan económico, terminó por afectar a las principales bolsas europeas y norteamericanas.
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Wall Street finalizó con mayoría de bajas ante un mal dato de ventas minoristas
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El S&P Merval encadenó su tercer avance al hilo, pero no logró evitar otra caída semanal

La inflación de Alemania y las declaraciones de la primera ministra británica, Liz Truss sobre su plan económico, terminó por afectar a las principales bolsas europeas y norteamericanas.
En tanto el índice selectivo S&P500 registró un descenso de 2,1% hasta los 3.640,47 puntos, el Nasdaq retrocedió un 2,8% a 10.737,51.Por último, el Dow Jones Industrial bajó un 1,5% hasta los 29.225,61 puntos.
Ayer, los principales indicadores neoyorquinos registraron alzas del entorno del 2%, abriendo la esperanza de que logren pequeñas ganancias para la semana. Sin embargo, todavía están en camino de cerrar su peor mes desde junio. El Nasdaq Composite lidera las pérdidas mensuales, con un descenso del 6,5%, mientras que el Dow y el S&P van camino de cerrar con caídas de un 5,8% y un 5,9%, respectivamente.
Los inversores se enfrentan a las amenazas que suponen los movimientos discordantes de los bancos centrales en los últimos días, con los funcionarios de la Reserva Federal firmes en un mayor endurecimiento monetario, el Banco de Inglaterra desvelando un plan de 65.000 millones de libras (71.000 millones de dólares) para apoyar a la deuda pública y la libra esterlina, que ha caído a mínimos históricos frente al dólar en los últimos días. La decisión supuso un cambio radical respecto a la agresiva campaña de endurecimiento que han emprendido muchos bancos centrales del mundo para hacer frente a la creciente inflación.
Los funcionarios de la Fed siguen insistiendo en su mensaje hawkish, con el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, diciendo que apoya la suba de tasas en 1,25 puntos porcentuales más para finales de este año.
De acuerdo a Criteria, "el mercado financiero parece empezar a rotar en torno a una nueva preocupación: el riesgo de una recesión económica en EE.UU. y una desaceleración de la actividad global que es ya cada vez más evidente. En la última semana, empresas de sectores y países diversos manifestaron preocupaciones respecto a la salud de la economía mundial, en un entorno monetario generalmente más restrictivo y una inflación que sigue alta".
En cuanto a las bolsas europeas, los principales descensos se registran en la bolsa italiana que cae un 2,4%, seguido del Euro Stoxx 50 un 1,6%. Por su parte, el CAC 40 pierde 1,5% y la bolsa alemana(DAX), un 1,7%.
Novedades que sembraron el temor en los mercados
Este jueves, se conoció que la inflación en Alemania se situó en septiembre en su nivel más alto en más de un cuarto de siglo, impulsada por la subida de los precios de la energía, que ya no se vio amortiguada por las medidas populares de alivio, mostraron datos publicados el jueves.
Los precios al consumidor, armonizados para hacerlos comparables con los datos de inflación de otros países de la Unión Europea (IPCA), aumentaron un 10,9% en el año, dijo la oficina federal de estadística. Un sondeo de mercad preveía una suba del 10%. Se trata de la lectura más alta desde el comienzo de la emisión de datos comparables, que se remonta a 1996.
Al mismo tiempo, la primera ministra británica ratificó su cambio de política económica para evitar la recesión a costa de resignar inflación.
"Tuvimos que tomar medidas urgentes para que nuestra economía creciera, para que Reino Unido se moviera, y también para hacer frente a la inflación, y por supuesto, eso significa tomar decisiones controvertidas y difíciles", dijo a la radio de la BBC.
"Pero estoy dispuesta a hacerlo como primera ministra porque lo importante para mí es que pongamos en marcha nuestra economía", agregó.
No obstante, su plan fiscal, presentado el viernes por el ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, desencadenó una crisis de confianza en el gobierno, lo que hizo tambalear el valor de la libra y los precios de los bonos del Estado y sacudió los mercados mundiales. Truss dijo que su gobierno no cambiaría de rumbo.
Tras fijar 45.000 millones de libras de recortes fiscales sin financiación, dijo que en las próximas semanas detallará todas las reformas, desde los costos de las guarderías hasta la inmigración, la planificación y la regulación financiera. Una declaración fiscal más completa, el 23 de noviembre, detallará el costo del endeudamiento y las medidas para reducir la deuda.
Los inversores y economistas han dicho que no pueden esperar otras ocho semanas para conocer los detalles, ya que los costos de los préstamos son elevados y los mercados son volátiles.
Además del riesgo que supone para los fondos de pensiones, el aumento de los costos de endeudamiento ha provocado la retirada de las ofertas hipotecarias más baratas y un salto en las tasas de interés de los préstamos a las empresas.
La intervención del Banco de Inglaterra tuvo un impacto inmediato en la bajada del rendimiento de los bonos el miércoles, pero los inversores siguen pensando que subirá las tasas en al menos 1,25 puntos porcentuales, hasta el 3,5%, para el 3 de noviembre, fecha de su próximo anuncio programado.
"Este es el plan correcto", dijo Truss a la BBC. Preguntada por si es el momento de dar marcha atrás, dijo: "No, no lo es".
El retorno de la deuda pública británica subía de forma moderada el jueves y la libra esterlina cedía un 0,5%, a 1,0797 dólares, lo que eleva su caída en septiembre a casi un 7% y su desplome en lo que va de año a casi un 20%.
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