El último informe sobre endeudamiento global del IIF arrojó que en el primer semestre de 2025 se había alcanzado un récord histórico de u$s338 billones, sin embargo, más allá de la magnitud de las cifras globales, los analistas del “think tank” de la banca internacional advirtieron crecientes preocupaciones de los mercados mundiales sobre el nivel y estructura del endeudamiento mundial. Al respecto, destacaron que la preocupación por el aumento de las tasas de interés a largo plazo ha llevado a muchos países a favorecer las emisiones a corto plazo, lo que aumenta la presión política sobre los bancos centrales para que reduzcan las tasas de interés oficiales.
Preocupa a inversores el crecimiento del endeudamiento global a corto plazo
Se complica la deuda mundial y su “rollover”. No solo preocupa la creciente dependencia del financiamiento a corto plazo sino el peso de los intereses y su impacto sobre las cuentas fiscales.
-
Las reservas del BCRA se hundieron u$s748 millones por nuevos pagos de deuda y movimientos habituales de fin de mes
-
Milei aseguró que el financiamiento 2026 "está cerrado", pero admitió una fuerte desaceleración económica

Las necesidades de endeudamiento en muchas economías avanzadas se mantienen muy por encima de los niveles pre-pandemia.
Según explican los expertos del IIF, hay un aumento de las tensiones fiscales en los mercados maduros lo que pone en atención a los vigilantes de los bonos. “Si bien los ratios de deuda pública aumentaron considerablemente en los mercados emergentes en el primer semestre, especialmente en Chile y China, la reacción del mercado ha sido más contundente en los mercados maduros este año. Las necesidades de endeudamiento en muchas economías avanzadas se mantienen muy por encima de los niveles pre-pandemia, sin indicios de una reversión significativa”. En tal sentido, consideran que “el auge del populismo, sumado a las frecuentes reorganizaciones ministeriales y la rotación del gobierno, ha dificultado cada vez más que los responsables políticos tomen las difíciles decisiones necesarias para corregir el rumbo del aumento de la deuda pública en los últimos años”.
Pero estas presiones se ven agravadas por el aumento de los gastos por intereses, los crecientes costos de la atención médica debido a los cambios demográficos, el mayor gasto en defensa y las crecientes pérdidas económicas causadas por los desastres naturales y el cambio climático. “Todo esto ha contribuido a un aumento de los costos de los préstamos a largo plazo en los mercados desarrollados. El aumento ha sido aún más pronunciado en las tasas de interés a plazo de los bonos públicos este año, lo que refleja las expectativas de que las tensiones de la deuda podrían intensificarse con el tiempo, especialmente en Japón y varios países europeos, como Alemania, Francia y el Reino Unido”. En cambio, destacan, que los costos de los préstamos a largo plazo han disminuido ligeramente en EUU, gracias a la continua y sólida demanda externa y a las expectativas de que el aumento de los ingresos arancelarios ayudará a compensar los costos fiscales asociados con la Ley "One Big Beautiful Bill" (Una Gran y Hermosa Ley), aunque a expensas de un menor crecimiento y una mayor inflación, como se refleja en las últimas proyecciones de la CBO de EE.UU.
Crece la dependencia del financiamiento a corto plazo
En este contexto global, una de las mayores preocupaciones de los mercados y, por ende, de los inversores, es la creciente dependencia del financiamiento a corto plazo del endeudamiento público, precisamente, en la era actual de tasas de interés distintas de cero. “Si bien la deuda a corto plazo suele representar una proporción relativamente pequeña del total de la deuda pública pendiente (alrededor del 20% en EEUU), representa una proporción mucho mayor de la actividad de financiación: aproximadamente el 80% de la emisión de bonos del Tesoro estadounidense. Esta dependencia contribuye a mantener las cifras generales de deuda artificialmente bajas y permite a los gobiernos renovar obligaciones a costos de financiación más bajos en comparación con la deuda a largo plazo”, explican desde el IIF. Sin embargo, esto también deja a muchos soberanos más expuestos a cambios abruptos en la confianza de los inversores y aumenta el riesgo de renovación, ya que los países deudores deben refinanciar constantemente sus pasivos a corto plazo. Un mensaje claro para países emergentes como Argentina.
Hay además otra preocupación que detectaron los economistas del IIF que es la perspectiva de dominio fiscal: a medida que aumenta la dependencia de la financiación a corto plazo, se intensifica la presión política sobre los bancos centrales para que mantengan las tasas bajas, lo que plantea dudas sobre la preservación de la independencia de la política monetaria.
¿Puede ayudar la Inteligencia Artificial?
Los autores del estudio sobre deuda global, Emre Tiftik, Khadija Mahmood, Raymond Aycock, y Sonja Gibbs, se plantearon si la tan mentada Inteligencia Artificial (IA) podría ayudar en algo en esta problemática. Por ello, consideraron que una cuestión clave, ante la falta de medidas políticas concretas para frenar la drástica acumulación de deuda pública, incluyendo la debida a factores estructurales como la demografía, era si la adopción de IA podría generar las ganancias de productividad necesarias para mantener los ratios de deuda bajo control.
Según comentan los economistas del IIF, en el caso de EEUU donde se proyecta que la deuda del gobierno federal aumente al 145% del PBI para 2050, frente al actual 100% con las políticas vigentes, las estimaciones de la CBO (la Oficina de Presupuesto del Congreso) sugieren que un aumento de 0,5 puntos porcentuales en el crecimiento de la productividad laboral y del capital, independientemente de su origen, reduciría los niveles proyectados de deuda pública del país en más de 30 puntos porcentuales para 2050. “No obstante, episodios anteriores de cambio tecnológico, como por ejemplo, la adopción de computadoras, sugieren que podrían pasar años antes de que el impacto más amplio de la IA en la productividad se haga visible, y las ganancias podrían ser mucho menores de lo previsto a menos que la IA se integre profundamente con otras tecnologías críticas, como la biotecnología, los semiconductores, la computación espacial y la computación cuántica”, advierten los expertos.
Otro dato que aporta el estudio del IIF es que el aumento en el primer semestre de 2025 se concentró en la deuda pública y las empresas no financieras, con un endeudamiento particularmente fuerte por parte de emisores de alto rendimiento en EEUU. Además, como porcentaje del PBI, el ratio de deuda global total continuó disminuyendo ligeramente en el primer semestre, situándose por debajo del 324%. Sin embargo, las tendencias sectoriales divergieron: los ratios de deuda pública aumentaron aún más, acercándose al 98% del PBI, mientras que los ratios de deuda del sector privado disminuyeron. A nivel de país, los aumentos más pronunciados en los ratios de deuda total se registraron en Canadá, China, Arabia Saudita y Polonia. Por el contrario, Irlanda, Japón y Noruega experimentaron descensos notables en la relación deuda/PBI.
- Temas
- Deuda
Dejá tu comentario