20 de mayo 2005 - 00:00

Confuso tiroteo a custodio de Scioli

Daniel Scioli
Daniel Scioli
Un custodio del vicepresidente Daniel Scioli, el subcomisario de la Federal Alejandro Secatti, resultó herido en un tiroteo que mantuvo con un grupo de asaltantes en un episodio que se encuentra rodeado de oscuras circunstancias. Ayer apareció muerto un joven que la Policía supone es uno de los posibles atacantes del custodio, quien terminó con una herida en la cabeza, provocada por el roce de una bala, aunque su vida no corre peligro. Ayer fue visitado por Scioli en el hospital Churruca.

Es que este policía -experto en tiro y artes marciales, aunque su diminuto físico pareciera no demostrarlo- no es uno más: fue jefe de la custodia de Carlos Ruckauf cuando éste ocupó el actual cargo de Scioli y de Carlos Corach cuando fue ministro del Interior. Pero además fue jefe de Adrián Faldutto, el custodio de Ruckauf que cayó muerto en una encerrona que le hicieron en un bar de Salguero y Juncal, ubicado frente a la lujosa torre de departamentos donde vive el ex vicepresidente.

También los pormenores del hecho parecieran demostrar que no se trató de un asalto común de acuerdo con informaciones recogidas por este diario en fuentes cercanas al policía. «Correte, te queremos a vos», habría sido la seca orden impartida por uno de los tres asaltantes que irrumpieron en su auto particular, un Toyota Corolla, después de cruzarle otro vehículo en Oliden y García de Cossio en el barrio de Mataderos a las 20.30 del miércoles. El custodio hacía algunos minutos que había dejado en su domicilio al vicepresidente.

Creyendo que se trataba de un asalto, no habría ofrecido ninguna resistencia, además de entregar el rodado y «el dinero para gastos diarios que llevaba encima».

• Versión oficial

Fue en esas circunstancias cuando uno de los atacantes habló: «A éste hay que boletearlo» (matarlo) y le descerrajó un disparo que le rozó la sien porque «Secatti habría intuido el ataque y habría girado su cabeza».

Pese a que los delincuentes le habían quitado el arma reglamentaria que llevaba en su costado derecho, no advirtieron que el policía tenía otra pistola en la cintura y con ella habría iniciado un tiroteo en el interior del auto que habría culminado con la muerte de uno de ellos y la huida de los otros dos.
Según la información oficial, Secatti se resistió a un robo, se identificó como policía y se tiroteó con tres asaltantes, obligándolos a escapar.

Ayer se informó que el cadáver de un hombre aparecido en Riccheri y General Paz podría ser de uno de los delincuentes que tiroteó Secatti.
Según la Policía, se trata de una persona joven, cuyo cuerpo tenía varias heridas de un arma del mismo calibre que la segunda pistola -marca Glock- utilizada por Secatti durante el asalto. Sin embargo, en la

Justicia se afirma que el caso presenta algunos puntos oscuros. Por caso, la
«forma en que el custodio pudo salir del auto, apenas con un raspón de bala en la frente». El joven muerto fue identificado por la Policía Bonaerense como Walter Modafari, de quien también encontraron una zapatilla en el lugar del tiroteo y que una mujer joven que se presentó como su novia reconoció como propia.

• Ex preso

Según la agencia oficial «Télam», que se basa «en fuentes policiales y judiciales», Modafari había salido hace pocos días de un penal de la provincia de Chaco. La agencia reafirma la versión policial de que se trató de un robo y duda de que la herida pudo ser provocada por un culatazo o roce de bala. El propio Secatti adelantó a sus pares que había logrado herir al menos a uno de los asaltantes», agregó «Télam», quien revela otro dato: «La autopsia aportó otro indicio: Modafari murió como consecuencia de tres balazos calibre 40, el mismo de la pistola Glock utilizada por el subcomisario Secatti para poner en fuga a los asaltantes».

La investigación judicial estuvo a cargo de un fiscal de La Matanza -Justicia bonaerense-, pero pasará al fiscal penal nacional Pablo Recchini, ex fiscal federal que investigó resonantes causas, quien -ahora- realizará peritajes balísticos y otras pruebas para demostrar la veracidad de la información policial.

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